Image: El nuevo milenio, a hombros de gigantes

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Ciencia

El nuevo milenio, a hombros de gigantes

23 noviembre, 2018 01:00

Leucocito infectado por el VIH. De Cielo y tierra (Phaidon)

Margarita Salas, Valentín Fuster, Ignacio Cirac, María Blasco, Juan Carlos Izpisúa, Manel Esteller y J.M. Bermúdez de Castro, entre otros nombres esenciales de nuestra investigación, eligen sus hitos de estos últimos 20 años y nos cuentan cómo ven la ciencia para las próximas décadas.

Ya en los primeros números de El Cultural, los de noviembre de 1998, estaban tratados los temas que marcarían la ciencia del siglo XXI. El bioquímico Francisco García Olmedo inauguraba la sección con el artículo El mito de los alimentos naturales. Después llegaron, de forma consecutiva, la Inteligencia Artificial con Ramón López de Mántaras, los yacimientos de Atapuerca con Emiliano Aguirre, el Cambio Climático con El planeta tiene fiebre, el cerebro con La ortografía del lenguaje neuronal, la clonación con Ian Wilmut, el padre de la oveja Dolly, el envejecimiento con El secreto está en los genes… La sección de Ciencia de El Cultural no sólo sería pionera en la prensa española, también fue la primera en hablar con los mejores nombres de nuestra investigación. En las dos décadas vertiginosas que siguieron a aquel otoño nos hemos ido dejando llevar por los grandes hitos que nos sorprendían cada día, en especial por los procedentes de ‘biblias' como Nature y Science. La corriente ha sido muy fuerte y ha desbordado nuestras páginas (y nuestra web) con los temas que han marcado el nuevo tiempo, en el que entramos gracias al entusiasmo, el apoyo y la vocación de científicos como Ángel Martín Municio. Sin colaboradores como Antonio Fernández-Rañada, Francisco J. Ynduráin, José Javier Etayo, el mencionado García Olmedo, José Antonio Marina, José Manuel Sánchez Ron, Francisco Mora, Manuel Martín-Loeches, Francisco Anguita y Antonio Ruiz de Elvira, entre otros, no hubiese sido posible alcanzar la excelencia conseguida.

Hoy hablamos con algunos de los grandes protagonistas de nuestros laboratorios durante estos años, nombres que nos han servido de referente y cuyos progresos han propulsado nuestra ciencia, tanto por sus resultados como por su afán divulgador. Desde sus laboratorios nos explican sus hallazgos y los hitos que les han influido. Son todos los que están.

Margarita Salas. La emoción por descubrir a los 80

Discípula de Severo Ochoa y académica (en la actualidad ocupa el sillón "i"), Margarita Salas(Canero, 1938) cumple el próximo viernes 80 años con "la emoción de descubrir" intacta. En su vida científica, reconoce a El Cultural desde su laboratorio del Centro de Biología Molecular, ha habido tres momentos decisivos: "El primero fue durante la realización de mi tesis doctoral, en la que descubrí una propiedad inédita del enzima con el que trabajaba, la glucosa fosfato isomerasa. El segundo fue descubrir dos nuevas proteínas en la bacteria Escherichia coli que estaban implicadas en la iniciación de la síntesis de proteínas. Y el tercero fue cuando hallamos que el DNA del bacteriófago phi29 tiene una proteína unida covalentemente a los extremos del DNA y demostramos que esta proteína es la que sirve como ‘primer' para la iniciación de la replicación por la DNA polimerasa". Salas es optimista con respecto a la incorporación de la mujer a los laboratorios ("en la actualidad inician su tesis un gran número de mujeres, de hecho es superior al número de hombres") y sigue pidiendo un pacto de Estado por la ciencia: "Hace ya 14 años que un grupo de investigadores lo solicitamos. A pesar de las buenas palabras, nunca se llegó a materializar. Es importante que la financiación de la investigación no esté sometida a los avatares políticos".

Valentín Fuster. Cantidad y calidad de vida

Máxima autoridad en torno a la prevención y educación de la salud, Valentín Fuster (Barcelona, 1943) es el único cardiólogo que ha recibido los máximos galardones de investigación de las principales organizaciones internacionales de su especialidad. Para el director del CNIC de España y del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York, el hito más importante de estos años ha sido "la interrelación entre la genética y la tecnología de la imagen y la repercusión que esto tiene para poder modificar el comportamiento de la gente respecto a los factores de riesgo". Fuster considera que la salud debe ser una prioridad para la población: "La ciencia debería ir encaminada a aumentar el conocimiento de la enfermedad coronaria y su tratamiento. También a demostrar de forma científica cuáles son las medidas que podemos utilizar para que todos seamos conscientes de que la debemos atacar desde antes de que aparezcan los síntomas". Al doctor Fuster le gusta resumir su quehacer preventivo con esta frase: "El corazón sirve para dar cantidad de vida; el cerebro, calidad de vida".

