Manuela Balllester: detalle de la cubierta de 'Labores y Modas', 1935. Colección particular

Manuela Balllester: detalle de la cubierta de 'Labores y Modas', 1935. Colección particular

Arte

Una exposición para remendar la historia del arte (y lo hace con acierto)

Las artistas españolas de principios del siglo XX protagonizan una modélica muestra en el Museo Nacional de Artes Decorativas.

31 diciembre, 2023 02:42

Modernas, vanguardistas y en los últimos años denominadas bajo el apodo popular de Las Sinsombrero, las artistas españolas de las primeras décadas del siglo XX son objeto desde hace tiempo de investigaciones y exposiciones parciales de muy diversa índole.

Al bies. Las artistas y el diseño en la vanguardia española

Museo Nacional de Artes Decorativas. Madrid. Comisarias: Carmen Gaitán Salinas e Idoia Murga Castro. Hasta el 31 de marzo

Pero si se tiene en cuenta que la obra de Maruja Mallo, quizás la figura más deslumbrante de esta época, aún no ha tenido una revisión en el Museo Reina Sofía, no puede extrañarnos la precariedad y la fragmentación con que se viene abordando este periodo.

Y esto a pesar de la suma exponencial de investigaciones desde la perspectiva de género, las monografías individuales, y los estudios sobre grupos –la Residencia de Señoritas, por ejemplo–, y ámbitos de trabajo como la ilustración gráfica.

La mayor virtud de esta muy deleitable exposición es haber construido una estructura teórica modélica

Al bies. Las artistas y el diseño en la vanguardia española pone fin a esta situación precisamente cosiendo al bies –en diagonal respecto al hilo del tejido– lo que hasta ahora se consideraban esferas separadas, algo que ensombrecía las trayectorias puramente vanguardistas de las artistas y las separaba de la gran transformación que ocurre en España antes de la Guerra Civil.

Para ello, las investigadoras del CSIC Carmen Gaitán e Idoia Murga Castro han tirado del hilo del ingreso como becarias de las jóvenes Victorina Durán y su amiga Matilde Calvo Rodero en el entonces Museo Nacional de Artes Industriales (hoy Museo de Artes Decorativas), fundado en 1912, y han conformado una urdimbre que demuestra la continuidad entre pintura y escultura con las artes decorativas.

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La investigación recorre de la formación y la ampliación de estudios y exposiciones en el extranjero de las artistas, a su incorporación en instituciones y en organizaciones feministas.

Ideales de época, como el movimiento Arts & Crafts, pasados por el tamiz de la misoginia que consideraba entonces las artes decorativas más adecuadas para la creatividad de las mujeres; la fascinación por técnicas exóticas como el batik; y la revisión moderna de artesanías tradicionales, fueron canales para vehicular su incorporación al diseño en cualquier ámbito. Muchas artistas lo alternaron, o bien integraron, con su pintura; y, otras, lo lideraron, como la decoradora y empresaria Zenobia Camprubí.

Victorina Durán: 'Figurín', 1929. Museo Nacional del Teatro

Victorina Durán: 'Figurín', 1929. Museo Nacional del Teatro

De manera que, a modo de museo interdisciplinar como un Musée d’Orsay, en esta exposición con piezas muy bien elegidas, encontramos pinturas y dibujos de Maruja Mallo, Ángeles Santos o María Blanchard, de María Sorolla, Adela Ginés, Victoria Malinowska, Marisa Roesset Velasco, Delhy Tejero, Rosario de Velasco, Menchu Gal, Matilde de Frau y María Luisa Pérez Herrero.

Se articula en seis secciones dedicadas a artes textiles; encuadernaciones e ilustraciones gráficas; escenografías y figurines teatrales; diseños de interiores, biombos y otras piezas de mobiliario y cerámicas; y arquitectura paisajista y elementos de jardín.

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Se incluyen también piezas de Manuela Ballester, con sus figurines; diseños de Sonia Delaunay y Jeanne Lanvin; a las ilustradoras Laura Albéniz y Pitti Bartolozzi; o las ceramistas modernistas Amelia Cuñat y María Luisa Villalba Escudero. Y así, hasta medio centenar de artistas.

Lógicamente, al estar en el origen de este proyecto, las multifacéticas Matilde Calvo Rodero y Victorina Durán están representadas en casi todas las secciones. Lo que supone un importante avance, sobre todo, en la carismática Durán, activista lesbiana en la época, que llegaría a ser directora del Teatro Colón en Buenos Aires y que narra su biografía a través de los objetos.

Matilde Calvo Rodero: 'Estudio de Ventura de la Vega'. MNAD

Matilde Calvo Rodero: 'Estudio de Ventura de la Vega'. MNAD

También hallamos piezas anónimas, pues como ya advirtiera Virginia Woolf: “En la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer”.

Faltarían muchas, como Remedios Varo, y otras que a través de ensayos e individuales han adquirido recientemente protagonismo, las pintoras andaluzas María Luisa Puiggener y Aurelia Navarro, por ejemplo, o la malagueña Emilia Rebollo, artista de la tapicería y el estarcido; y tantas otras recogidas por Carmen Gaitán en Las artistas del exilio republicano español, y por la exposición Hacia poéticas de género. Mujeres artistas en España, celebrada en Zaragoza y Valencia el pasado año.

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Tampoco hubiera sido exagerado ocupar todo el Museo Nacional de Artes Decorativas, sin detrimento de lo mucho que aún queda por investigar.

Con todo, la mayor virtud de esta interesante y muy deleitable exposición es haber construido una estructura teórica modélica que, a partir de ahora, servirá para proyectos monográficos y de mayor envergadura. Y en la que las aportaciones de nuestras artistas son buena prueba de los avances decisivos de las modernas españolas hacia esa igualdad que, tras poder votar como ciudadanas en 1933, perderían durante décadas.