Image: Veilhan, esqueletos de luz

Image: Veilhan, esqueletos de luz

Exposiciones

Veilhan, esqueletos de luz

27 febrero, 2002 01:00

El caballo, 2002

Javier López. Manuel González Longoria, 7. Madrid. Hasta el 22 de marzo. De 3.000 a 20.000 euros

Xavier Veilhan (Nacido en Lyon en 1963, reside en París) ha transitado los más diversos terrenos. A sus pinturas como "ilustraciones de diccionario" (1988-93) hay que sumar esculturas como las dedicadas a siluetas de monumentos y estatuas de policías (1993-96). Asimismo, ha trabajado con instalaciones y fotografías retocadas por ordenador. Sus obras se han expuesto individualmente en el Centro Pompidou, el CCA de Kitayushu (Japón) o la Fundació Joan Miró de Barcelona.

A veces conviene recordar que, bajo su apariencia automática, el movimiento pendular se origina tras una propulsión orientada. Pasa lo mismo al repasar la trayectoria de Xavier Veilhan. Las obras del francés siguen un recorrido dinámico que emplea diversos medios, técnicas y materiales, incidiendo en una suerte de "realismo exagerado". Pero, al tiempo, muestran un serio interés por utilizar categorías artísticas en desuso y/o clásicas con el velado propósito de abrir el sentido y el significado de formas conocidas. Es decir: son algo intencionado en su concepto aunque nunca están cerradas en su interpretación.

De ello da fe esta individual. En ella encontramos nuevos trabajos que parten de esas mismas ideas y del ya habitual código minimalista, para, en este caso, plantear un esencialismo que entronca con las vanguardias de la primera mitad del XX (del constructivismo, especialmente). Una gran escultura ecuestre hecha de maderas cortadas, ensambladas y pintadas de rojo intenso preside la muestra. A su lado, el "pendular" Veilhan ha situado rayografías cuya lógica recuerda a la de la mencionada escultura. En ellas las líneas que han de formar el esqueleto están aún más insinuadas: son sólo impresiones de luz. Esqueletos que permiten deducir formas. Formas que invitan a preguntarnos sobre la percepción misma y las maneras con que puede influirse sobre ella. Preguntas de las que cada uno puede y debe extraer conclusiones. El arte como indagación y aventura filosófica. Magnífico caballo de Troya.