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Cine

Un reivindicativo Spike Lee viaja a 'Apocalypse Now'

El director se acerca a la Guerra de Vietnam en 'Da 5 Bloods' desde el punto de vista de los soldados afroamericanos con un filme excesivo en todos los aspectos, desde su duración hasta la mezcla de texturas y géneros

12 junio, 2020 09:10

La providencia ha querido que en uno de los momentos más convulsos para las tensiones raciales en todo el mundo llegue a Netflix el nuevo trabajo de Spike Lee, director que desde los 80 muestra al público lo que significa ser afroamericano en EEUU. Da 5 Bloods (Hermanos de sangre) no es una excepción en este sentido y de hecho es un filme con una gran carga de contenido político, incluso de manera explícita, como es habitual en el cine del autor de Haz lo que debas (1989). La historia aborda el viaje de Paul (Delroy Lindo), Otis (Clarke Peters), Eddie (Norm Lewis) y Melvin (Isiah Whitlock Jr.), cuatro sexagenarios de color, excombatientes de la Guerra de Vietnam, que regresan al país asiático para recuperar el cuerpo de un compañero caído en combate, Storm Norm (Chadwick Boseman) y, de paso, hacerse con un botín de lingotes de oro arrebatados al Vietcong que enterraron en su tumba.

Como ya ocurriera con la orfebrería técnica al servicio del cine de autor de Alfonso Cuarón en Roma o en el hiperbólico acercamiento al crepúsculo del mafioso de Martin Scorsese en El irlandés, parece que Netflix le ha dado carta blanca a Lee para rodar su película sobre Vietnam sin ningún tipo de intromisión en cuanto a medios ni en el corte final. El resultado es un filme excesivo en todos los aspectos, desde su duración de más de dos horas y media, hasta la mezcla de tonos, texturas y géneros: de la comedia de buenos sentimientos que parece la propuesta en su arranque al dramático cierre final, pasando por el filme bélico, la película de aventuras, el panfleto político, la imagen documental e incluso el cine de acción, con toques que van desde el blaxploitation al gore.

Un momento de 'Da 5 Bloods'

Podría parecer que tal cóctel solo puede resultar indigesto, pero de alguna manera Lee logra salir airoso con un filme que, si bien no entra a formar parte de sus mejores obras (donde sí habría que colocar su anterior entrega, Infiltrado en el Kkklan), si sirve como monumental montaña rusa en la que siempre puedes esperar que la próxima curva sea mejor que la anterior (aunque no siempre ocurra), perfectamente engrasada para remover conciencias y conquistar al personal con el magnífico desempeño del reparto, especialmente ese Delroy Lindo como ex soldado con galopante síndrome de estrés postraumático (tan trastornado que vota a Trump y lleva una gorra de Make America Great Again). Sus rupturas de la cuarta pared hacia el final marcan quizá el punto culminante de la carrera de uno de esos secundarios a los que siempre apetece ver.

Los flashbacks con los que Lee nos transporta a la guerra de Vietnam cuentan con una particularidad: los actores no han sido rejuvenecidos con CGI, como ocurría en El irlandés, ni sustituidos por otros más jóvenes. Como expresan los personajes en más de una ocasión, Lee parece querer establecer con esta arriesgada apuesta visual que quien lucha en una guerra nunca la abandona, por mucho tiempo que pase. Frente a ellos, el único que permanece joven, valiente, inmutable, idealizado hasta el paroxismo, es el 'hermano' caído, quien fuera un líder para el grupo tanto en el combate como en la manera de afrontar la vida y la lucha contra la discriminación racial. Su integridad queda de manifiesto cuando escuchan por la radio la noticia del asesinato de Martin Luther King y logra aplacar las ansias de venganza de sus colegas contra los superiores.

Da 5 Bloods: Hermanos de armas (en ESPAÑOL) | Tráiler oficial | Netflix España

Lee es cristalino en su intención de establecer la pervivencia del racismo en EE.UU., aportando fuentes documentales del pasado y del presente (incluso imágenes del colectivo Black Lives Matters). Aunque quizás sea la perspectiva del hombre negro en la Guerra de Vietnam lo más interesante del filme, esa idea de que se fueron a luchar para liberar a un pueblo oprimido mientras en su propio país ellos mismos eran los oprimidos y había ya una gran movimiento de lucha por los derechos civiles. Estos jóvenes, que por motivos económicos o de influencia no pudieron escapar al servicio, utilizados como carne de cañón en la batalla, encima fueron recibidos en EE.UU. con ingratitud, como auténticos villanos por las tropelías cometidas por el ejército en Vietnam. Ese peso, que se mezcla con el orgullo por haber servido a su país, es la carga que arrastran desde hace más de cuarenta años estos hombres.

Paul, Otis, Melvin y Eddie se adentran en la jungla para hacerse con los lingotes de oro, pero no son los lingotes lo que buscan en realidad sino la paz interior, saldar cuentas con el pasado. Así la película también nos habla de temas como la codicia, la lealtad, el trauma, la adicción, el fracaso o lo que significa ser un patriota. Y Lee lo tiene claro: se puede hincar la rodilla o levantar el brazo durante el himno nacional y no por ello dejar de ser un patriota.   

@JavierYusteTosi