Image: Melancolía en plano fijo

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Cine

Melancolía en plano fijo

Sergio Renán rueda “La soledad era esto”,

7 marzo, 2001 01:00

Sergio Renán y Charo López (en el centro) en un momento del rodaje de La soledad era esto

El veterano director argentino Sergio Renán (La tregua, El sueño de los héroes) rueda estos días entre Madrid y Bruselas La soledad era esto. Basado en la novela homónima de Juan José Millás (ganadora del premio Nadal), el guión es de Manolo Matji, y el reparto lo encabezan Charo López e Iñaki Font. El CULTURAL ha visitado el rodaje, donde ha charlado con el director.

Cuando el productor Enrique Cerezo escuchó La soledad era esto leída por Charo López en un audiolibro, automáticamente se decidió a comprar los derechos de la novela de Juan José Millás. Desde aquel momento, ya no pudo imaginarse a nadie en el papel de Elena que no fuera la actriz salmantina. Lo mismo le pasó al director argentino Sergio Renán, a quien Cerezo le pidió que rodara la película debido a su experiencia en adaptaciones literarias (La tregua, El sueño de los héroes). "Sin embargo -comenta Renán-, mientras leía la novela tuve una fuerte sensación de incertidumbre, no sabía muy bien cómo convertirla en un relato cinematográfico solvente".

Dominio de la voz en off

El principal obstáculo era la lectura de los diarios de la fallecida madre de Elena, en los que ésta va descubriendo una exacta similitud entre sus dos vidas. Presa de una crisis de identidad, Elena contrata a un detective privado para que realice informes sobre su conducta, y de esta manera descubrir quién es ella realmente. "Los ejes temáticos del libro son la búsqueda de la identidad, la soledad y la recuperación de la madre muerta", resume Renán. Fue el experimentado guionista Manolo Matji quien diseñó una estructura cinematográfica para el relato de Millás. "Creo que el punto de partida que proponía la novela necesitaba una solución ingeniosa y cinematográfica, y eso es lo que Matji aportó", explica el director. Los diarios escritos de la novela se convierten en diarios grabados en el filme, con lo que el metraje estará levemente dominado por la voz en off. "De todos modos, la voz en off ocupa mucho menos espacio del que se pueda suponer leyendo la novela", aclara el autor de La tregua, que recibió una candidatura al Oscar a la mejor película extranjera en 1974.

El sueño de Enrique Cerezo ya va tomando forma, y será Charo López quien dé vida al personaje creado por Millás en la primera de sus novelas de La trilogía de la soledad. El filme se rueda estos días entre Madrid y Bruselas, en un rodaje que ya se encuentra en su fase final y que, según el director, "se está desarrollando de forma idílica". "Desde el punto de vista de los ritmos -continúa Renán-, vamos como la seda. Aunque sea la primera vez que trabajo con este equipo técnico, creo que nos compenetramos perfectamente". Se refiere a Juan Amorós y a Salvador Gómez Cuenca (habitual ayudante de dirección de José Luis Garci), dos veteranos profesionales del cine que, bajo las instrucciones de Renán, enfocan su experiencia a lograr una presentación visual determinada exclusivamente por los personajes. "Yo también soy actor -dice Renán-, y sé lo importante que es aprovechar todos los recursos del medio para sacar lo mejor de ellos. Por eso los personajes son el núcleo de mis puestas de cámara, de las continuidades visuales, de la elección de las lentes y de la determinación de los planos fijos y en movimiento". El reparto lo completan, entre otros, Iñaki Font, en el papel del detective privado Doro; Ramón Langa, que interpreta a Enrique, el marido de Elena, y Ana Fernández, como Mercedes, la hermana de Elena. "A mí nunca me ha resultado fácil elegir un reparto. Es la elección más difícil de las que se me plantean, y aunque esta vez los ensayos con los actores han sido menores de lo que hubiera deseado, estoy convencido de que no puedo contar con mejor cartel".

Apartado musical

Viéndole trabajar, no resulta complicado adivinar por qué Sergio Renán, un admirador confeso de Bergman y Visconti, otorga absoluta prioridad a los actores. Mientras su ayudante de dirección organiza la puesta en escena y los movimientos de cámara, y Juan Amorós mide la luz, determina el plano y ordena silencio, Renán se toma todo el tiempo y las tomas necesarias para exprimir el máximo de expresividad a Charo López y Ramón Langa.
Haciendo acopio de su experiencia como regisseur de ópera -en enero de 2000 estrenó en el Teatro Real una innovadora puesta de la ópera Lady Macbeth de Mtsenk- y como violinista profesional, Renán también figurará en los créditos en el apartado musical. "Cuando termine el rodaje me pondré de lleno con la música, que tendrá una cadencia camarística y limítrofe con el jazz, algo similar a Billy Evans". Una música que, como cada secuencia del metraje, debe ponerle un nuevo nombre a la soledad.