Image: He desafiado convenciones en cada película

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Cine

"He desafiado convenciones en cada película"

Ang Lee

21 febrero, 2001 01:00

Hollywood se ha dejado seducir por el último poema cinematográfico de Ang Lee, Tigre y Dragón, que a pesar de ser un filme taiwanés rodado en mandarín acudirá a los Oscar con diez nominaciones, entre ellas a la mejor película y al mejor director. Basado en un texto de Wang Du Lu -cuya adaptación también ha recibido una candidatura-, Tigre y Dragón eleva el género de las artes marciales a la categoría del mejor cine, donde el amor, el honor y el destino confluyen en el épico ambiente de la antigua China. EL CULTURAL ha hablado con el director taiwanés sobre su última creación, la gran sorpresa de los Oscar.

Ang Lee (Taipei, 1954) cierra los ojos para concentrarse aún más y recordar que, efectivamente, hablamos de una película con la que quería retomar los mitos de su infancia hace cinco años. Fue durante una estancia en Locarno, durante su participación en el festival de cine suizo con Beber, comer, amar. Tuvo que transcurrir un lustro y tres películas más -Sentido y sensibilidad, La tormenta de hielo y el inédito western-bélico protagonizado por Penélope Cruz Ride With The Devil- hasta poder realizar Tigre y dragón, que él considera llanamente "un gran sueño infantil".

- Hábleme de una película en la que ha logrado fundir sueños infantiles y una obra largamente prohibida en China.

- Tigre y dragón es un doble sueño infantil. Primero, porque procede de la memoria de los cuentos que mi padre me solía contar y que pertenecen a la tradición oral de los mitos y leyendas chinos y porque llevar ese legado hasta una película es la cristalización de otro sueño infantil. La segunda fuente es el cuarto volumen de una colección de cinco escrita a principios de los años treinta por Wang Du-Lu, que tituló Wo Hu Zang Long, que ustedes traducirían como La espada verde (la traducción inglesa, The green destiny, tiene un componente más metafórico) y que estuvo prohibida durante mucho tiempo.

Espectáculo de luz

- ¿Cuáles fueron las razones de la larga prohibición de la novela?

- Bien, en su léxico habitual utilizado para la censura, la Revolución Cultural de Mao Zedong la prohibió por sus contenidos burgueses y, por tanto, peligrosos para la Revolución. La historia del escritor Wang Du-Lu es muy triste porque, tras ser perseguido y rehabilitado, obtuvo un trabajo oficial, lo que le agradó mucho. Sin embargo, eso mismo cortó de raíz su inspiración y murió amargado, incapaz de escribir ni una sola línea. Yo no pude leer la novela hasta 1994…

- ¿Qué le atrapó de su lectura?

- Recuerdo que fueron varias cosas las que me impactaron. En primer lugar, la espada verde del título original. Opera de metáfora para toda la historia y a mí, particularmente, me sirvió de ancla para el resto de la narración. Verá, esta espada es un arma exquisita, afilada y flexible. Y es también misteriosa y dota de poderes sobrehumanos a quien la posee y utiliza. Todo esto me fascinó hasta el punto de convertirla en motivo de realizar todo un espectáculo de luz y sonido alrededor de ella.

El resultado es no sólo una película deslumbrante sino también una tan arriesgada como efectiva fusión de géneros aparentemente irreconciliables: el melodrama, la película de acción y el filme de artes marciales. Todo ello impregnado de una poética y lirismo impensables en una película de estas características. Y es que habrá un antes y un después de Tigre y dragón, en cuanto a la clasificación de las películas de este género, sobre todo para aquellos no familiarizados con él...

- Por la arriesgada y efectiva fusión de elementos de varios géneros, ¿cómo se atrevería a definir su propia película?

