Image: Nuevos bríos para la música antigua

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Nuevos bríos para la música antigua

20 marzo, 2017 01:00

Sara Águeda, especialista en arpas históricas

Europa celebra este martes 21 de marzo el Día de la Música Antigua, que comprende el Medievo, el Renacimiento y el Barroco. Gracias a una corriente historicista de musicólogos e intérpretes, hoy podemos escucharla tal y como sonaba en su época. España se suma a la celebración este lunes con un concierto en la capilla del Palacio Real de Aranjuez en el que sonarán piezas de los maestros españoles Juan Hidalgo y Sebastián Durón. Hablamos con su responsable, la clavecinista y directora Silvia Márquez, sobre la situación de la música antigua en España. Se suman al debate Jordi Savall, uno de los músicos y divulgadores más destacados, así como Sara Águeda y Alejandro Villar.

Las grandes óperas y obras sinfónicas del siglo XIX y finales del XVIII son las 'divas' de la música clásica. Su hegemonía en auditorios y festivales es total, pero año a año se va haciendo un hueco cada vez mayor la denominada 'música antigua' (en inglés, de modo más certero, early music). Hablamos de aquella música compuesta en Europa entre el año 500 y 1750 aproximadamente, del gregoriano a Johann Sebastian Bach. El maestro alemán no es ni mucho menos un olvidado en las programaciones, pero la cosa cambia a medida que nos remontamos a los inicios del Barroco, al Renacimiento, y mucho más si retrocedemos hasta el Medievo. Compensar este desequilibrio y divulgar el rico legado musical del viejo continente es el objetivo de todo un movimiento de musicólogos e intérpretes que combina a partes iguales rigor científico y talento artístico para revivir de la manera más fiel posible la música que sonaba en los palacios, las catedrales y las plazas de nuestras ciudades y pueblos siglos atrás. Una corriente historicista que empezó a principios del siglo XX con pioneros como Arnold Dolmetsch y consolidada décadas después por músicos como Nikolaus Harnoncourt, René Jacobs o el español Jordi Savall.

El Día Europeo de la Música Antigua, que se celebra este martes, 21 de marzo (día del nacimiento de J. S. Bach), se concibió en 2010 precisamente para conmemorar este legado y reconocer la labor de cuantos se dedican a reconstruirlo y divulgarlo. Respaldado por la UNESCO y la Unión Europea, tuvo como principales impulsores a William Christie, René Jacobs y el propio Savall. Para el músico catalán hoy existen motivos tanto para la celebración como para la reivindicación. Entre los primeros, "insuficientes para hacer repicar las campanas, pero mínimamente alentadores ya que nos permiten conservar el optimismo en vistas al futuro", señala que la música antigua cada vez le interesa más a las nuevas generaciones. "En estos últimos 30 años ya se está notando un cambio cualitativo y numérico a nivel de los aficionados que siguen con más o menos pasión estos repertorios, ya sea en los conciertos, en internet, en la radio y con la música grabada". Además, resaltaría "una novedad absoluta: por fin empieza a consolidarse la ayuda institucional en algunas comunidades y ciudades a estos repertorios e intérpretes", opina el músico.

Sin embargo, Savall, que mereció en 2014 el Premio Nacional de Música por su importante labor como divulgador del patrimonio musical español pero rechazó el galardón por su desacuerdo con la política cultural del Gobierno, considera que "vivimos en un país en el que la mayoría de la gente y especialmente nuestros responsables políticos y culturales conocen mejor las pirámides de Egipto que nuestro patrimonio musical". El líder de Hesperión XXI opina que el Estado "no hace nada" para conservar ese patrimonio, ni tampoco se implica con la música antigua en el ámbito de la enseñanza ni de la recuperación y difusión de estos repertorios. "En un país que posee uno de los patrimonios musicales del medioevo, del renacimiento y primer barroco más ricos y universales, las únicas instituciones que reciben apoyo estatal son las que paradójicamente no tienen ninguna capacidad de interpretarlos -como las orquestas y coros sinfónicos o grandes teatros de ópera-, mientras que la gran mayoría de conjuntos creados por iniciativa privada sobreviven como pueden, a menudo con grandes sacrificios personales y mucha incertidumbre".

El músico Jordi Savall durante un concierto

Música Antigua en Aranjuez

España se suma este año al Día Europeo de la Música Antigua con varios eventos, entre los que destaca el concierto de este lunes en la capilla del Palacio Real de Aranjuez. Como aperitivo al festival de música antigua que se celebra cada año en la localidad madrileña entre mayo y junio, catorce músicos interpretarán piezas de los compositores barrocos españoles Juan Hidalgo y Sebastián Durón, así como de músicos italianos que residieron largas temporadas en Aranjuez al servicio de los reyes de España, como Domenico Scarlatti o Domingo Porretti. El concierto será retransmitido por RTVE en distintos canales de radio y televisión, así como en streaming, y también a través de la web earlymusicday.eu, impulsada por REMA, la asociación europea de la música antigua.

Al frente del concierto estará el grupo La Tempestad y su directora musical, la clavecinista Silvia Márquez, y también participarán las sopranos Mariví Blasco, Eugenia Boix y Marta Almajano, la violinista Lina Tur Bonet, el violonchelista Josetxu Obregón, el clavecinista Dani Espasa, el guitarrista Javier Somoza y Daniel Zapico, que tocará la tiorba.

