
Noel y Liam Gallagher. Foto: Filmin
Oasis ya está de vuelta: los hermanos Gallagher empiezan la gira que parecía imposible
Cardiff acoge hoy el primer concierto de la banda tras 16 años de silencio. Una gira mundial sin disco nuevo, sin paradas en España, pero cargada de nostalgia, himnos y reconciliaciones parciales.
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Este viernes Oasis vuelve a subirse a un escenario por primera vez en dieciséis años. El lugar elegido es nada menos que el Principality Stadium de Cardiff, en Gales, donde volverán a actuar el sábado. 75.000 personas y un reencuentro que no es solo musical, sino casi de orden espiritual. Como si los Gallagher, siempre más cerca de la tragedia que de la armonía, hubieran comprendido que no hay final posible sin una gira de despedida a la altura de su leyenda.
Lo han llamado Oasis Live ’25 y durará algo menos de cinco meses. Cuarenta y una fechas, tres continentes, ningún disco nuevo y una sola promesa: "Tocar los clásicos, ni uno más ni uno menos". La gira arranca en Reino Unido —con varias fechas en Cardiff, Manchester, Londres, y Edimburgo— y recorrerá después Estados Unidos, Canadá, México, Japón, Corea del Sur, Australia, Chile, Argentina y Brasil.
España, por ahora, se queda fuera. Ni Madrid, ni Barcelona, ni siquiera un hueco en algún festival otoñal que soñamos sin demasiada fe. Es, para muchos, una ausencia dolorosa.
Desde su separación en 2009 tras una pelea entre bastidores, cada rumor de reencuentro era recibido como una broma cruel o una campaña de marketing mal ejecutada. Los hermanos se insultaban en redes, en entrevistas, en los documentales que producían por separado. "Prefiero comerme mi propia mierda antes que volver con Noel", llegó a decir Liam. Noel no se quedó atrás. Pero algo ha cambiado.
Quizá ha sido la edad, la nostalgia, la presión de los fans —o las cifras—. Oasis no ha dejado de ser la banda más escuchada de los 90 en plataformas digitales. Ni Blur, ni siquiera Radiohead han conseguido lo que ellos: seguir sonando en pubs, estadios, colegios y bodas veinte años después. Wonderwall nunca se fue. Y cuando Liam y Noel anunciaron su regreso a principios de año, la preventa colapsó servidores y generó colas virtuales de hasta ocho horas. En Reino Unido e Irlanda se vendieron más de un millón de entradas en 48 horas.

Liam (arriba) y Noel Gallagher (abajo) en un fotograma del documental 'Supersonic' (2016)
La banda original —con los Gallagher al frente, Gem Archer, Andy Bell, y Paul ‘Bonehead’ Arthurs en la guitarra rítmica— se reunirá con Joey Waronker a la batería y un puñado de músicos de refuerzo. El repertorio no está confirmado, pero se da por hecho que sonarán todos los himnos: Live Forever, Champagne Supernova, Supersonic, Don’t Look Back in Anger. Sobre Wonderwall, Liam ha dicho que "no está mal incluirla en el setlist, aunque sea solo para fastidiar a Noel".
No hay disco nuevo ni lo habrá. Alec McKinlay, uno de los managers históricos de la banda, ha sido tajante: "No es una vuelta a largo plazo. Esto es puramente una celebración del legado de la banda. Es una oportunidad para que los fans escuchen estas canciones en vivo otra vez, nada más".
Y aunque la palabra "despedida" parece extraña en un grupo que ha sabido rentabilizar el silencio mejor que la música, esta vez parece diferente. A nadie se le escapa que los Gallagher ya no son aquellos chavales de Burnage que se peleaban en las pruebas de sonido o abandonaban entrevistas en directo.
Ahora hay un contrato, un seguro de reconciliación, dos equipos de management y camerinos separados. Pero también hay algo que se parece peligrosamente a la emoción.
En los ensayos filtrados, Liam ha cambiado el whisky por el té, y Noel ha dicho que el sonido "es gigante, más limpio que nunca". No hace falta decir mucho más: Oasis suena como siempre, pero con un poco más de aire entre los egos.
En Reino Unido, el regreso ha sido celebrado como un evento nacional. La BBC prepara un especial de tres horas con sus mejores momentos en televisión, desde su aparición explosiva en Top of the Pops hasta el mítico caos de los Brit Awards del 96. La prensa sensacionalista ha vuelto a sacudir los archivos con titulares como "los hermanos que redefinieron la rivalidad" o "el último milagro del britpop". Y mientras tanto, en España, nos contentamos con mirar desde fuera.
De momento no hay ni una fecha confirmada en la península. Quizá lleguen en diciembre. Quizá no lleguen nunca. Pero en la memoria colectiva, Oasis ya está aquí otra vez. Con sus broncas, sus letras a medio camino entre lo sublime y lo banal, su desprecio por lo políticamente correcto y esa extraña capacidad de convertir cualquier estribillo en una final de la Champions cantada a coro.