Crítica de Weapons

Crítica de Weapons

Cine

'Weapons': no hay nada más brutal, terrorífico y divertido que saber reírse de uno mismo

El nuevo largometraje del director de 'Barbarian' es un escupitajo a la cara del llamado "terror elevado" y contiene una de las secuencias finales más salvajes y divertidas de 2025.

Más información: Las series de agosto que no te puedes perder: Ridley Scott lega 'Alien' a Noah Hawley

Publicada

Si tu hijo se escapa de casa en medio de la noche, la alarma no suena; no hay nada más inútil que un policía estadounidense; antes de cruzar la calle es importante mirar siempre a ambos lados; cuanta más sangre, mejor; un muy buen final justifica prácticamente cualquier decisión, y, sobre todo, hay que saber reírse de uno mismo. Esas son las lecciones principales que nos deja Zach Cregger (Estados Unidos, 1981) con su nuevo largometraje, Weapons.

Muchas veces no hay que tomarse muy en serio las historias que uno cuenta. Había un director londinense, por ejemplo, que siempre mantuvo como prioridad número uno el color de pelo de su actriz protagonista, por encima incluso de aspiraciones autorales como eso de la verosimilitud. Un tal Hitchcock, al que en su momento se le acusó de intrascendente y poco inteligente.

El nuevo largometraje del director de Barbarian apuesta por escupir en la cara al elitismo del llamado "terror elevado" —cuyos representantes son Robert Eggers (Nosferatu), Ari Aster (Hereditary), o, recientemente, los hermanos Phillippou (Devuélvemela)—: toda la película es un MacGuffin frenético, desternillante y que no tiene reparos en dejarse llevar por la diversión, la violencia desmedida y el gore. Esto es por y para los disfrutones.

Eso sí, Weapons da miedo, mucho miedo. El cineasta estadounidense se arma con todo el arsenal narrativo que posee el cine de terror clásico y lo combina con la cadencia de un thriller desastroso al estilo Tarantino. Está claro que esto no es cine de autor, pues Cregger —director de la próxima adaptación del videojuego Resident Evil— saca pecho ante los agujeros narrativos, los personajes cliché y las herramientas de usar y matar, esas que tan solo pretenden entretener.

La historia gira alrededor de una pequeña comunidad que investiga quién o qué ha podido ser el causante de una misteriosa desaparición. En la misma noche, a la misma hora, los 18 niños de una misma clase, salvo uno, abrieron las puertas de su casa y se marcharon sin dejar rastro alguno.

La base de la trama, confeccionada por el propio Cregger, es un guion milimétrico con efecto Rashomon —el mismo episodio contado desde múltiples puntos de vista— a lo Magnolia de Paul Thomas Anderson, donde el director hila una trenza de perspectivas y elipsis que sabe perfectamente cuándo jugar sus cartas. 

Su narración reside en un juego de puntos de vista que corre a cargo de los ojos de una profesora alcohólica víctima de una caza de brujas (Julia Garner), un padre impulsivo y masculino (Josh Brolin), un policía aprensivo y con problemas de ira (Alden Ehrenreich), un yonqui con mucho mono y poco dinero (Austin Abrams), el director del colegio, cuyo único pecado es ser el más cuerdo de todo el elenco (Benedict Wong) y el niño callado, observador y misterioso (Cary Christopher).

Fotograma de 'Weapons'. Foto: Cortesía de Warner Bros. Pictures.

Fotograma de 'Weapons'. Foto: Cortesía de Warner Bros. Pictures.

Con su cuarto largometraje, Cregger se reafirma como un prodigio en el manejo del tempo y el momentum. En un inicio, el cineasta detona las emociones y la angustia en pequeñas ráfagas, y se reserva toda la pólvora para la apoteósica traca final. Entre guiños a El Resplandor o Scary Movie, Weapons consigue orquestar una de las secuencias de cierre más divertidas y bestias que han pasado por salas de este 2025.

Durante los 128 minutos que dura la cinta no hay margen para el suspiro. Paso a paso, paneo a paneo, el horror se implanta entre los personajes y las butacas. El cineasta no necesita efectos especiales, monstruos aberrantes o una retahíla de sustos. Cregger vuelve a lo de siempre. Su hacha y su sierra mecánica son el manejo de la cámara y nuestra perversa imaginación.

Un campo de visión restringido, el devenir de un plano subjetivo entre la oscuridad, el fuera de campo, la música, el suspense y las puertas, ¡las malditas puertas!. A veces el lenguaje cinematográfico es algo tan simple como eso.

Desde un principio el filme bombardea al espectador con preguntas, le hace formar parte de la investigación y le invita a perderse en los detalles. Pero a medida que avanza y el terror, el gore y la diversión se apoderan del relato, los porqués pierden su gravedad. ¿Por qué los niños corren con los brazos en posición de T? ¿Por qué todos se marchan a las 2:17? ¿Qué motiva a la misteriosa antagonista? ¿Realmente a alguien le importa todo esto?

A pesar de su título —Weapons—, su localización —un colegio de Estados Unidos—, su misterio —la desaparición de unos niños— y las similitudes de estructura narrativa con Elephant, hay que señalar, por si aún no ha quedado claro, que el filme de Cregger no habla ni de tiroteos escolares, ni de la famosa Segunda Enmienda. La suya es una película que no intenta hacer del mundo un lugar mejor, pero sí un rincón mucho menos aburrido.

Weapons

Dirección: Zach Cregger

Guion: Zach Cregger

Intérpretes: Julia Garner, Josh Brolin, Alden Ehrenreich, Austin Abrams, Benedict Wong, Cary Christopher, Amy Madigan.

Año: 2025.

Estreno: 8 de agosto.