
Crítica de 'La Viajera'
Hong Sangsoo y el arte de dirigir sin mapa: 'La viajera' como espacio de revelación íntima
Con Isabelle Huppert como guía, el cineasta surcoreano alcanza nuevas formas de naturalismo emocional a través de su peculiar método de escritura y rodaje.
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Cuando se analiza el trabajo de Hong Sangsoo –considerado por la cinefilia como el mayor cineasta surcoreano del siglo XXI–, se suele poner el foco en las singularidades estéticas y narrativas de su obra, desde el empleo de elegantes planos secuencia hasta la profusión de diálogos tocados por una poética diáfana. Menos llamativo, aunque igual de capital, es el modo en que los intérpretes asumen el exigente método de trabajo de Hong, quien escribe a primera hora de la mañana las escenas que se filmarán durante la jornada de rodaje.
Esta disposición actoral tiene efectos destacables, tal como puede apreciarse al estudiar la trayectoria de Kim Min-hee, protagonista de la mayoría de las películas de Hong desde 2015 (en La viajera, Kim, actual pareja del cineasta, no aparece en escena, pero figura como directora de producción). En sus colaboraciones con otros cineastas, como por ejemplo en La doncella (2016) de Park Chan-wook, Kim ha mostrado una inclinación a la parquedad gestual que podría vincularse con su formación como modelo. Sin embargo, en su trabajo con Hong, la actriz ha alcanzado altísimas cotas de expresividad naturalista.
Podría postularse que, en manos de Hong, los intérpretes experimentan una inevitable transformación por la vía del formalismo (deben recitar largos diálogos tocados por un cierto extrañamiento) y la emotividad (las escenas suelen exponer, en ocasiones de forma cruda, el sino sentimental y existencial de los personajes). Este tipo de mutación actoral se manifiesta con fuerza en La viajera, Oso de Plata del Festival de Berlín de 2024, que muestra a una Isabelle Huppert en un registro casi inédito para la gran dama del cine francés.
Lejos de la frialdad sensual de sus colaboraciones con Claude Chabrol, o del gélido hermetismo de sus papeles en las películas de Michael Haneke, Huppert emerge en La viajera como una figura jovial, tocada incluso por un aura de inocencia, aunque el eterno misterio que acompaña a la actriz permanece aquí intacto.
No es la primera ocasión en la que Huppert se pone en manos de Hong. Lo hizo en En otro país (2012) y en La cámara de Claire (2017), siempre con resultados sorprendentes. Pero La viajera supone la cima de la colaboración entre un cineasta interesado por destilar el claroscuro de las relaciones humanas y una actriz que no ha encontrado todavía un reto artístico que no pueda conquistar.
Aquí, Huppert, a sus gloriosos 72 años, interpreta a Iris, una mujer que escapa de la precariedad dando clases de francés a alumnos coreanos en las afueras de Seúl. En sus “clases”, Iris reniega del uso de libros de texto y basa su método de enseñanza en unas conversaciones que, sin dirección ni sentido aparentes, acaban revelando emociones soterradas.
Así, la profesora viajera busca que sus alumnos, a través de una nueva lengua, puedan expresar un sentir profundo. Una búsqueda de la expresión personal que conforma el núcleo del proyecto de Hong, un autor que lleva casi tres décadas explorando, sin otro manual que su propio genio, las posibilidades del lenguaje del cine.
La Viajera
Dirección: Hong Sangsoo
Intérpretes: Isabelle Huppert, Lee Hye-young, Kwon Hae-hyo, Cho Yun-hee.
Año: 2025.
Estreno: 16 de abril