Joaquín de Luz en el Centro Cultural Condeduque de Madrid.

Joaquín de Luz en el Centro Cultural Condeduque de Madrid. Laura Mateo

Escenarios

Joaquín de Luz, director de Veranos de la Villa: "Quiero que el festival sea como ir de vacaciones a la playa"

El bailarín inaugura la 41.ª edición del certamen madrileño, que comienza este lunes, con un espectáculo de La Fura dels Baus, 'Carmen: 150 años'.

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Hablar de Joaquín de Luz (Madrid, 1976) es evocar una trayectoria que combina la excelencia escénica con una mirada sensible hacia la cultura como bien común. Bailarín de talla internacional, ex estrella del New York City Ballet y ex director de la Compañía Nacional de Danza, su nombre es sinónimo de rigor, elegancia y compromiso.

Con su incorporación como director de los Veranos de la Villa, las expectativas se disparan: se espera una renovación del evento y el sello de una personalidad integradora y profundamente conectada con el latido de la ciudad.

Bajo su dirección, el festival apunta a consolidarse como uno de los encuentros culturales más emblemáticos del estío madrileño. Lejos de ser un simple compendio de espectáculos, aspira a convertirse en una celebración transversal del arte en todas sus formas, desplegándose por barrios, parques, teatros y rincones insospechados.

La danza, como siempre ha sido, tendrá un lugar destacado, erigida, quizá, como puente entre tradición e innovación, entre lo local y lo universal.

A través de una programación ecléctica y cuidada, De Luz quiere devolver a Madrid el placer de encontrarse con lo sublime en las noches de verano. Y en esta entrevista, buscamos entender las claves.

Pregunta. Durante su carrera ha desafiado constantemente la gravedad. En cada giro, en cada salto… parecía no obedecer a aquello que postuló Newton, sin marearse. ¿Da vértigo el salto a la gestión?

Respuesta. Cuando formulabas la pregunta estaba pensando en otra gravedad, la gravedad de la situación. Da miedo, sí, pero soy una persona que me he nutrido con los retos. Por ejemplo, al principio a mi padre no le hizo mucha gracia que bailara, me dijeron muchas veces aquello de la altura, que si soy bajito…

»Pero, siempre me he nutrido de la adversidad. En la vida en general y en la danza en particular, debes tenerla contigo, la adversidad nos persigue toda la carrera: las lesiones, ese maestro cruel… Siempre hay miedo a la incomodidad que genera la adversidad. Ahora que soy padre pasa lo mismo, me hago preguntas de cómo pasarle a mi hijo las experiencias adquiridas.

»Por lo tanto, afrontar un reto como este es algo que impone. Este es un festival importante, de complicada logística, en el que hay que lidiar con la administración pública y, a la vez, enriquecer y ofrecer cosas interesantes a un público tan versátil como es el madrileño, y más en verano.

»Es un reto maravilloso que afronto con ilusión y responsabilidad, como lo he hecho siempre en vida. Tanto como irme a Estados Unidos, bailar en el Lincoln Center y mantenerte.

»Lo afronto desde la humildad y me rodeo del mejor equipo posible. Me he apoyado en muchas personas, también en mi predecessor en el puesto, Ángel Murcia, quien me ha pasado el testigo de manera generosa. De cualquier manera, ha sido un vértigo dulce, con muchos paracaídas.

Joaquín de Luz en el Condeduque.

Joaquín de Luz en el Condeduque. Laura Mateo

P. La programación de esta edición de Veranos de la Villa destaca por su diversidad y ambición. ¿Qué hilo conductor le guio al diseñarla?

R. He elegido el hilo de lo que supone la cultura para mí. Estamos en tiempos de una polarización tremenda, de conflictos, con las personas enfrentadas. A mí me gusta pensar que la cultura une. En tiempos, cuando estábamos más presentes, sin tanto bombardeo, era lo normal. Ahora sentarse en una butaca y evadirse es casi un acto de rebeldía.

