Exposiciones

Reivindicación de la periferia

Museo de las narrativas paralelas

27 mayo, 2011 02:00

Vista de la exposición en el MACBA. Fotografía: David Campos

Comisaria: Zdenka Badovinac. MACBA. Plaza dels Àngels, 1. Barcelona. Hasta el 2 de octubre.

Barcelona recibe a 70 artistas de las antiguas repúblicas comunistas

"Reescribir la historia al margen de los criterios hegemónicos y reductores que hasta ahora han configurado nuestra percepción del arte contemporáneo". En estos términos se expresaba Bartomeu Marí, director del MACBA, en la inauguración de la exposición. Un proyecto que, desde los tiempos de Borja-Villel, ha sido el toque distintivo y la aspiración del museo, aunque ahora se articule con nuevos matices. La exposición que comentamos se enmarca dentro de un plan de largo recorrido, La internacional (2009), que implica a otras instituciones también comprometidas con este mismo objetivo: la Moderna Galerija de Ljubljana, la Július Koller Society de Bratislava, el Van Abbemuseum de Eindhoven y el Museum van Hedendaagse Kunst de Amberes.

Según sus promotores, la historia del arte oficial -anglosajona, por supuesto- observa el mundo desde un único punto de vista, uniformizador y egocéntrico. Con sus grandes museos, instituciones, comisarios y circuitos de exhibición, todos instrumentos de poder, ha silenciado cualquier otra realidad, a no ser que ésta se sitúe en la relación de sumisión centro-periferia. Como respuesta, La internacional se propone historiar el arte de la segunda mitad del siglo XX reivindicando un panorama cultural que necesariamente ha de ser mucho más complejo. Más aún, se reclama algo que hasta el momento parecía incompatible con el discurso del arte contemporáneo y que en la cultura globalizada en que vivimos resulta sorpresivo: lo local. Falta por saber cómo pueden articularse estos dos polos en principio contrapuestos, pero, sea como sea, La internacional pretende crear un "sistema" para historiar. Ello implica "promocionar" un caudal cultural, hasta ahora ausente, del arte contemporáneo.

Intercambios con el este
Museo de las narrativas paralelas es la primera de las grandes exposiciones que este ciclo de intercambios se propone realizar. En esta ocasión, se presenta una selección de obras de la Moderna Galerija de Ljubljana. Se trata de una panorámica del arte producido en los países del Este desde los años 70 hasta los 80. En total, son más de 100 obras de unos 70 artistas, casi todos ellos de las antiguas repúblicas comunistas. No consiste en un recorrido lineal, ni pretende ser una muestra enciclopédica, sino que se articula a partir de núcleos o relatos temáticos: arte y cuerpo, cultura de archivo, años 80… Ahora bien, resulta difícil realizar una valoración del conjunto, pues nos encontramos ante un universo lejano y desconocido dentro de nuestras fronteras. Algunos de los creadores, como Ion Grigorescu, Marina Abramovic, Raša Todosijevic, Komar & Melamid, Alexander Kosolapov, Ilja Kabakov o los colectivos Irwin o Gorogona, nos son familiares, ya que han conseguido cierta proyección internacional. Pero la exposición no nos da las claves para interpretalos: desconocemos el substrato ideológico, su motivación íntima, su entorno social, sus orígenes o sus referencias culturales.

Formalmente, sus propuestas son similares a las de los artistas occidentales, pero imaginamos que su contexto les otorga un sentido diferente. Por lo tanto, es necesario observar la exposición como un proyecto no concluso, en estado de desarrollo, que finaliza cuando dispongamos del catálogo y se vayan sucediendo las exhibiciones y sesiones de trabajo que completan el ciclo.

La muestra se cierra con un panel que describe la presencia de los artistas representados en colecciones públicas y privadas de la Europa del Este, así como del resto del mundo. Como era previsible, la representación de estos creadores es escasa antes de la caída del muro de Berlín, pero tampoco es especialmente afortunada después, aunque su proyección internacional se ha intensificado con el paso del tiempo. La ausencia de los artistas del Este en los museos internacionales significa su invisibilidad y, por lo tanto, su exclusión de la historia del arte contemporáneo. No hace falta decir que es una situación simétrica a la de los artistas españoles.