Rodrigo Sorogoyen. Foto: José Manuel Vidal/EFE

Rodrigo Sorogoyen. Foto: José Manuel Vidal/EFE

Cine

Rodrigo Sorogoyen, premio Goya al mejor director por 'As bestas'

La película ha sido la gran triunfadora de la noche, con 9 premios de las 17 nominaciones que tenía

12 febrero, 2023 01:50

Rodrigo Sorogoyen ha ganado el premio Goya al mejor director por su película As bestas, la más nominada de la noche, con 17 candidaturas, y un total de nueve premios, incluyendo mejor película. "Pienso que ser un buen director, aparte de fijarse en Carlos Saura todo el rato, es rodearse del mejor equipo posible. Yo lo he hecho, ese es el único mérito que tengo", ha afirmado al recoger el premio.

También ha hecho una reivindicación ambientalista: "Los caballos salvajes que aparecen en la película han vivido durante siglos en libertad. La gente de Sabucedo nos ha hecho amar a estos animales. En esa zona están proyectando cuatro parques eólicos y les mando mucha fuerza a la gente de Sabucedo en la protección de sus motes y sus animales. Energía eólica sí, pero no así".

Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) quizá sea el director español más dotado a la hora de planificar las escenas, siempre con riesgo e inteligencia. Lo demuestran dos largas en As bestas, la estática del bar en la que entendemos las razones de los personajes en la disputa que los enfrenta, y el plano secuencia en el que discuten madre e hija. Pero era algo que ya aparecía en sus anteriores trabajos, que siempre se mueven entre una mirada de autor y un cine que apela con convicción al espectador.

Licenciado en la ECAM, y casi siempre de la mano de su coguionista Isabel Peña (la excepción es el corto Madre, nominado al Óscar y premiado en los Goya), Sorogoyen ha desarrollado una de las carreras más solidas del cine español reciente. Debutó con Stockholm (2013), una desoladora película que se impuso por sorpresa en los premios Feroz en la categoría de drama y que también fue premiada en los Goya y en el Festival de Málaga.

Denis Menochet y Rodrigo Sorogoyen en el rodaje de 'As bestas'. Foto: Lucía Faraig

Denis Menochet y Rodrigo Sorogoyen en el rodaje de 'As bestas'. Foto: Lucía Faraig

Posteriormente ganó el premio al mejor guion en San Sebastián con Que Dios nos perdone (2016), un oscuro thriller policial con asesino en serie, y los Goya a mejor dirección y guion por El reino (2018), un trepidante filme sobre las cloacas de la política española.

Con la enigmática película Madre (2019), ampliación de su galardonado corto, el director compitió en la sección Orizzonti del Festival de Venecia, en donde Marta Nieto fue premiada como mejor actriz. Además, el tándem Sorogoyen-Peña ha triunfado en el mundo de las series con Antidisturbios (2020).

As bestas llega a los Goya tras un celebrado estreno en Cannes y tras triunfar en el Festival de Tokio, en los Feroz y en los Forqué. Además, es la más taquillera de las cinco nominadas a mejor película, con más de cuatro millones de euros.

Han protagonizado una de las mejores cosechas del cine español, junto a los noveles (Carlota Pereda, Elena López Riera, Mikel Gurrea, Alauda Ruiz de Azúa y Juan Diego Botto) y otros que no están, como Jonás Trueba o Albert Serra. Además, Carla Simón ha hecho historia con el Oso de Oro de la Berlinale. Dos mujeres, con películas que con sensibilidad y delicadeza indagan en las emociones de sus personajes, y tres hombres, que navegan por el thriller y la pesadilla, se disputan el Goya a la mejor dirección.

El resto de nominados fueron:

Carla Simón por Alcarràs

Carla Simón. Foto: David Ruano

Carla Simón. Foto: David Ruano

Carla Simón (Barcelona, 1986) es, a sus 36 años, historia con mayúsculas de nuestro cine. Con su segunda película, Alcarràs, ha logrado el Oso de Oro de la Berlinale, un premio que ningún director español había recibido desde Mario Camus por La colmena en 1983. “Me costó mucho creerlo porque llegamos a Berlín con la película recién acabada y todo fue muy rápido”, explicaba la directora a El Cultural. “No sabía cómo la iba a recibir el público y la mayor satisfacción fue darme cuenta de que habíamos hecho la película que queríamos y que a la gente le llegaba”.

La trayectoria de Carla Simón está íntimamente ligada a la Berlinale. El proyecto de Verano 1993, su primera película, se cocinó durante dos años allí, en el programa Script Station y en el Talents, y posteriormente recibió el premio a la mejor ópera prima de todo el festival cuando se presentó en 2017. Este fue el punto de inflexión para la película, que posteriormente conquistó la Biznaga de Oro en Málaga y le brindó a la cineasta el Goya a la mejor dirección novel.