»Yo propongo el festival desde ahí y mucho más en verano. Es una época donde dejamos de mirar el calendario y las alarmas, nos desconectamos un poco. Con el festival lo queremos llevar un paso más allá. Gente de todo tipo, etnia y espacios demográficos, todos se congregan para ver un espectáculo en una noche, espero no muy calurosa, de Madrid.

»Esa es la magia del festival: ofrecer algo similar a lo de irte de vacaciones a una playa y, fundamentalmente, para todos: quien no se quiera ir, quien no se pueda ir, quien nos visita.

»Habrá casi de todo, desde un concierto sinfónico de homenaje a Queen, el Ballet de la Ópera de París joven con mi predecesor en la Compañía Nacional de Danza, José Carlos Martínez, una apuesta con Carlos Rodríguez con el foco puesto en el talento joven español… de todo.

P. ¿Qué papel tiene el público en su visión del festival? ¿Se ha trabajado para atraer a nuevos espectadores?

R. Ese es uno de los retos más importantes. He jugado con ese balance. Es evidente que mi faceta de artista me lleva a cuidar la calidad. Es un festival ecléctico y a la vez transversal, diverso y dinámico. La programación se construyó desde estos pilares.

»Cuando he estado en un escenario me ha gustado pensar que en el público hay alguien para quien es la primera vez. Cuando hago un programa pienso tanto en el crítico más asiduo como en alguien nuevo en un espectáculo.

»Una experiencia casi única es que un niño te pida, a través de su mamá, una foto y luego ella me diga “me ha dicho que después de haberte visto bailar quiere hacerlo”. Esas son cosas que te llenan más que cualquier teatro en pie aplaudiendo. No somos cirujanos, oncólogos, sería exagerado pensar que le hemos salvado la vida.

»Pero creo que en este mundo necesitamos inspirarnos. Esta es la base sobre la cual diseñamos el programa, para atraer al joven que nunca ha venido y al habitual que tenemos que cuidar. Tampoco nos olvidamos al turismo, tan importante en verano.

"Mi faceta de artista me lleva a cuidar la calidad. Es un festival ecléctico y a la vez transversal, diverso y dinámico"

P. ¿Cómo ha equilibrado la presencia de propuestas internacionales con el trabajo de compañías locales o emergentes?

R. Está bastante bien balanceado, quizá haya un poco más de nacional por la logística y el presupuesto, ahora todo es muy caro en Madrid, desde el alojamiento a los traslados. Cuesta un poco encajar cada pieza. Me hubiese gustado contar con un país invitado, pero no ha podido ser. Trabajaremos en ello para próximas ediciones.

P. La danza siempre ha tenido un lugar especial en su trayectoria. ¿Cómo se ha concretado su presencia en esta edición del festival?

R. Siempre ha sido un festival que ha apostado por la danza. En mi caso, he apostado por el equilibrio. Quizá se ha pensado que, como soy bailarín, la apuesta será por la danza, pero en este festival estoy como gestor. Mi mirada es muy artística y de equilibrio.

Joaquín de Luz en el interior del teatro del Centro Condeduque.

Joaquín de Luz en el interior del teatro del Centro Condeduque. Laura Mateo

»Ahora, además, María Pagés ha montado el Centro Danza Matadero y fue casi con la primera que hablé para lograr ese balance. Es decir, la danza está presente y la cuidaré, pero también la lírica y otras manifestaciones. No se ha programado más danza que en otras ediciones.

P. Esta pregunta quizá no me la va a responder (risas) ¿Cuáles son los espectáculos de danza que recomendaría como imperdibles este verano?

R. (Risas) Puedo ser ingenuo y decir todos. No hay ninguno que se me quede cojo. Todos tienen una entidad propia, algunos van a sorprender.

P. Pero imagínese un espectador que está planificando sus vacaciones y quiere salir de Madrid, y, a la vez quiere asistir a aquello que no se debe perder. ¿Se moja con una respuesta?

