Tiziano

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Arte

Sentimientos extremos en las pasiones mitológicas de Tiziano

El Museo del Prado inaugura 'Pasiones mitológicas', una exposición que reúne, por primera vez desde el siglo XVI, las seis 'poesías' de Tiziano junto a otras obras de artistas como Rubens y Velázquez

2 marzo, 2021 09:07

Amor, deseo y belleza. En la mitología antigua todo ello dominaba la vida de los dioses y de los humanos. Estas pasiones también podemos encontrarlas en un maestro de la pintura como Tiziano, que dando rienda suelta a su imaginación pintó para el rey Felipe II, entre 1553 y 1562, sus denominadas ‘poesías’. Esta serie de 6 obras está calificada como uno de los conjuntos más importantes e influyentes de la pintura y por primera vez desde el siglo XVI el Museo del Prado la reúne en su conjunto en Pasiones mitológicas: Tiziano, Veronese, Allori, Rubens, Ribera, Poussin, Van Dyck, Velázquez, una exposición patrocinada por la Fundación BBVA que se podrá ver hasta el próximo 4 de julio. 

“Reunirlas ha sido el anhelo de todo director de museo de pintura antigua”, asegura Miguel Falomir, director de la pinacoteca que en esta ocasión ha ejercido como comisario junto a Alejandro Vergara. No obstante, hace unos años esta tarea hubiera sido prácticamente imposible principalmente por dos razones: El rapto de Europa, que forma parte de los fondos del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, tenía prohibido salir de allí mientras que había problemas de atribución con otra. La muestra se ha podido ver en la National Gallery de Londres, donde ha estado muy poco tiempo abierta al público por las complicaciones derivadas de la covid-19, y luego irá a Boston. Sin embargo, en ambos casos tan solo se han expuesto las seis obras de Tiziano mientras que en Madrid se ha nutrido de los trabajos de otros artistas europeos de la talla de Rubens, Velázquez, Veronese o Poussin. No ha sido una decisión baladí: “para el Prado estas piezas significan más, estuvieron aquí y son parte integrante de la antigua Colección Real por lo que queríamos hacer algo más”, reivindica Falomir. 

Paolo Veronese: 'Venus y Adonis', 1580 

De esta manera, la Sala C del edificio de los Jerónimos nos invita a hundir nuestra curiosidad en la mitología antigua y, como si de un viaje se tratara, a encontrarnos con valores y miradas que pueden enriquecer la nuestra. “Tenemos que recordar que era gente similar a nosotros que se enfrentaban, como nosotros, a cuestiones que no podían comprender y a través de estas historias consiguen darle un sentido poético, apelando al sentimiento”, comenta Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del museo. “Con esta exposición buscamos el acercamiento a formas de sentir y pensar aprendidas de los escritores de la Antigüedad que definieron la cultura europea de los siglos XVI y XVII. La idea de que la belleza, el deseo, el amor y el sexo están íntimamente conectados entre sí y de que estamos a su merced, como lo estamos a la de la naturaleza, forma parte de esa cultura”, arguye. 

En total, 29 obras (16 procedentes de los fondos del Museo del Prado) entre las que nos encontramos con las soberbias poesías de Tiziano: Dánae, Venus y Adonis, Perseo y Andrómeda, Diana y Acteón, Diana y Calisto y El rapto de Europa. Todas ellas pintadas en parejas por encargo del monarca Felipe II. Al darle este nombre al conjunto, Tiziano se estaba equiparando con los poetas y estaba haciendo gala de su libertad para interpretar los escritos. Tanto es así que “acude a los textos antiguos pero el pintor también inventa. El abrazo desesperado de Venus a su amor mortal no existe en las Metamorfosis de Ovidio”, indica Falomir. La libertad que le ofrecía la mitología no la proporcionaban las escenas religiosas, como pudo comprobar Veronese, “que tuvo que rendir cuentas ante la Inquisición”, subraya. 

