Image: La mejor fiesta de la Bauhaus

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Exposiciones

La mejor fiesta de la Bauhaus

La Bauhaus se divierte

7 julio, 2005 02:00

Anónimo: Nuevas flores del curso preliminar, 1928

Comisaria: Mercedes Valdivieso. Caixaforum. Marqués de Comillas, 6-8. Barcelona., Hasta el 4 de septiembre

Esta exposición presenta un panorama de la vida cotidiana y las fiestas que se organizaban en la famosa escuela de diseño y arquitectura de la Bauhaus (1919-1933). Piezas de pequeño formato, documentos y fotografías del Bauhaus-Archiv de Berlín dan testimonio de la vitalidad y de las actividades paralelas -y acaso interrelacionadas- con la docencia de la escuela. La muestra es ante todo un homenaje a la juventud, a la magia del estudiante, a esta creatividad que surge espontáneamente… Una de las alumnas de la escuela decía: "Estábamos locos de alegría y ganas de vivir, de bailar, de hacer tonterías, de no sé qué, simplemente había un ambiente entusiasta". éste me parece que es el auténtico mensaje de la exposición más allá de cualquier otra consideración.

Por encima de las obras y los documentos, posiblemente el interés de la exposición sea sociológico. Pero también es verdad que la muestra inspira una grandísima ternura: es el sentimentalismo que despierta ver a los "cachorros" de artista. El material original expuesto es inmaduro, en formación, kitsch… y también lleno de ingenio. Son recuerdos de unos estudiantes que, posterior y eventualmente, llegaron a ser profesionales de una gran repercusión. Por lo demás, las colaboraciones de los profesores son también de una gran frescura… Y también de una ingenuidad sorprendente: fiestas y regalos para el cumpleaños del director, fiestas de cometas, fiestas de farolillos… ésta es la vida íntima de la Bauhaus, en la que participaron, con pequeños dibujos o pinturas, entre muchos otros, Paul Klee o Wasili Kandinsky.

Observar la Bauhaus desde la celebración del cumpleaños del director, desde la tarjetita de Klee para la fiesta de los farolillos, implica necesariamente otra percepción de la escuela: una visión más humana o, si se quiere, sensiblera y kitsch, contrapeso del discurso racionalista y funcionalista con que se califica la aportación de la Bauhaus. A pesar de que su historia no es lineal, esta escuela ha quedado como referente de una noción de diseño austero, adaptado a la producción industrial, especialmente a partir del momento en que la Bauhaus acabó por asumir una posición dogmática y universalista bajo el signo del progreso.

Falta por explicar el sentido profundo de la noción de fiesta en la Bauhaus y cómo ésta se integra en su seno, o si al contrario, es algo anecdótico. En el dadaísmo y el surrealismo, la fiesta, el juego, esto es, lo irracional, lo absurdo, la provocación derivada del frenesí carnavalesco, forman parte de su universo y de su manera natural de expresión. Independientemente de su alcance y profundidad, ambos movimientos implican posiciones de un individualismo radical frente a todo principio supuestamente racional y universal. Aunque con diversos matices, los divertimentos de la Residencia de Estudiantes -con Lorca, Dalí, Buñuel o Pepín Bello- en el Madrid de los años veinte del pasado siglo no se han interpretado como un simple jolgorio estudiantil, sino como algo de mayor alcance y vinculado a la poética surrealista.

Obsérvese que la Bauhaus representa unos valores opuestos. Y, sin embargo, la "fiesta" y, por extensión, el "juego", lo "absurdo", la "improvisación"… tuvieron una influencia decisiva al menos en el teatro (¿performance?) de la escuela. Para el profesor Oskar Schlemmer, el teatro creativo se inspiró en estas fiestas de los estudiantes de la Bauhaus, aunque también en la iconoclasia de los dadaístas y su gusto por la parodia y la sátira contra el teatro tradicional. Esta actitud es el punto de partida para la renovación del género dramático y para una nueva noción de actor, espacio y escenografía… Más aún, algunas experiencias, no siempre recordadas, en concreto las Composiciones de luces reflejadas (un espectáculo musical y luminotécnico) se iniciaron de una manera lúdica en las fiestas del centro… La fiesta -y por extensión el espectáculo- introduce una nueva óptica para observar la Bauhaus, más contradicciones y más ambigöedades.