R. Me estás forzando (risas). Mira, yo apostaría por Hilo de fuego, de Carlos Rodríguez. Es una propuesta nueva, hecha para el festival, que cuenta con jóvenes talentos de España.

P. ¿Qué criterios han guiado la elección de los espacios escénicos? ¿Se ha buscado intervenir nuevos lugares de Madrid?

R. Al principio, pensé: “madre mía, tengo a Madrid como un lienzo en blanco”. Luego te encuentras que el globo quijotesco se pincha cuando conoces la logística y cuánto cuesta todo. Hemos tenido que reajustarlo. Además, en España y en Madrid pasa algo único: en julio y agosto todo se detiene, los teatros públicos suelen cerrar y la ciudad está en obras.

»Administrativamente es complicado. Por eso casi siempre los espectáculos se hacen al aire libre, pero la gente cada vez más quiere estar dentro de espacios como un teatro. He intentado hacer un balance. Ojalá pueda dar con la fórmula.

P. El festival no solo se vive en el centro de Madrid. ¿Qué lugar ocupan los distritos periféricos?

R. Estamos en 11 distritos y esto es importante. La cultura es de todos, tenemos que llevarla a todos. No todo el mundo puede o quiere venir al centro con el calor del verano. Además, hace ilusión que se lleve arte a tu barrio. Este año tenemos la clausura con un homenaje a Celia Cruz que para mí ha sido una de las grandes de la música. Lo llevaremos al distrito de Hortaleza, al auditorio García Peña. Quiero que la gente termine bailando.

"Quizá se ha pensado que, como soy bailarín, la apuesta será por la danza, pero en este festival estoy como gestor"

P. ¿Cómo valora el apoyo institucional recibido por parte del Ayuntamiento?

R. Con gratitud, están apostando mucho por la cultura. Madrid tiene una oferta cultural impresionante, tiene gente que valora la cultura y a los artistas. Esto me llena de orgullo como madrileño dentro este equipo y saber que se ha apostado por mí.

»Se están haciendo cosas maravillosas, el Centro de Danza Matadero es una buena apuesta. No es un teatro de danza que es lo que se está reivindicando desde siempre, pero es un paso que nos llevará a la meta. Aquí tiene mucho que ver Marta Rivera de la Cruz [Concejala Delegada del Área de Cultura Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid].

P. En tiempos de crisis económica, ¿cómo se sostiene una programación tan ambiciosa sin renunciar a la calidad?

R. Casi todo el presupuesto se va en logística y técnica y esto te puede matar como artista. Al final, es ser pragmático, resolver, ser flexible. Lo cierto es que desde el Ayuntamiento están muy abiertos a combinar con financiación privada. Esto es una sorpresa grata.

»En España no hay cultura de filantropía para las Artes, para el Deporte sí. Creo que sería un paso muy interesante promover fiscalmente el mecenazgo. Hay un dato impresionante: ¿Cómo es posible que se destine sólo 0,6 % del PIB en cultura en un país tan rico culturalmente?

»Hay que buscar otra vía, mirar a otros países que han incorporado herramientas para que se conjugue la financiación pública con la privada. Hay que abrir las puertas a lo privado.

Joaquín de Luz en un momento de la entrevista.

Joaquín de Luz en un momento de la entrevista. Laura Mateo

P. ¿Ha habido colaboraciones con otras instituciones culturales fuera de Madrid para enriquecer esta edición?

R. Sí, hay una que me hace mucha ilusión con la Diputació de Valencia y el Ajuntament de Carlet. Vamos a traer a tres bandas enteras para hacer un pasacalle. Ha pasado tiempo desde la Dana, pero será un guiño y apoyo a estas bandas que lo perdieron todo o casi todo.

P. ¿Ha estado presente la multiculturalidad de Madrid en esta edición del festival?

R. Sí, claro. Fue imprescindible al programar. Según me han dicho (risas) creo que la oferta y la expansión de la programación, así como la ecuación oferta, precios, contenidos y contenidos gratuitos está bastante bien. 