Pero no solo estamos ante la maestría de Tiziano, que con estas poesías de corte erótico también buscaba dar respuesta a sus preocupaciones estéticas. En las salas nos encontramos con la obra Venus y Adonis, de Veronese, en la que vemos “cómo Venus tiene en su regazo a Adonis. Han pasado la noche juntos y él sigue dormido mientras que Cupido sujeta a uno de los perros que se muestra inquieto. Ella sabe que cuando salga de caza va a morir”, apunta Vergara. También José de Ribera abordó esta historia, aunque en su lienzo nos presenta una escena distinta: cuando Adonis se va de caza Venus se marcha en un carro de cisnes hasta que oye el gemido de su amado. La pintura de Ribera es más poética y nos traslada al momento en que Venus llega al lugar y salta del carro. “El dolor que siente ella es tan intenso como el del costado del fallecido”, indica Vergara.

José de Ribera: 'Venus y Adonis', 1630

Cada artista interpreta los textos y los representa para llegar al alma de los espectadores. En el caso de Diana y Calisto, la primera poesía del pincel de Tiziano, observamos a una Diana cruel a la que todos temen. “No se entiende su crueldad, representa algo prohibido”, avanza Vergara. La escena que nos cuenta es la siguiente: una de las ninfas de Diana ha sido violada por Júpiter y es castigada por Juno, la mujer de este, y por la propia Diana por quedarse embarazada. La figura de esta diosa "refleja la vida misma y cómo en ocasiones se hacen cosas que no se deben", apunta Vergara. Durante su estancia en Madrid Rubens reprodujo las obras de Tiziano y, en este caso en concreto, representa a una “Diana más compasiva”. 

En realidad, las obras de Tiziano sirvieron de inspiración a otros creadores como Velázquez (pero también a Shakespeare, Goya o Góngora), pintor que forma parte de la muestra con Las Hilanderas. La razón de su presencia es sencilla: en su obra incluye la escena de El rapto de Europa. La lucha entre Aracne y Artemisa “representa el progreso de las artes y que una generación mejora la anterior. Pero también parece estar diciendo que además de beber de la tradición de Tiziano y de Rubens, ha superado a sus antecesores”, observa Falomir. Cada uno de los artistas buscaba enfrentar al visitante con escenas de amor y deseo y, por ello, podemos considerarlas, en palabras del director del museo, obras pasionales que nos hablan de las “andanzas sexuales de mortales y dioses”.

El anacronismo, el mayor pecado del historiador del arte

Miguel Falomir es consciente de la violencia que transmiten algunas de las escenas como un rapto o una violación. “Si uno lee las Metamorfosis de Ovidio se da cuenta de que están llenas de conductas que están tipificadas en muchos códigos penales y así deben de estar en el siglo XXI. Pero no solo están los personajes de esta exposición. Hace unos años comisarié Las furias, donde todos eran hombres desnudos sufriendo los tormentos más tremendos. Son cuadros pintados hace 400 y 500 años que visualizan unos textos poéticos escritos hace 2500 años. Es lógico que no compartan los valores que compartimos ahora. También es normal que no renunciemos a nuestra condición de ciudadanos del siglo XXI pero sí que deberíamos hacer un esfuerzo de no intentar trasladar a estas obras los valores que tenemos ahora. Eso se llama anacronismo y es uno de los pecados peores en los que puede incurrir un historiador del arte”, ha manifestado. Y ha añadido: “sorprende que uno ponga la televisión y vea tantas series, sobre todo aquellas que tienen un trasfondo histórico, donde los desnudos femeninos y la violencia son gratuitas, que están hechas con la mentalidad de ahora y nadie levante la voz para criticarlas y sean Tiziano, Rubens u Ovidio los responsables o culpables. Insisto en que tenemos que hacer el esfuerzo de interpretar y ver estas historias y artistas teniendo en cuenta cuándo fueron realizadas”.

@scamarzana