En ambos filmes la directora parte de su propia biografía (en Verano 1993, de la muerte de sus padres a causa del VIH cuando tan solo era una niña; en Alcarràs, de los veranos en casa de sus tíos, agricultores del melocotón) para realizar un cine delicado y sincero, que se desarrolla con ritmo preciso y con una gran intuición para captar los gestos relevantes de sus personajes.

Alberto Rodríguez por Modelo 77

Alberto Rodríguez durante el rodaje de 'Modelo 77'. Foto: Julio Vergne

Alberto Rodríguez durante el rodaje de 'Modelo 77'. Foto: Julio Vergne

El director sevillano Alberto Rodríguez (1971) ya triunfó en los Goya con La isla minima (2014), aquel crepuscular thriller ambientado en los años 80 en el que dos policías ideológicamente opuestos eran enviados a las marismas del Guadalquivir para investigar la desaparición de dos adolescentes. La película se llevó 10 galardones: película, director, actor para Javier Gutiérrez, actriz revelación para Nerea Barros, guion original, música, fotografía, montaje, dirección artística y diseño de vestuario.

Aunque en sus inicios Rodríguez apostó por la comedia, tanto en El factor Pilgrim (2000) -rodada al alimón con Santi Amodeo- como en El traje (2002), y por el drama social con toques de cine quinqui, en 7 virgenes (2005) -donde colabora por primera vez con Jesús Carroza, su actor fetiche-, ya en Grupo 7 (2012) sienta las bases del estilo que ha marcado su carrera: el thriller, casi siempre con toques de acción, inserto en el pasado reciente español. 

En Grupo 7 se acercaba al reverso tenebroso de la Expo' 92; en La isla mínima, a las heridas aun abiertas de la dictadura a principios de los 80; en El hombre de las mil caras (2016), a los vericuetos del laberíntico caso Roldán, y ahora, en Modelo 77 a la historia de la COPEL, un colectivo de presos que lucha por los derechos de los encarcelados y la amnistía en los años de la Transición. Incluso en la televisión ha retrocedido mucho más, a la Sevilla del siglo XVI en La Peste.

Carlos Vermut por Mantícora

Carlos Vermut, en los cines Princesa. Foto: Sara Fernández

Carlos Vermut, en los cines Princesa. Foto: Sara Fernández

En 2012 un OVNI cinematográfico titulado Diamond Flash desembarcó en Filmin para convertirse en uno de los filmes más aplaudidos del año por la crítica y por los espectadores más atentos. Su director era Carlos Vermut (Madrid, 1980), un joven de apenas 32 años procedente del mundo de la ilustración que, con 25.000 euros y con un equipo técnico de tres personas, levantó una ópera prima inclasificable, pero rebosante de estilo y misterio.

Magical Girl (2014), su segundo filme, consolidó el fenómeno Vermut: ganó la Concha de Oro y el premio al mejor director en San Sebastián. Con Bárbara Lennie, José Sacristán y Luis Bermejo, Vermut planteaba una intrincada narrativa en la que tres personajes se dirigen hacia la perdición por culpa del deseo más extravagante de una niña enferma de leucemia. El poder del relato descansaba en aquello que quedaba fuera de pantalla, obligando al espectador a rellenar los huecos más siniestros.

En su tercer filme, Quién te cantará (2018), con Najwa Nimri y Eva Llorach como protagonistas, realizaba un tenso estudio sobre la identidad y la fama, en el que viraba hacia el melodrama almodovariano y la atmósfera enfermiza del filme Persona de Bergman. Ahora, entrega su filme más desnudo y depurado estilísticamente, Mantícora, pura espeleología en los abismos del alma de un diseñador de monstruos que guarda un oscuro secreto.

Pilar Palomero por La Maternal

Pilar Palomero. Foto: Jorge Fuembuena

Pilar Palomero. Foto: Jorge Fuembuena

Graduada en fotografía por la ECAM en 2006, Pilar Palomero (Zaragoza, 1980) estudió dirección de cine con el prestigioso cineasta húngaro Bela Tarr en Sarajevo en 2013 y después se curtió durante años en el cortometraje. Su formación desembocó en Las niñas (2020)su primer largometraje de ficción, que nos sitúa en la España de los años 90 para brindarnos una visión desmitificadora de la época y un sensible retrato del despertar a la vida.

La película nos cuenta el mundo desde el punto de vista de Celia, una niña de 12 años que tiene que crecer en una sociedad todavía dominada por la mojigatería y el clericalismo. Un filme hermoso y conmovedor en el que lo importante son los gestos, las rutinas significativas y las miradas, con una gran Natalia de Molina en el papel de madre soltera y sufriente.

Tras ganar la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, Las niñas también triunfó en la gala de los Goya pandémicos de 2021 con los premios a mejor película, mejor dirección novel, mejor guion original y mejor dirección de fotografía. 

En La maternal, Palomero vuelve a fijar su cámara ante un universo femenino y adolescente plagado de aristas, ahora inserto en una realidad mucho más compleja: la de las jóvenes que comparten sus vidas en un centro de acogida para madres menores de edad tras haber sufrido penalidades que van del abuso sexual al maltrato familiar.