Igancio Cirac. El ordenador cuántico

Otro nombre que en estas dos décadas ha consolidado su solvencia científica (con propuesta de Nobel incluida) ha sido Ignacio Cirac (Manresa, 1965). Desde el Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, el físico, una autoridad en ordenadores cuánticos, considera que el futuro de la ciencia está en la capacidad para que científicos y tecnólogos de diversas áreas trabajen juntos para que sus hallazgos lleguen a la sociedad. "Si conseguimos construir los ordenadores cuánticos -explica- se acelerarán enormemente los cálculos en campos como la química, la criptografía, la Inteligencia Artificial o la industria farmacéutica. Mi aportación ha sido construir estos ordenadores basados en iones fríos. Esto ha hecho que muchos laboratorios, e incluso empresas de todo el mundo, vean factible producirlos en un futuro no demasiado lejano".

Juan Carlos Izpisúa. La reprogramación celular

El trabajo de Juan Carlos Izpisúa (Hellín, Albacete, 1960) para revertir el envejecimiento ha conseguido un gran impacto internacional. Ha abierto puertas al rejuvenecimiento y al aumento en la capacidad regenerativa y homoestasis de un organismo viejo usando la reprogramación celular. Izpisúa considera desde su laboratorio del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla (California) que el mayor hallazgo en su campo en estas décadas ha sido el trabajo del médico e investigador japonés Shinya Yamanaka (Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en 2010). "Creo que la Inteligencia Artificial será el motor de nuestra sociedad en todas las ramas científicas", señala Izpisúa.

Observatorio Paranal (Chile). ESO/G. Lambert/SINC

Maria Blasco. Dianas contra el cáncer

La investigadora Maria Blasco (Alicante, 1965) ha revolucionado desde el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (que dirige actualmente) los estudios del cáncer y de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Con investigaciones en torno a la clonación de la telomerasa demostró que ésta es el enzima principal que mantiene los telómeros en mamíferos y que los telómeros son esenciales para proteger los cromosomas. Demostró también que los telómeros cortos eran insuficientes para causar el envejecimiento y que están en el origen de algunas enfermedades. "Hemos demostrado que se puede retrasar el envejecimiento y que se pueden tener efectos terapéuticos activando la telomerasa", explica recordando que estos trabajos pueden ser una buena diana contra el cáncer. Para la directora del CNIO la secuenciación de miles de tumores y la inmunoterapia es uno de los grandes hitos de estos últimos años: "Los nuevos tratamientos contra el cáncer están ayudando a salvar vidas. Todos sin excepción vienen de la investigación básica, de entender cómo se origina el cáncer a nivel molecular. En la medida en que sepamos más sobre estos procesos podremos tener más opciones terapéuticas".

Manel Esteller. Marcadores epigenéticos

Siguiendo con las investigaciones para entender los mecanismos del cáncer, Manel Esteller (Sant Boi de Llobregat, 1968), director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, ha sido uno de los nombres decisivos para su comprensión. Considera que el gran avance de estos años ha sido el reconocimiento de que las alteraciones del ADN, ya sean genéticas o epigenéticas, son las causantes de los tumores y pueden ser diana de fármacos creados específicamente para ello. "La biomedicina camina hacia tratamientos más personalizados y hacia el uso de la biocomputación y el manejo del Big-Data -explica-. Cada vez habrá menos laboratorios clásicos con tubos de ensayo y más investigadores sentados delante del ordenador buceando en la red para analizar millones de puntos de información".

J. M. Bermúdez de Castro. Un nuevo concepto de especie

Para el codirector de los yacimientos de Atapuerca e investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, José María Bermúdez de Castro (Madrid, 1952), todo ha cambiado en las últimas décadas. "Si tuviera que elegir un hito yo apostaría por la obtención del genoma tanto de nuestra especie como de los neandertales, llegando incluso a conseguir ADN de los humanos de la Sima de los Huesos (430.000 años). Además, haber observado que existió hibridación entre las dos especies está llevando a la biología a plantearse la necesidad de flexibilizar nuestro concepto de especie".

