La artista Samantha Hudson en el festival 'Lo que se viene Tenerife'. Foto: Juan Naharro.
Samantha Hudson, artista y activista 'queer': "No hay mayor éxito que dejar de preocuparte por el fracaso"
La cantante y actriz será la presentadora y entrevistadora de '¿No seré yo una obra de arte?', una nueva serie documental que llegará a Filmin el 1 de agosto.
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"Samantha soy yo, Dios, y vengo a decirte que a pesar de tu devoción y tu admiración por la Iglesia no puedo incluirte en mi rebaño porque eres maricón". Con esas palabras, y tan solo 16 años, iniciaba su carrera allá por 2015 con el videoclip de Maricón uno de los iconos LGBTIQ+ más importantes de nuestro país, Samantha Hudson. Diez años después, la también activista e influencer daba uno de los discursos más aplaudidos de este Orgullo.
La leonesa ha presentado en Lo que se viene Tenerife su próxima serie documental, ¿No seré yo una obra de arte?, la cual se estrenará en Filmin el día 1 de agosto. En ella, Samantha se entrevista con las figuras clave del arte contemporáneo (Abel Azcona, Pablo Berástegui o Manuel Segade) para llevarlas a su terreno, donde la crítica camp y su mirada divertida e inteligente sobre el arte dialogan con la alta cultura.
2025 está siendo un año muy intenso para la cantante de Por España, pues también ha significado la llegada de su nuevo álbum Música para muñecas, un disco tan provocativo como íntimo. Por todo ello y más, El Cultural ha podido hablar con ella sobre el arte y el capitalismo, el éxito y el fracaso.
Pregunta. ¿Cómo surge la idea de ponerse a los mandos de un proyecto como ¿No seré yo una obra de arte?? Porque sale de su registro y se adentra en algo, a priori, más intelectual.
Respuesta. Pues mira, fue una propuesta de Firstwall Estudios. Nos comentaron que estaban preparando una especie de programa de entrevistas, pero con un tono más sarcástico. Y para mí la frase clave fue Cunk on Earth, que es un formato donde una británica de tirarte por los suelos hace un repasito por la historia del mundo con profesionales, arqueólogos, científicos; haciendo las preguntas más rocambolescas que te puedas echar a la cara.
»Y luego siempre me ha interesado bastante el arte. Es verdad que para mí, igual que para la mayoría de los mortales, el arte contemporáneo resulta una cosa que quedaba muy lejana.
P. Parece un enfrentamiento entre la cultura camp y la alta cultura.
R. Es básicamente acercar posturas. Y que las personas que están a cargo o que forman parte de esa galaxia tan lejana nos expliquen de qué va la cosa. Desde preguntas más abstractas como ¿qué es el arte? y otras más sencillas como ¿qué es un comisario?
»Aproximar este universo que muchas veces está repleto de condescendencia, de elitismo, de pretensión a través de una óptica más distendida y, sobre todo, más divertida.
"Creo que una parte fundamental de esa gran máquina que entendemos como arte contemporáneo es el mercado y la especulación"
P. ¿Tenía un guion o iba improvisando?
R. Éramos un equipo muy pequeñito, había un trabajo de guion con un buen esqueleto para no dejarnos nada en el tintero. Cada capítulo está centrado en una disciplina. Pero luego yo me dejaba seducir por la circunstancia y me entregaba por completo al desconcierto tan fantástico que surgía con cada interacción. Hay quien todavía creo que estará recuperándose de las preguntas totalmente aleatorias que me brotaban del cerebro y que arrojaba sin piedad.
P. Más allá de si es una obra de arte o no, ¿se considera una artista?
R. Me considero una artista y siempre ha sido así. Entonces también me pareció muy interesante hacer este formato. No veo por qué un dibujo que ha hecho un niño no puede ser una obra de arte. ¿Acaso un espectáculo de transformismo no es algo parecido a una perfomance? ¿Por qué no ampliar ese concepto de arte y, de alguna manera, democratizarlo? Yo siempre he defendido mi arte, porque yo creo que ese es el objetivo último, que tu visión sea la prioritaria y que lo hecho por ti resulte fiel a tus convicciones, algo auténtico. Desarrollar un lenguaje honesto que, aunque no represente a nadie más, te represente a ti.
"Vivimos en una dictadura de lo viral, de lo algorítmico. En los últimos años han inoculado en nosotras el veneno de la trascendencia mediática"
P. ¿Y la vida del artista?
R. Desde lo personal, de mis amigas la que no confecciona vestuario es ilustradora y la que no es ilustradora hace música u otro tipo de arte. Me parecía fundamental abordar la cuestión monetaria, resulta desesperanzador que a día de hoy los artistas nos pasemos casi más tiempo promocionando nuestra obra que haciéndola. Además en un mundo donde la IA está en auge, creo que es fundamental hablar de estas cuestiones y reivindicar lo humano, el alma, el corazón.
»Tenemos que deshacernos de ese concepto tan pútrido de que una obra es un producto de consumo. Hacer un producto artístico y ganar dinero para poder seguir haciendo productos artísticos. Había que hablar de la rueda capitalista dentro de un mundo tan abstracto, tan ambiguo y tan repleto de eufemismos, para cuestionarnos hasta las instituciones con las que conversamos en la serie.
P. Lleva, más o menos, desde los 16 años en este ciclo de arte, de trabajo y en cierto modo de buscar el éxito y también se mueve en un círculo donde todas sus amigas son exitosas, cada una a su manera. ¿Hay un espacio para el fracaso dentro de todo esto?
Fotograma del tráiler de '¿No seré yo una obra de arte?'. Foto: Juan Naharro.
R. Pues mira, honestamente, yo no lo creo. Vivimos en una dictadura de lo viral, de lo algorítmico. En los últimos años han inoculado en nosotras el veneno de la trascendencia mediática, de los números. Eso no puede ser. Uno tiene que configurar lo que considera que es el éxito a su medida. No podemos permitir que todas andemos como pollos sin cabeza, persiguiendo fantasmas, ahogándonos en nuestras expectativas y frustrándonos. Eso tiene que acabar.
»En cualquier caso, yo creo que no hay mayor éxito que dejar de preocuparte por el fracaso. Hay que intentar, en la medida de lo posible, no prestarle atención a las reglas del juego y además, si puedes destruir el tablero por completo, eso ya es el objetivo último. Por desgracia, una tiene que vivir, una tiene que ganar dinero y una tiene que enfrentarse al mundo de la mejor manera posible. Pero si desde la raíz, desde el corazón y nuestras entrañas, lo único que perseguimos es ese éxito convencional, ahí es cuando verdaderamente habremos fracasado.
P. ¿Cómo ha cambiado su visión del arte contemporáneo después de hacer el documental?
R. Lo que he aprendido es que el arte es mucho más disfrutable si hay alguien que te lo explique. Por ejemplo, si vas a utilizar un cartel que describa la obra hazlo con un lenguaje más sencillo, no porque la gente sea boba, ¿sabes?, sino porque creo que muchas veces estamos en un autorreferencialismo, en una cosa que solo entendemos los que estamos aquí.
»Me ha gustado mucho encontrarme con gente que, a pesar de formar parte de esos circuitos, permiten la crítica. También han reforzado muchas convicciones. Acerca de lo que te comentaba, de que si tú crees que algo es arte, lo es. Ha sido un proyecto muy chulo, la verdad.