Rima interna por Martín López-Vega

Kasztelan y Pimenta, nuevas vías

26 septiembre, 2016 10:11

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Nurit Kasztelan[/caption]

José María Cumbreño ha convertido sus Ediciones Liliputienses en una ventana enorme y siempre límpida a lo mejor de la creación poética hispanoamericana de ahora mismo. El método es en apariencia sencillo: cualquiera diría que lee todo lo que por allí se publica y luego edita en Extremadura aquellos libros que le parece que merecen la pena ser conocidos de este lado del océano. La diferencia con otras editoriales es que él no opta por autores ya consagrados (aunque ni mucho menos falten en su catálogo) sino que se centra sobre todo en aquellos autores que tienen su obra en plena construcción. Como además ha publicado a unos cuantos autores españoles, cualquier recuento de editoriales imprescindibles de poesía de ahora mismo debe sin duda incluir la suya. (Informaciones: elblogliliputiense.blogspot.com.es y librerías escogidas).

Uno de esos libros que leyó y quiso que pudiéramos leer todos es Lógica de los accidentes, de la argentina Nurit Kasztelan (Buenos Aires, 1982), quien es dramaturga y librera además de poeta. Este, editado originalmente en Argentina hace apenas tres años, es su tercer libro de poemas.

La voz de Kasztelan nos suena a conocida, pero no del modo que lo hacen las voces epigonales. Si suena así es porque va al grano. Su poesía huye de todo tipo de retórica: sabe que todo lo que no es esencial al poema sobra y tampoco tiene ninguna necesidad de epatar. Un buen ejemplo es el poema que da título al libro:

 

Si pudiera entender el orden

que lleva a los accidentes,

la pérdida de lo dado, la distribución

desigual de la angustia,

escribir una palabra como crave,

anhelar, ansiar, necesitar con urgencia,

pero no tiene traducción

no tiene lógica

sólo en el cuerpo.

 

La poesía de Kasztelan es como un susurro de pensamiento; normalmente la idea del poema tiene su propia hondura que no necesita redoble ni exhibición. Parecen a veces la idea anotada para después escribir el poema, y en lo que leemos está no sólo una verdad desnuda, sino también la renuncia a elaborar retórica, a retorcer lo que es claro, a adornar lo que es desnudo, a retrasar lo que es urgencia. Como una escena apenas entrevista que sin embargo encierra algo esencial y nos deja su mezcla de inquietud y duda, así los poemas de Kasztelan. Dice “Ensayo y error”:

 

Llega temprano, algo distraída saluda,

el pelo arreglado, un poco húmedo.

Los signos no son visibles.

Unas horas antes mientras el agua

corría por la ducha

pensaba en las fuerzas físicas

de dos cuerpos al conectarse

uno en el otro

en un juego de encastres.

 

El cubo entra en el cuadrado

el prisma en el triángulo

cualquier niño lo sabe

pero ahora

las cosas no son tan simples

como una figura que va o no va.

 

Pero no sólo libros ya editados en otros países hispanohablantes constituyen el catálogo de las Ediciones Liliputienses. Acaba de publicar, por ejemplo, la primera edición de El álbum de las rejas, del mexicano (Tijuana) Omar Pimenta. Pimenta toma una serie de fotografías del archivo familiar y del suyo propio para elaborar un libro de poesía de no ficción que retrata no sólo algunos aspectos de su biografía sino también algo de la vida en la frontera entre México y los Estados Unidos. Son varios los personajes que van y vienen por los poemas de un libro dividido en tres secciones: “La herrería de don Marcos”, “La invasión paulatina” y “Me gusta dormir en casa de mis amigos”. Copio dos de los poemas del libro que dan bien el tono del conjunto:

 

Don Marcos ¿usted siempre usó gorra?

sí mijo

lo que casi nunca usé fue la cabeza

 

Don Marcos ¿cuántas veces lo deportaron?

una o dos

¿perdió la cuenta Don Marcos?

mijo perdí todo.

 

Don Marcos

hace alarde de nunca haber cruzado la frontera de forma ilegal

con documentos falsos sí

siempre por la garita

viendo al oficial de migración a los ojos

con nombre falso sí

nunca por el cerro

nunca por el desierto

nunca por el río

nunca crucé de forma ilegal nunca pues  siendo yo.

 

La edición se complementa con las fotografías que sirven de excusa a los poemas reproducidas en color (compárese con la chapucera edición, fotos incluidas, del último libro de Luis Antonio de Villena en Visor). Un libro de poemas-documental que demuestra que todo sigue cabiendo en la poesía, que se ensancha y nos ensancha en libros como este.

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