Rafael Rebolo. La energía del universo

Desde el Instituto Astrofísico de Canarias (que dirige), Rafael Rebolo (Cartagena, 1961) ha contribuido durante estos veinte años a colocar el objetivo de nuestra ciencia en lo más alto del firmamento. En septiembre de 1995 publicó en Nature (junto a su grupo) el descubrimiento de Teide 1, la primera enana marrón. "Ahora sabemos que hay decenas de miles de millones en nuestra galaxia", puntualiza a El Cultural. Para Rebolo, uno de los descubrimientos más importantes de estos años ha sido el hallazgo de la anisotropía del Fondo Cósmico de Microondas, la radiación que inunda el universo. "En los próximos años se dedicará un gran esfuerzo a identificar otros planetas como el nuestro", concluye el astrofísico.

Manuel de León. Entre Fermat y Poincaré

En el Instituto de Ciencias Matemáticas, Manuel de León (Requejo, Zamora, 1953) ha trabajado en la llamada teoría de Hamilton-Jacobi, un método para integrar las ecuaciones del movimiento. Según De León, los grandes resultados que han revolucionado la matemática durante estos años han sido las pruebas de Andrew Wiles del Teorema de Fermat y de la Conjetura de Poincaré por el ruso Grigori Perelman, que consiguió cerrar en 2003. "Podría decirse que el siglo XXI verá una auténtica matematización de la ciencia. Un tema clave será la computación cuántica. Definir patrones y algoritmos para tratar la avalancha de datos será una de las grandes tareas y de nuevo las matemáticas tendrán mucho que decir".

Familia Neandertal. Ilustración de Sonia Cabello

Antonio J. Duran. Del conocimiento a la praxis

Para el catedrático de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla Antonio J. Durán (Cabra, Córdoba, 1962) la demostración por parte de Perelman de la Conjetura de Poincaré (planteada en 1904) también ha sido uno de los hallazgos de estos años. No en vano, fue elegido en 2000 por el Instituto Clay de Matemáticas como uno de los siete problemas del milenio. "Aparte de la importancia científica de la solución cabe hacer una lectura psicológica sobre el porqué un científico decide dedicarse a la investigación". Para Durán, "la ciencia debe guardar equilibrio entre la búsqueda de conocimiento y las aplicaciones prácticas".

Pedro Meseguer. El Deep Learning

La Inteligencia Artificial ha sido la disciplina estrella de los últimos años y será la que tenga mayor proyección social y económica. Nada se escapa a su influencia. Pedro Meseguer (Murcia, 1958), científico del Instituto de Inteligencia Artificial del CSIC, considera que el gran hito de los últimos años ha sido el Deep Learning (aprendizaje profundo). "Se trata -explica- de unas redes neuronales complicadas pero que dan unos resultados asombrosos. Necesitan ser entrenadas con gran cantidad de ejemplos". Los programas Watson (sobre el conocimiento textual) y AlphaGo/Alpha Zero (sobre juegos por ordenador) y el coche autónomo han sido, a juicio del investigador, las tres aplicaciones de la Inteligencia Artificial de los últimos años. "Veremos a medio plazo la automatización de tareas rutinarias que exigen algún elemento cognitivo".

José Antonio López Guerrero. Medicina a la carta

Tuvimos el Ébola en las puertas de nuestros hospitales con el contagio de la enfermera Teresa Romero en 2014. Muchos se dieron cuenta de la importancia de los virus en el futuro de nuestras sociedades. José Antonio López Guerrero (profesor y neurovirólogo de la Universidad Autónoma de Madrid y autor de Virus. Ni vivos ni muertos, Guadalmazán) considera que el gran hito de estos años ha sido el de los nuevos antivirales contra la hepatitis C. También, para López Guerrero (Madrid, 1962), la edición de genes CRISPR: "Permite modificar genéticamente cualquier ser vivo (y no vivo, como los virus) de una forma rápida, fiable, económica y reproducible. Las aplicaciones en biomedicina, biología molecular y biotecnología son incuestionables".

Ignacio Morgado. Procesos neuronales

El cerebro ha sido uno de los grandes protagonistas. Uno de sus máximos divulgadores es Ignacio Morgado (San Vicente de Alcántara, 1951) a través de libros como Emociones corrosivas, La fábrica de las ilusiones, Aprender, recordar y olvidar… El catedrático en Psicobiología y director del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma Barcelona considera que el gran avance de estas dos décadas ha sido el desarrollo de la técnica optogenética, que supone la posibilidad de activar a voluntad procesos neuronales específicos. "Hoy es muy difícil encontrar un buen trabajo de investigación en neurociencia que no utilice esta técnica que, aunque compleja, es aplicable en numerosas situaciones".

@ecolote