La actriz Margarita Lozano, icono del cine español del siglo XX y musa de grandes directores como Luis Buñuel o Pier Paolo Pasolini, ha muerto a los 91 años en la madrugada de este lunes en su casa en Puntas de Calnegre, en la que vivía retirada desde hace décadas, según ha confirmado a Efe el Ayuntamiento de Lorca (Murcia).

Lozano es una de las grandes figuras de la gran pantalla patria, admirada por los cinéfilos y de especial importancia por sus papeles en películas como Viridiana. En la cinta de Luis Buñuel, única Palma de Oro del cine español en Cannes, la actriz interpretó a la criada Ramona, que tiene una escena memorable jugando una partida de tute con los personajes encarnados por Francisco Rabal y Silvia Pinal. Supuso un salto cualitativo en su carrera como actriz, y el director quedó tan satisfecho con su trabajo que, aunque en el guion el protagonismo de Ramona era reducido, le integró finalmente en otras secuencias no contempladas.

Nacida en Tetuán en 1931, la infancia y juventud de Margarita Lozano transcurrió en la ciudad murciana de Lorca, que en 2014 la nombró Hija Adoptiva y a la que la actriz siempre ha estado muy vinculada. Se trasladó a Madrid a los 19 años con la premisa de estudiar diseño y moda pero pronto decidió centrarse en su vocación teatral. Cuando decidió ingresar en el IIEC, (Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, después Escuela Oficial de Cinematografía, EOC), sus padres no lo consintieron. Margarita no dudó entonces en abandonar el entorno familiar y alquilarse una habitación con el fin de enfrentarse de lleno a perseguir su sueño de ser actriz.

La icónica escena de 'Viridiana'.

De la mano del director Miguel Narros participó en importantes montajes durante los años 50 y 60, una carrera que compaginó con el cine, tanto en España como en Italia y en la que alcanzó reconocimiento internacional. Fue precisamente en este país donde Lozano firmó algunos de sus grandes papeles, sobre todo en la década de los 80 al lado de los hermanos Taviani, Paolo y Vittorio, que eran sus vecinos y le convencieron para regresar al mundo del cine. Rodó cuatro filmes con ellos, entre los que destacan La noche de San Lorenzo (1982) y Buenos días, Babilonia (1987). "Volví (al cine) por los Taviani. Nos encontramos paseando el perro y 15 días después me llamaron para La noche de San Lorenzo", reconocería la actriz.

La actriz también trabajó con otras grandes figuras del cine italiano como Pier Paolo Pasolini (en Porcile, 1969, por ejemplo) o Sergio Leone (Por un puñado de dólares, 1964, en la que tuvo un papel muy secundario). En España, dos años después de consagrarse de la mano de Buñuel, protagonizó Los farsantes, la ópera prima de Mario Camus sobre la vida de unos cómicos ambulantes en la que su personaje dignifica un humillante striptease.

Tras triunfar en Italia, Manuel Gutiérrez Aragón recuperó a Margarita Lozano para el cine españo con el filme La mitad del cielo (1986), con el que logró el Premio ACE (Nueva York) a la mejor actriz de reparto. De ese mismo año es otra de sus cintas más destacadas: El manantial de las colinas, del director francés Claude Berri.

Su última aparición sobre los escenarios fue, bajo la dirección de Amelia Ochandiano, con el montaje La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca (2005-2007), después de haber interpretado en la misma década Seis personajes en busca de autor, de Pirandello, dirigida por Miguel Narros. La actriz recibió en vida numerosos reconocimientos, entre ellos un doctorado honoris causa por la Universidad de Murcia, aunque fue reservada y poco amiga de la fama. El pasado 23 de junio recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes por decisión del Consejo de Ministros como reconocimiento a su dilatada trayectoria en el mundo del cine.