
Sara Montiel en 'La mujer perdida'
El documental que reivindica el mito de Sara Montiel: "Puñetas, dadle el Goya de Honor"
La directora Valeria Vegas recorre en 'Super Sara' la vida pública e íntima de la actriz y cantante, primera estrella internacional española.
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Gigante universal, Sarísima, La violetera y, sobre todo, Sara Montiel son algunos de los apodos que recibía María Antonia Abad Fernández, el verdadero nombre de la manchega que llegó a ser una diva y estrella internacional antes que nadie. Actriz, folclórica, presentadora y cantante, "Antonia", como le conocía su familia, decidió ser una mujer libre a pesar de la mirada ajena.
Valeria Vegas, la periodista, ensayista y ahora directora estrena en Max, Super Sara, un documental que arroja luz sobre la vida del icono que fue y es Sara Montiel para España.
En paralelo, Valeria Vegas, Zeus Montiel, Susi Sánchez y Marta Fenollar inauguran este jueves la exposición de La mujer bajo los focos en la Academia de Cine. La también biógrafa de Veneno (2020) desempolva los VHS inéditos de su exmarido y padre de sus dos hijos, José Tous, y los recorre junto al testimonio de algunos de las personalidades que envolvieron su vida.
Alaska, Chelo García-Cortés, Lorena Vázquez, Boris Izaguirre, Norma Duval, Supremme Deluxe, Jedet, Loles León o su hijo Zeus Montiel son algunas de las voces que completan la memoria de la indomable Sara Montiel, desde que Antonia abandona la Mancha hasta el recorrido de su coche fúnebre por la Gran Vía de Madrid.
Para la actriz catalana Loles León está claro: "No ha habido una representación de belleza en este país más importante que la de ella, puñeta, dadle el Goya de Honor".
Valeria Vegas confecciona así el retrato de una vida intensa que a ratos se decanta por la intimidad de Antonia y a otros por resignificar su trayectoria como icono artístico. El documental reivindica a Montiel como una mujer independiente, completamente adelantada a su tiempo, "fue una gran maestra a la hora de enseñarnos cómo se disfruta la vida, que es con libertad y haciendo lo que te apetezca".
Entre las entrevistas y el metraje casero existe una suerte de intención por limpiar las heridas de una estrella que, en su ocaso, fue una de las grandes damnificadas por la voracidad de la prensa rosa. En un intento de redención Chelo García-Cortés señala a sus compañeros y a sí misma: "Fuimos todos muy injustos con Sara Montiel".
La trayectoria de la folclórica comienza en un rol secundario en Te quiero para mí (1944) a la edad de 16 años. Al poco tiempo ya comparte encuadre con Fernando Fernán Gómez, el hombre que según ella le enseñó a 'besar de película'. Tras estrenar Locura de amor (1948), dirigida por su gran amigo Juan de Orduña, decide embarcarse en un barco destino México para despegar su carrera en América.
Al otro lado del charco, encarna a Marucha en Piel Canela (1953), un personaje que le sirve para ganarse el respeto y la fama suficiente como para saltar a Hollywood. Su primer papel en 'la meca del cine' llega con el wéstern Veracruz (1954), rol que interpreta junto a Burt Lancaster o Gary Cooper.

Valeria Vegas y Loles León en el rodaje de 'Super Sara'. Foto: Manolo Pavón
A partir de ahí la manchega concatena papeles y amistades junto a los grandes actrices y actores del star-system, Joan Fontaine, Vincent Price, James Dean o Marlon Brando. Con algunos comparte anécdotas, como los huevos fritos a la manchega que le hizo a Brando, o el rechazar la invitación de Dean para estrenar el coche que horas después sería su tumba.
Pero Sara no era únicamente una cara bonita, ella misma subraya en sus memorias: "¿De qué sirve tener un físico fenómeno si después eres «gilipuertas» y tienes la cabeza hueca?". En el documental Enric Majó apunta "Curiosamente en Hollywood vio hasta dónde podía llegar, hacer de hispana, hacer de india...". Por ello y por el éxito sin precedentes de El último cuplé (1957), con ese "Fumando espero" que ya forma parte de la historia del cine español, decide volver a España. El mito de Sara Montiel arranca.

Fotografía del archivo personal de Sara Montiel. Foto: MAX
La fama de la folclórica va más allá de la gran pantalla. Uñas afiladas y de un verde nuclear, delineador de ojos, volantes, perlas, lentejuelas y purpurina, así fue Sara Montiel con 20 años y así seguía con 70. "Es el icono más grande que ha dado nuestro país en cuanto a libertad sexual" afirma Chelo.
La primera de sus cuatro portadas para Interviú llegó cuando la actriz tenía 52 años. Antonia asumió el paso de los años como quiso, en el documental no solo se ve a una mujer visionaria a la que no se le permitió envejecer, sino a una España que atacaba a sus estrellas y las invalidaba.
La docuserie de Valeria Vegas trata de adentrarse, con dificultades, en el corazón de Sara Montiel: "aunque ella aparentase ser fuerte en el fondo tenía fragilidad, también eso explica su fantasía, el que ella construye ese armazón y que la verdadera Antonia estuviese protegida".
Sus problemas con la maternidad, el acoso de la prensa rosa o la muerte de su tercer exmarido son algunos de los capítulos más traumáticos en la vida de la manchega. Es ahí cuando el documental brilla, pero se queda parco en testimonios. Parece que la mitología de Montiel es una armadura demasiado áspera como para ser derrumbada a base del declaraciones de las celebridades que le rodearon.