- ¡Como un pastiche! (Risas). Pero ésta no es la primera vez, porque en realidad nunca creo haber hecho una película estrictamente de género. Siempre tiendo a mezclar sentimientos, emociones y elementos de diversos géneros, porque así es también como veo la vida. Tigre y dragón es la criatura nacida de la unión del melodrama femenino y el filme de acción a la hongkonesa de artes marciales.

- Para toda una generación, el término película de artes marciales se vincula a subproductos violentos protagonizados por Bruce Lee, Jackie Chan o Chuck Norris, que fue discípulo del primero.

- Sí, se trata de una desviación en aras del lenguaje cinematográfico de la verdadera esencia de las artes marciales. En su origen, son una disciplina espiritual. Y su poder deriva de la renuncia personal que propicia la propia fuerza interior que generan. Para ser más claro, déjeme explicarle que los protagonistas de Tigre y dragón luchan según las normas del Wudan, que están en el extremo contrario de las más violentas del Shaolin, de las que deriva el kung-fú y que han sido popularizadas en el cine.

- Muchos consideran las películas de artes marciales como subproductos cinematográficos, cine de segunda clase con vocación populista. Antes de ver Tigre y dragón constituyó una sorpresa que un refinado y sensible cineasta como usted se hubiera pasado a este cine…

- Las mejores películas de artes marciales no han llegado a las pantallas de Occidente. Yo recuerdo las que vi de niño en Taiwán, algunas de ellas estaban plagadas de magia, elegancia y poesía. Y yo las amé durante niño y ahora he querido realizar un viaje nostálgico en lo personal, y a la vez realizarles un afectuoso homenaje. Imagino la sorpresa inicial acometiendo este proyecto, pero también creo ser un cineasta que ha desafiado géneros, convenciones y encasillamientos en cada película que he hecho. Hasta cierto punto, ha sido divertido comprobar cómo la película fue lanzada en verano en China como una película pop corn de mero entretenimiento. Y hace un par de meses, en el Reino Unido y Estados Unidos fue distribuida casi como un filme de arte y ensayo. ¿Sabe cómo la lanzarán en España?

Una lección de humildad

Cuando se estrene en nuestras pantallas, la exquisita y bella Tigre y dragón llegará ya con la reputación del gran evento cinematográfico que es. Al margen de galardones, récords de taquilla y diez candidaturas al Oscar (entre ellas mejor película y mejor director), el filme de Ang Lee comparece como uno de esos que se convertirán en obligada referencia. En gran parte debido a sus logros visuales. En este terreno, las luchas han sido coreografiadas en escenas de una rara belleza casi nunca antes vista en una pantalla a partir de inimaginados duelos en que los combatientes se enfrentan sobre muros, copas de árbol, tejados y superficies de agua cristalina. El clímax de la película se alcanza en un duelo sobre las copas de un denso bosque de árboles de bambú. Ang Lee achaca los logros a los trabajos del coreógrafo Yuen Woo-Ping, que también colaboró con los hermanos Andy y Larry Wachowski en The Matrix, y al director de fotografía de Hong Kong, Peter Pau.

- Hábleme de su colaboración con el coreógrafo Yuen Woo-Ping en esas escenas que desafían la ley de la gravedad…

- Para mí fue toda una lección de cine… y de humildad. Ver organizar y coreografiar a Yuen Woo-Ping fue toda una lección magistral para mí: cuando acude al plató tiene ya todas las escenas y coreografías editadas en su cabeza. Su imprescindible trabajo hizo que, pese a la aparente dificultad de las escenas de los combates, haya sido la película más fácil de rodar de cuantas he acometido.

- El color verde domina completamente la película.