Silvia Márquez, clavecicinsta y directora del grupo La Tempestad, durante una actuación

En la misma línea que los comentarios de Albert Recasens hace unas semanas en El Cultural, Márquez opina que hoy "cualquiera sabe quiénes son Velázquez o Goya, pero no quiénes fueron Juan Hidalgo o Vicente Martín y Soler". El primero trabajó en la corte en la misma época que Velázquez, y el segundo lo hizo en la misma que Goya, no solo en la española, sino en muchas cortes europeas. "Martín y Soler estrenó con mucho éxito en Italia, en Viena y en San Petersburgo. Tuvo más éxito que Mozart, pero ahora casi nadie sabe quién fue", insiste la intérprete y directora, que encuentra la principal explicación de este olvido en el miedo de los programadores a fracasar en taquilla. Sin embargo, Márquez destaca el atractivo que esta música tiene para el público de hoy, ya que es una música hecha para agradar al oído y que ya en su momento recogía una larga tradición popular acumulada desde siglos atrás.

Márquez es también, junto a sus compañeros de La Tempestad, una de las fundadoras de GEMA, la Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua, y entre 2010 y 2016 ocupó diferentes cargos en la asociación. Antes de dejar el equipo directivo, organizó en Murcia el pasado mes de octubre una feria internacional de música antigua para fomentar la unión de los profesionales del sector: músicos, constructores de instrumentos, tiendas especializadas, editoriales y sellos discográficos.

En el sector de la música antigua, las formaciones especializadas en la Edad Media son la gran minoría dentro de la minoría. De los 67 grupos que componen GEMA, solo 10 interpretan música de este periodo histórico, de los que solo dos se dedican a él de manera exclusiva. Uno de ellos es Eloqventia, comandado por el flautista Alejandro Villar, que se dedica sobre todo a música instrumental. En este periodo tan remoto, las fuentes originales escasean. En España tenemos las cantigas de Alfonso X y de Martín Codax, por ejemplo, de las que ellos hacen versiones instrumentales; pero en el terreno de la música estrictamente instrumental de la época "solo se conservan medio centenar de piezas escritas, repartidas en dos colecciones: el Cancionero del rey, un códice que se conserva en la Biblioteca Nacional Francesa y es la colección más antigua de música instrumental que se conserva; y otro códice italiano, que se encuentra en la biblioteca del Museo Británico y es la recopilación más importante del Trecento italiano", explica Villar.

El flautista Alejandro Villar (izquierda) interpreta música medieval en Eloqventia

¿Dónde estudiar música antigua?

Savall celebra que "poco a poco se han ido incorporando en algunos conservatorios y escuelas superiores de música el estudio de la interpretación de estas músicas con la voz y con algunos de los instrumentos de época más relevantes (instrumentos de cuerda, de viento, de tecla o pulsados barrocos y renacentistas)". Hoy es posible estudiar música antigua en casi toda la geografía española, como la Escuela Superior de Música de Cataluña, que apostó por la música antigua desde su fundación en 2001; también en el Conservatorio Superior de Sevilla, la Academia de Música Antigua de Salamanca o la Academia Internacional de Música Antigua de Burgos, entre otros centros. Si bien no existen especialidades para todos los instrumentos históricos, y los más extendidos son los más comunes, como el clave o la vihuela de arco.

Sara Águeda es especialista en arpas históricas, un mundo en el que se inició gracias al teatro. Tocaba el arpa moderna, pero entró en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Alicia Lázaro, entonces su directora musical, la animó a especializarse. "Durante dos siglos el arpa fue uno de los instrumentos más importantes de la vida teatral española. Los grandes autores como Calderón, Tirso o Lope incluían músicos en sus obras, muchos eran arpistas e incluso a veces tenían un pequeño papel en la obra". Ahora Águeda tiene diez arpas que son réplicas de las que se usaban en distintas épocas y países, de uno y de dos órdenes (filas de cuerdas). "El arpa es el instrumento más antiguo que existe", recuerda Águeda, y eso explica su gran diversidad. Hoy esta joven intérprete viaja por toda Europa tocando con distintas formaciones que requieren sus servicios. Solo en los próximos dos meses actuará en el Concertgebouw de Brujas; en París y China con Le Poème Harmonique; en un concierto pedagógico en el Teatro Real en torno a la ópera Rodelinda, de Händel, que se estrenará por primera vez en el coso madrileño; en Bilbao con La Ritirata; y en un festival de Canarias y otro de Cracovia. Además, la semana pasada presentó su disco El teatro del arpa, en la Biblioteca Nacional de España.

El escenario no es casual: es en las bibliotecas y archivos más importantes de Europa donde reposan las fuentes históricas de las que beben estos intérpretes para darle una nueva vida a la música. Porque, como dice Savall, "la música viva solo existe cuando un cantante la canta o un músico la toca, los músicos son los verdaderos museos vivientes del arte musical. Es gracias a ellos que podemos escuchar las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, los Villancicos y Motetes de los siglos de Oro, los Tonos Humanos y Divinos del Barroco... Por ello es indispensable pensar los mecanismos institucionales para dar a los mejores músicos un mínimo de apoyo institucional estable, ya que sin ellos nuestro patrimonio musical continuaría durmiendo el triste sueño del olvido y de la ignorancia".