Cine

Carlos Saura Presenta su proyecto de Buñuel en Cannes

Dos aragoneses en Franfcia

10 mayo, 2000 00:00

Cannes 2000

El cineasta Carlos Saura, considerado "hijo espiritual de Luis Buñuel", aprovechará el ciclo retrospectivo que el Festival de Cannes dedica al autor de Un perro andaluz para presentar el día 14 su próxima película (que empezará su rodaje en octubre), una ficción sobre el cineasta de Calanda en sus años de juventud junto a Dalí y García Lorca. Escrita al alimón con el experto Agustín Sánchez Vidal, Saura asegura que Buñuel y la mesa del Rey Salomón es "un viaje a las fantasías y los sueños del director", un filme completamente ficticio pero lleno de interpretaciones. El cineasta aragonés anticipa a EL CULTURAL los secretos que desvelará el domingo en el 53 Festival de Cannes.

Tuvo que llegar un cineasta aragonés para rodar la obra definitiva sobre su paisano Goya. Y tuvo que ser Carlos Saura. Goya en Burdeos pasó sin pena ni gloria por las carteleras de las salas españolas -aunque eso es algo que a Saura no parece preocuparle en demasía-, pero la película se ha inmolado como una de las grandes creaciones visuales de los últimos años. En estos días de celebraciones no podía faltar el homenaje cinematográfico a otro aragonés ilustre: el ya centenario Luis Buñuel, que está más vivo que nunca. Y también ha sido Carlos Saura. No sólo paisano, sino ferviente admirador, heredero espiritual y amigo personal de Buñuel, el director de Los golfos ha encontrado en Goya y Buñuel todas las similtudes que les convierten en animales sagrados de la tradición cultural española, pero también todas esas diferencias que les hacen excepcionales y tremendamente humanos.

"Goya y Buñuel son personajes muy similares en el sentido de que tenían un poder de evocación insólito y tremendo -afirma Saura-, capaz de construir mundos muy personales a partir de realidades concretas". En esa misma senda, como ha demostrado en sus últimas producciones, quiere continuar su aventura cinematográfica el director de Tango. Un deseo que no ha pasado inadvertido para el productor de Rioja Films, José Antonio Romero, qué junto al también productor Ferrán Llagostera concibió la idea original de realizar una creación ficticia sobre Luis Buñuel: "Lo que al principio era una idea muy vaga, adquirió un aspecto muy sólido cuando me encontré con que Agustín Sánchez Vida¡ y Carlos Saura, máximos conocedores de la obra y personalidad de Buñuel, estaban dispuestos a llevar a buen puerto la película".

Una película libre

En el café Gijón, Saura y Sánchez Vida[ han ido desarrollando en los últimos meses el guión de Buñuel y la mesa del Rey Salomón. "Agustín es un hombre que sabe demasiado. Ha sido un vicio trabajar con él. De cualquier comentario sacaba un discurso intelectual", explica Saura. "Sería absurdo hacer una biografía o filmografía -continúa-. Por eso hemos escrito una película muy libre, en la que convertimos a Buñuel en un personaje de nuestro tiempo que imagina una película sobre su juventud en Toledo. Nos metemos en su cabeza y recorremos los caminos de su imaginación, donde vive una aventura extraordinaria junto a Dalí y Lorca en el submundo de Toledo, en busca de la mesa del Rey Salomón". Es el cine dentro del cine, donde el espectador se encontrará con un mundo de prodigios, misterios, ensoñaciones y cajas chinas que se enredan en los incesantes sueños de ambos directores aragoneses.