- Aunque escrita hace ochenta años, la novela nos lleva hasta los comienzos de un siglo XIX mitificado. Por eso, quise dotar a la película del tono de las acuarelas de ese tiempo, concretamente a las asociadas a las leyendas chinas antiguas. El director de fotografía Peter Pau ha conseguido que esta sea mi película más aireada, de espacios y tonos mas ligeros. Por eso, los contrastes cromáticos son también menores. Y hay dos colores fundamentales en la película: el rojo y el verde. Está el rojo del tigre vagando por el desierto. Y el verde del dragón, que simboliza todo lo oculto, lo reprimido, los tabúes que deben ser ocultados. En el verde, como dicen en la filosofía taoísta, está el lugar remoto y misterioso en el que se aloja el yin, donde tiene su orígen la existencia entera. Y el yin necesita el yan, ésa es la paradoja de la existencia humana. En la película, un hombre necesita encontrar una mujer, búsqueda en la que está para mí la esencia de la relación romántica. Y de regreso al verde en la película… lo domina todo: está no sólo también en el nombre de la espada sino en el onyx, el jade, el mabú… e incluso en el nombre de la maléfica, Jade Fox…

Ang Lee ríe afabilísimo al comentar lo diferente y similar que es esta película (su primera de acción y con la que ha vuelto a rodar en mandarín) de sus anteriores, ya que la temática familiar, las sofocantes contradicciones entre los deberes filiales y el placer personal se han erigido en el primer signo de identidad de toda su obra cinematográfica. "Para empezar -comenta-, los temas familiares resultaban los más baratos para un director que empezaba". Hay otro elemento común: el amor reprimido y sus consecuencias sociales. Los vínculos familiares y las relaciones paterno-filiales se erigieron en el eje de su primera trilogía de comedias taiwanesas -Pushing Hands, El banquete de bodas, Comer, beber, amar- que subtitula con humor El padre siempre sabe lo que es mejor. Las hermanas Marianne y Elinor Dashwood fueron las protagonistas de su adaptación de la novela Sentido y sensibilidad, de Jane Austen; la familia volvía a ser el centro de su muy sombría La tormenta de hielo y Ride With The Devil, un grupo de jóvenes luchadores de la guerra civil norteamericana convertían su banda guerrillera en una especie de grupo familiar alternativo.

-¿Es quizá Tigre y dragón la película en la que más retos ha abordado?

- No sé si es en las que más, pero sí más grandes. Primero quise expandir mis fuerzas desde los territorios del drama familiar a los de la aventura.

Territorios peligrosos

»El terreno de la acción no me resultó tan nuevo, porque ya lo había explorado en Ride With The Devil. Sé que se considera que la acción ha sido lo novísimo para mí, pero no estoy de acuerdo. Porque, y en segundo lugar, me he querido medir a mí mismo en dos ámbitos: frente a un gran lienzo y frente al romance. Para mí, éstos han sido los dos territorios peligrosos. Sobre todo el tamaño: me he sentido ante algo más grande que la vida, un cuento de hadas adulto que podría comenzar con un érase una vez…

- Si tuviera que elegir los grandes temas que vertebran la película, ¿cuáles serían?

- El amor, el honor y el destino. Estos son los tres temas -y las consiguientes meditaciones que provocan- que guían la narración de Tigre y dragón. Creo que es el tema del romance el que irrumpe de una forma nueva en una película mía, aunque estuvo también, de diferente manera, en Sentido y sensibilidad. Creo que en ambas películas hay otro tema muy querido por mí, cómo las obligaciones sociales pueden llegar a ahogar la libertad personal. Es por eso que a veces me permito bromear diciendo que Tigre y dragón es una película resultante del experimento de haber convertido en maestras de artes marciales y guerreras a las hermanas Elinor y Marianne Dashwood de Sentido y sensiblidad.

Lee ríe cuando se le pregunta por su próxima aventura cinematográfica, ya que hace tiempo dijo que jamás haría un western y después dirigió Ride Wide The Devil. Según "Variety", Lee se encuentra ya inmerso en la adaptación de las historias del personaje de cómic Hulk (y también protagonista de la de televisión La masa). Habrá que esperar para comprobar qué nueva pirueta estilística y visual será capaz de dar uno de los directores de cine más sensibles, brillantes, versátiles y, pese a ello, personales de la última década.