P. ¿Somos reacios a pagar la cultura en España?

R. Es una paradoja. Además, es interesante que me hayas dicho “la cultura”, porque en entretenimiento si se gasta. Lo vemos cuando vienen espectáculos del estilo de Taylor Swift o Bad Bunny, no se escatima. Ese es el problema, se le quita peso a la cultura de otra calidad. Hace mucho daño.

»Me parece inadecuado echarse las manos a la cabeza por pagar una entrada de 24 euros para ver a un artista que ha dedicado toda una vida a perfeccionarse, que se ha matado para ser excelente… es una conversación y una reflexión que hay que mantener. No se puede regalar la cultura.

"Quiero que los Veranos de la Villa tenga la altura de los grandes festivales internacionales y sea un altavoz de Madrid hacia el mundo"

P. ¿Quizá la solución pase por educar, subvencionar entradas para jóvenes y así sembrar esa semilla cultural?

R. Al final, todo nos lleva la educación.

P. ¿Cómo imagina el futuro del festival? ¿Tendremos un Fringe en Madrid?

R. Me gustaría que subiera la calidad en ciertas propuestas, es un festival popular, pero quisiera que la excelencia aumentara aún más. Este año la inauguración será increíble, ha requerido hilar muy fino y encajar los presupuestos. Quiero que tenga la altura de los grandes festivales internacionales y sea un altavoz de Madrid hacia el mundo.

P. Como artista que ha vivido la danza desde el cuerpo, ¿qué opina de esas nuevas corrientes coreográficas que a veces parecen olvidar el acto mismo de bailar?

R. Eso es como todo, está bien evolucionar. Pero, siempre pongo el ejemplo de Dalí o Picasso, ellos no olvidaron la academia, el ritual de lo preciso. Luego evolucionaron, formaron su identidad, pero hay un rigor en su trabajo, en su artesanía que nunca dejaron.

»Lo que se está proponiendo ahora a veces tiene falta de contenido y se va al entretenimiento. Hay que volver a intentar a emocionar. Cuando solo te entretienen, eso se queda una o dos semanas. En cambio, cuando te emocionan, eso nunca se va.

»Lo hablábamos con el bailirarín Mikhail Baryshnikov: Vladímir Vasíliev, al bailar Espartaco, cuando entraba al escenario y, antes de hacer un paso, tensaba la cadena que sostenía en sus manos y tenía a dos mil personas sin respirar. Debemos retornar, de alguna forma, a esos tiempos de inspiración.

P. ¿Madrid será su base a partir de ahora? ¿Cuáles son sus planes a medio plazo?

R. De momento sí. Me gusta mucho está ciudad. Los planes van por la línea de recuperar, de hacer que la gente madura diga lo que conoce y sabe hacer. Quienes hemos vivido y creado tenemos una responsabilidad de evitar el “todo vale”. Siempre desde el respeto.

»Para mí el escenario es un templo, da igual el tamaño o sitio físico donde esté. Lo tengo claro, mucho más desde que tuve una lesión que me apartó de ellos. Me dijeron que no podría bailar más, cuando te enfrentas a eso y luego puedes volver, todo cobra sentido. La perspectiva es maravillosa y te da el sentido de gratitud y efimeridad.

P. En una palabra: ¿Madrid vs. Nueva York?

R. Antípodas (risas).

Conversar con Joaquín de Luz es como asistir a una clase magistral en zapatillas de puntas: rigor y pasión con la sonrisa siempre encendida. Su naturalidad, su sentido del humor y su compromiso con lo que hace, convierten cualquier entrevista en un paseo cálido entre recuerdos, ideas y proyectos que huelen a futuro. Es fácil entender por qué Madrid lo ha abrazado como propio. Y por qué este verano, con él al timón, la ciudad va a bailar. Y mucho.