"En la mesa de Salomón (una especie de espejo hecho de un material desconocido) -continúa el cineasta-, los protagonistas encontarán el reflejo de sus pensamientos, todo lo que quieran ver, el pasado, el presente y el futuro". Es un símbolo que va más allá del aleph borgiano y que replantea de nuevo en el cine de Saura los problemas de identidad y el solapamiento de distintas dimensiones temporales en una misma realidad. "Del cine de Buñuel siempre me fascinó la mirada de desdoblamiento, los juegos con el tiempo y los planos existenciales, y eso es algo que ha influido decisivamente en mi cine", explica Saura. Los americanos quisieron ver en esta mirada buñuelesca (que alcanzó la perfección en sus películas francesas y españolas de madurez) ciertas resonancias a Vértigo de Hltchcock, pero el autor de Flamenco aclara que estaba mucho más relacionado con la literatura clásica española, en concreto con la escritora del siglo XVII María de Zayas y Sotomayor. "También rindo un homenaje a esta escritora convirtiéndola en personaje", anuncia Carlos Saura.

Curado ya de espantos, el realizador reconoce que corre un gran riesgo llevando personajes reales a la pantalla: "Siempre puede venir alguien diciendo que Dalí o Buñuel o Lorca no eran así como
yo los retrato: pero la gran ventaja de este invento es que trabajo en dos espacios distintos. En uno, los actores imitan lo que pudieron ser los personajes reales; en el otro, esos actores acaban por integrarse en los personajes que interpretan. Esto me permite un juego de identidades fabuloso". La cuestión de fondo es la que se planteó Buñuel durante toda su vida, y que encauzó violentamente a través del surrealismo: ¿Quiénes somos? ¿Nosotros o nuestros sueños? Pero Carlos Saura no quiere hablar de surrealismo ("un término muy gastado", comenta) ni de las pretendidas aclaraciones metafísicas de su próxima película. Le interesa dejar bien claro que va a hacer "algo que nunca había hecho: una película de aventuras".
En el camino de esa aventura -que para Saura dará comienzo en octubre, durante los inicios del rodaje-, el director de Cría Cuervos pretende rendir homenaje a su amigo y compañero de fatigas, convertirlo en mito, y qué mejor forma de hacerlo que "viajando a través de su proceso de creación, por los rincones de su mente donde iba imaginando las películas para, de esa forma, desvelar la verdadera identidad de tan genial artista". Pero, ¿cómo era Luis Buñuel? ¿Alguien lo sabe? Saura confiesa que le cuesta mucho hablar de él, "porque con tanta celebración parece que todo el mundo se apunta al carro tratando de aportar las claves definitivas sobre su forma de ser", sin embargo su concepto sobre la personalidad buñuelesca es muy claro: "Creo que había una gran coherencia entre el personaje y su obra. Yo le conocí cuando él ya tenía sesenta años y a partir de ahí tuve una relación de amistad muy continuada con él, pero me imagino que a lo largo de su vida cambió mucho. Nunca le vi hacer un acto de surrealismo, porque el surrealismo estaba en su conversación, no en su comportamiento. Era un hombre absolutamente respetuoso".
Personaje de ficción
Desde el respeto quiere Carlos Saura ofrecer un retrato del autor de Belle de Jour. "Estoy seguro de que a él le hubiera gustado verse como un personaje de ficción. Ya puedo ver su sonrisa", afirma Saura. La película costará 600 millones de pesetas, dentro del marco de coproducción con Francia y Portugal, y se rodará en Toledo, en estudios y en la estación de Atocha de Madrid. "El asunto del reparto todavía no está resuelto, porque tenemos varias posibilidades. Creo que ni siquiera en Cannes lo tendremos muy claro", afirma el director de Rioja Films. "De lo que no hay duda -continúa- es que la mejor elección ha sido el director. Si tenemos en cuenta que Buñuel exigía en sus contratos que sólo Carlos Saura debía continuar sus películas en caso de que él no pudiera terminarlas, podemos hacernos una idea de la confianza que tenía en él y de la importancia de esta película. Estoy seguro de que será el filme español más importante del próximo año". Si los tiempos estimados se cumplen, estará lista para estrenarse en la siguiente edición de Cannes. Con permiso de Gilles Jacob, por supuesto.