A medio camino entre el periódico y el libro, y con un repertorio "ni meramente literario ni ceñudamente científico", así concibió Ortega y Gasset en 1923 a la Revista de Occidente. La mítica publicación literaria, que cumplió en 2023 su primer centenario, funcionó como una revista de conocimiento de su tiempo, creando un universo cultural, intelectual y social propio.

Tras experimentar una primera etapa de esplendor, la revista fue abruptamente interrumpida por la Guerra Civil, hasta 1963, cuando inició una segunda etapa que sirvió de puente entre las primeras firmas y la Transición hacia la democracia en España. Sin embargo, esta etapa coincidió con un cierre debido a dificultades económicas.

En esta etapa más reciente y menos conocida de la publicación busca adentrarse la exposición ¡Claridad, claridad! La Revista de Occidente y su segunda época (1963-1975), impulsada por la Fundación Ortega-Marañón y que pone el broche a las celebraciones del aniversario. 

A través de ejemplares originales de revistas, documentos, textos, fotografías, pinturas y objetos, la muestra viaja a esa etapa, que abarcó desde su reapertura en  a su cierre (no definitivo) , en la que la revista estaba dirigida por el emprendedor cultural José Ortega Spottorno, con el filósofo orteguiano Paulino Garragorri como secretario de Redacción.

Durante este periodo se publicaron en total 150 números, en los que destacó la admiración hacia los maestros de la Edad de Plata, con presencia de figuras como Federico García Lorca y Xavier Zubiri desde el primer número, y la colaboración de intelectuales exiliados, como Francisco Ayala, Rosa Chacel, Corpus Barga y Salvador de Madariaga.

Exposición '¡Claridad, Claridad!' en la Fundación Gregorio Marañón.

En esta segunda etapa, la revista también prestó atención a las nuevas generaciones, por lo que la frescura de los jóvenes, que con el tiempo se convirtieron en nombres reconocidos en la cultura, se mezcló la autoridad de los veteranos. Entre ellos, Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Umbral, Delibes, Juan Benet y Juan Goytisolo, quienes destacaron como prosistas.

En poesía, surgieron figuras de la promoción de 1950 y de los Novísimos, como Brines, Barral, Otero, Ángel González, Gimferrer, Valente y Salvador Espriu. Además, jóvenes historiadores como Fusi, Artola, Elliott o Vilar presentaron sus tesis, y se convirtieron en reseñistas habituales Alfredo Deaño, Andrés Amorós, Fernando Savater, Antonio Escohotado o Antonio Elorza.

La Revista de Occidente, testigo del auge de nuevos autores latinoamericanos, como Vargas Llosa y García Márquez, se erige ya en ese momento como un puente cultural entre España e Hispanoamérica. Muestra de este vínculo de Revista de Occidente con América surge de la amistad de Ortega con Victoria Ocampo, directora de la revista Sur.

['Revista de Occidente', los cien años de un potente motor intelectual]

Asimismo, esta segunda etapa tuvo una inclusión frecuente de nombres como Borges, Cortázar, Rulfo y Fuentes, así como la colaboración de destacadas figuras como Sontag y Arendt, la reseña de obras de autores como Ajmátova, Brecht y Graham Greene. Todo ello, reflejo de la vocación cosmopolita de la revista, que incluso en tiempos de restricciones, logra mantener su vitalidad y pluralidad, desde la publicación de poemas inéditos de Borges hasta monográficos sobre Proust y Nietzsche. 

La muestra es "una gran orla" de todos los protagonistas que pasaron por esta cabecera, aseguró Juan Claudio de Ramón, comisario de la misma durante la inauguración. 

Por su parte, Mariano de Paco ha enfatizado las "altísimas cotas de calidad" de la muestra, al tiempo que ha defendido la contribución de esta revista a la cultura española y al posicionamiento de la lengua española en el mundo, algo en lo que ha incidido también el responsable de AC/E. "Sin esta revista, España fue peor", ha sentenciado Torres Mora.