Daniele Luchetti en el set de rodaje del filme

Daniele Luchetti en el set de rodaje del filme

Cine

Daniele Luchetti: “Dirigir películas en Italia es como ser arquitecto en Florencia”

El veterano director italiano de películas como 'Mi hermano es hijo único' (2007) o 'Años felices' (2013) cuenta en 'Lazos' la historia del divorcio de un matrimonio italiano en un país donde la familia se considera irrompible

17 septiembre, 2021 11:11

Dice Daniele Luchetti (Roma, 1960) que es imposible desligar su trayectoria como cineasta de la historia de su país. Esa Italia convulsa, amante de la belleza, conservadora pero también violentada por movimientos radicales, quedaba reflejada con hondura en su película más conocida, Mi hermano es hijo único (2007), en la que contaba la historia de dos hermanos en los años 60, uno que se vuelve fascista y el otro comunista. En Lazos, adaptación de una novela de Domenico Starnone, se trata de la historia de un matrimonio sometido a todo tipo de vaivenes pero en último término más difícil de romper que el núcleo de un átomo.

Vemos la turbulenta trayectoria sentimental de Aldo (Luigi Lo Cascio de joven y Silvio Orlando de viejo), un exitoso periodista cultural, y Vanda (Alba Rohrwacher y Laura Morante), una esposa entregada a su familia. La historia arranca cuando el marido anuncia que quiere divorciarse para vivir con otra mujer de la que se ha enamorado. Entonces, Vanda reacciona de manera furibunda y comienza a hacerle la vida imposible para que regrese al seno familiar. El propio título de la película, Lazos, se refiere a la fortaleza de esos vínculos familiares en una cultura mediterránea como la del país alpino.

Pregunta. ¿Quería hablar sobre la dificultad de romper esos “lazos” familiares?

Respuesta. En Italia, como en todos los países mediterráneos, la cultura está muy centrada en la familia y los vínculos que se crean. Es muy complicado separarse de la familia, los divorcios se convierten en una tortura. Vemos que hijos que han sufrido abusos graves tampoco se alejan de sus parientes. Es algo que forma parte de nuestra esencia como país. Uno de los motores del filme es la distancia que hay entre una idea mental que nos creamos del amor eterno, la perfección familiar y cómo eso colisiona con pasiones humanas como el deseo. La película comienza con la historia de un hombre que se siente culpable porque al enamorarse de otra mujer hace daño a sus hijos y su esposa, sufriendo mucho por ello. Lo que quiero reflejar es la distancia entre la teoría de las vidas y la práctica de las vidas.

P. El personaje de la mujer es quizá el que puede parecer más antipático al comportarse de una manera intolerante, sin embargo la trata con afecto. ¿Cree que ella tiene derecho a cualquier cosa para salvar su matrimonio?

R. En la primera parte de la película el marido es la víctima y ella la agresora. Luego se intercambian los roles. Lo que ambos tienen en común es que no se sienten a gusto con la libertad. No están a gusto en la dimensión del vínculo, reconocen el sentimiento de atadura pero tienen miedo a vivir sin que exista, lo cual los hace muy infelices.

P. ¿Qué parte cree que es cultural en ese vínculo familiar y cuál pertenece a la propia naturaleza humana?

R. Recuerdo que cuando de niño veía las películas americanas y hablaban de la separación como una parte inevitable de la vida me daba cuenta de la diferencia estructural entre nuestra cultura y la de Estados Unidos. Las familias en Italia se basan en un sentimiento de solidaridad. Lo vemos en los grandes palacios de Roma, como el Palacio Farnesio, que llegaron a acoger a núcleos familiares superiores a las cien personas. Mientras que los italianos que se marcharon a América tienen vidas mucho mas solitarias, es un país en el que se crean identidades sin vínculos. Quizá tiene que ver con que fue fundado por emigrantes que llegaron al país después de separarse de los suyos.  

P. El éxito también juega un papel importante, el protagonista cambia cuando alcanza la fama. ¿Es imposible que no afecte a las personas?

R. En muchas carreras profesionales vemos esa arrogancia, ese orgullo del macho que siente que conquista. Luego cuando ve hacia dónde le está llevando esa arrogancia se da cuenta de que eso no le da felicidad. Solo consigue equilibrio en una relación sadomasoquista porque es su forma de sentirse bien. La generación precedente a la mía ha sido educada de una manera por la cual el hombre debe ser de un cierto modo, es muy machista. Les falta instrucciones de uso para la vida.

Luigi Lo Cascio y Alba Rohrwacher en un momento del filme

P. Sus películas están muy ligadas siempre a la historia y a cultura italianas. ¿Qué lugar tiene su país en su trayectoria?

R. Mi país es el centro de mi cine, es mi principal obsesión. A veces lo trato de una manera más directamente política y otra desde las relaciones personales, pero siempre está allí. Es un país que nunca deja de sorprenderme. Ahora mismo vemos que estamos saliendo de la pandemia de una manera bastante eficaz. El sur de Italia, que siempre ha sido un lugar más caótico, se ha comportado de forma muy disciplinada sin perder su esencia vital. Me he dado cuenta estos meses de que Italia es mejor de lo que pensaba.

P. ¿Cuál es el peso de una tradición tan fuerte como la de los grandes maestros italianos en un director contemporáneo?

R. Dirigir películas en Italia es como ser arquitecto en Florencia.

@JuanSarda