Fotograma de Richard Gere vestido de Armani en 'American Gigoló'.
Armani, 40 años vistiendo a Hollywood: de 'American Gigolo' a 'El lobo de Wall Street'
El éxito del diseñador italiano siempre ha acompañado a las grandes estrellas: Richard Gere, Jennifer Connelly, Christian Bale, Brad Pitt o Leonardo DiCaprio.
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El amor de Giorgio Armani hacia la moda consiguió forjar un imperio de alta costura que permanecerá con nosotros tanto en las calles como en el cine. Su recorrido, que comenzó en Milán con su culto a la elegancia y al pragmatismo del traje, triunfaría años más tarde en la ciudad de las estrellas, Los Ángeles. Allí, el diseñador italiano comenzó su estrecho vínculo de admiración y amistad con el séptimo arte.
American Gigoló
Paul Schrader, 1980
¿Quién le iba a decir al señor Armani que su revolución de la sastrería masculina se iniciaría con una película del legendario Paul Schrader —guionista de Taxi driver y Toro salvaje— llamada American Gigolo? Así fue, el diseñador recibió el encargo de engalanar a Richard Gere tan solo cinco años después de haber comenzado su marca.
El resultado de esos trajes tan refinados como provocativos le mereció alcanzar la fama internacional. La película se convirtió automáticamente en un filme de culto y lanzó a la fama tanto al diseñador y su empresa, como al director y al actor protagonista. En ella, un atractivo gigoló se ve envuelto en un caso de asesinato que pone en peligro su lujoso estilo de vida, su moral y la calidad de sus varios y sofisticados ropajes.
Fotograma de 'American Gigoló'.
Phenomena
Dario Argento, 1985
Fotograma de 'Phenomena'.
Pero el talento del italiano no solo estaba destinado al traje masculino, pues en Phenomena, el clásico de terror de Dario Argento (Suspiria) en el que una joven Jennifer Connelly con poderes psíquicos se comunicaba con los insectos para atrapar a un psicópata, todo el vestuario corrió a cargo de Armani.
Tras el éxito de American Gigolo, el filme demostró la versatilidad de la marca italiana a la hora de abastecer un departamento de vestuario e imprimir su propio estilo en la película. Americanas negras de dos o tres tallas por encima, camisas de seda y cuello picudo o unos harapos devorados por una colmena de insectos, esas fueron algunas de las sutiles y siempre sofisticadas aportaciones del diseñador a la atmósfera de terror creada por Argento.
Batman: El caballero oscuro
Christopher Nolan, 2008
Fotograma de 'Batman: El caballero oscuro'.
No se equivoquen, más allá del oscuro traje del Batman de Christian Bale, o el vestido de enfermera del Joker de Heath Ledger, la aportación del costurero de las estrellas a la superproducción de Nolan fue elevar, más aun si se puede, el aura de Bruce Wayne como ricachón y playboy inalcanzable.
Todos los trajes que Wayne lleva a lo largo de esta película y su secuela (El caballero oscuro: La leyenda renace) llevan el sello Armani y son fruto de la colaboración con la diseñadora de vestuario Lindy Hemming —premiada al Oscar al mejor vestuario en el 2000 por Topsy-Turvy—. Además de ser reconocida como una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos, en ella también vemos, indudablemente, al Batman más preocupado por mantener una estética después de partirle la cara a algún que otro maleante.
Malditos bastardos
Quentin Tarantino, 2009
Fotograma de 'Malditos bastardos'.
Si hay dos cosas importantes cuando uno se plantea asesinar a Hitler en un teatro a rebosar de nazis es: primero, tener un buen plan y segundo, cumplir con la etiqueta. O eso debió de pensar la gran Anna B. Sheppard al leer el alocado y siempre sangriento guion de Quentin Tarantino, pues creó vestuario especialmente para esta producción, por medio de combinar investigación histórica con la personalidad única de cada personaje
En vistas de la masacre que se avecinaba, Sheppard decidió vestir al primer teniente Aldo Raine con un magnífico Armani blanco hueso, una simple pajarita negra y un clavel rojo para adornar al carismático y elegante Brad Pitt. Un traje hecho a la medida de un magnicidio tan apoteósico como el final de Malditos Bastardos.
El Lobo de Wall Street
Martin Scorsese, 2013
Fotograma de 'El Lobo de Wall Street'.
La caricatura de la historia real de Jordan Belfort, el conocido corredor de bolsa que ascendió al cielo de Wall Street para luego caer bajo el peso de los excesos, delitos y fraudes, ha sido una de las películas que más ha dañado la carrera de Scorsese. Un filme malinterpretado hasta la saciedad por los autodenominados outsiders del sistema —devotos de las criptomonedas— y que no hubiera generado tanto impacto si Leonardo DiCaprio no estuviese vestido como la absurda hipérbole del sueño americano.
Cuando el director de Taxi driver le planteó el reto a Sandy Powell —la diseñadora de vestuario—, esta no dudó en recurrir a los ficheros y el historial textil de las colecciones Armani. Allí se topó con trajes clásicos de dos botones y colores que, a medida que la trama aceleraba, aumentaban su saturación y extravagancia en pantalla.