Image: Robert Indiana. Pelar la Bomba

Image: Robert Indiana. Pelar la Bomba

Exposiciones

Robert Indiana. Pelar la Bomba

Mariano Navarro
Publicada

Peace Dives in Oblivion, 2003

Javier López. Manuel González Longoria. Madrid. Hasta el 31 de diciembre. De 74.200 a 140.600 euros

Van a cumplirse cuatro décadas desde que Robert Indiana -cuyo verdadero nombre es Robert Clarke, nacido en New Castle, Indiana, en 1928-, definió el arte pop como el arte de América, "el mejor de los mundos posibles", decía, "es el sueño americano, optimista, generoso, e ingenuo". Y concluía: "Es como pelar la Bomba". Cuarenta años más tarde, conversando telefónicamente con la directora de la galería en la que ahora expone, le preguntaba: "¿Pero tú sabes lo qué está pasando aquí?" Y, claro que lo sabíamos, era el pasado dos de noviembre, y los norteamericanos votaban en unas elecciones cruciales para la ética civil.

Las piezas de Indiana -más los cuadros que las esculturas del conjunto One trough Zero, que serializan, en aluminio ionizado, las que jalonan las travesías neoyorkinas de Park Avenue- se adhieren con su rotunda simplicidad jaculatoria a los monstruosos e impúdicos acontecimientos que han ensuciado, más de lo mugrientas que estaban, a las democracias occidentales y, especialmente, al gobierno ejecutor de algunas de las acciones más desvergonzadas y atroces que hemos sufrido en años. El mismo gobierno y el mismo presidente que podían -Indiana no lo sabía entonces-, repetir mandato durante cuatro terribles años más.

Las figuras simples, de bordes recortados, su interpretación del símbolo de los movimientos pacifistas y las leyendas inscritas, son de la misma familia y estirpe que los Eat, Die, Hug y Love, que le hicieron famoso en los 60; pero sus afirmaciones actuales no son ya infinitivos anónimos e intemporales con los que incitar actuaciones a un número indefinido de personas. Ahora, las sentencias adquieren en su aseveración inmediata un aire de oscuro presagio: "La paz cae presa del terror", "La paz elude el mundo", "Una vez más la paz ha sido destronada" y "La paz se hunde en el olvido". Cumple con algo más que dijo en la entrevista citada : "MORIR es igual a COMER", porque "el Pop admite la Muerte como parte de un diálogo inevitable". Cuando lea esta nota, usted, Indiana, la directora y yo mismo, ya sabemos que nuestro interlocutor, el elegido George W. Bush, sigue hablando de la imperiosa necesidad preventiva de la muerte (de otros).