
Vista general de la exposición. Foto: Víctor Hugo Martin
Azucena Vieites, la dureza de las Riot Girrrls de los ochenta junto a la belleza de un reflejo en el agua
La exposición que inaugura el Museo Patio Herreriano en Valladolid nos descubre a una artista heredera del punk y del la cultura 'underground', formada en la escena vasca.
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Ya en los años setenta, el historiador y crítico de arte Douglas Crimp advertía que “debajo de una imagen siempre se encuentra otra imagen”. Esta afirmación podría ser una de las guías que nos acompañe al visitar la nueva exposición que el Museo Patio Herreriano dedica a la artista vasca Azucena Vieites (Hernani, Guipúzcoa, 1967), cuyas obras están llenas de referencias que se solapan y combinan.
El título de la muestra proviene de la obra Alrededor del mundo (1991), que se expone aquí por primera vez. Este nombre tiene dos orígenes: la canción All around the world (1989) de Lisa Stansfield y el cuadro Un mundo de Ángeles Santos (1929), una pintura que dejó en Vieites una huella potente. Esta pieza de 1991 muestra un procedimiento según el cual fuentes heterogéneas convergen en un mismo trabajo, que recoge múltiples capas de influencia.
En realidad, Azucena tiene un elemento indirectamente autobiográfico en su aproximación, al incorporar los elementos de su propio entorno, que incluyen discos, fanzines, revistas o catálogos de exposición.

Sacando de su contexto original imágenes y citas, las combina y reelabora, a veces añadiendo tachaduras o recortando huecos que añaden opacidad. Las técnicas son variadas (dibujo digital o a rotulador, serigrafía, collage, fotocopia, spray), y los cromatismos son heterogéneos (blanco y negro, tinta dorada, glitter...).
Pero todo ello queda (des)unificado por la estética descoyuntada del punk. Se trata de un cuerpo de trabajo que exhibe orgulloso las prácticas low-fi (de baja fidelidad o resolución) y el espíritu del Do it Yourself o Hazlo tú misma.

Vista general de la exposición. Foto: Víctor Hugo Martin
Esta forma de producir una imagen sin pulir choca en una época como la actual, en la que el acceso masivo a herramientas de manipulación digital paradójicamente ha llevado a un monopolio por parte de las grandes empresas tecnológicas. Pero la tosquedad voluntaria de Vieites no excluye que en ocasiones aparezcan escenas de lirismo: la belleza de un paisaje o los destellos del agua.
Su trabajo nos conecta con otros mundos. No hay que olvidar que la artista se formó durante los años ochenta en Bilbao dentro de círculos marcados por el activismo feminista, el auge del punk, el postpunk y otras músicas urbanas.

Vista general de la exposición. Foto: Víctor Hugo Martín
La artista reconoce cómo el movimiento Riot Girrrl, de punk underground feminista, ejerció una gran influencia en su obra. Azucena Vieites, de hecho, homenajea a sus referentes musicales en distintas piezas, a partir de las cuales incluso podríamos hacer una banda sonora de la exposición.
En sus dibujos, hace versiones de portadas de discos: Never for Ever, de Kate Bush (1980), Pussy Whiped, de las Bikini Kill (1993), o Nemesisters de Babes in Toyland (1995). La vinculación con el feminismo queer y punk hacen que en gran medida sus imágenes puedan entenderse como retazos de una escena, de amigas y cómplices que crean un mundo propio. De mujeres feministas que retoman, como ella, la frase atribuida a Emma Goldman: “si no puedo bailar no quiero ser parte de tu revolución”.