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Arte

La polémica está en pintar en una valla

Reflexionamos con varios artistas urbanos tras la polémica suscitada por la reinterpretación de El origen del mundo del grafitero Sam3

12 julio, 2019 08:05

El origen del mundo, obra que Gustave Courbet pintó en 1866, sigue suscitando polémica. El pasado lunes el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid tapó con una tela negra una obra del grafitero Sam3 en la que reinterpreta la pintura que actualmente se expone en el Museo de Orsay de París. Desde el patio infantil del colegio La Luna queda visible la valla publicitaria en la que se ha instalado la pieza que forma parte del proyecto Reversible y ese mismo día el centro escolar llamó al consistorio transmitiendo algunas quejas que habían recibido, por lo que este último decidió cubrirla hasta encontrar una nueva localización para ella. El creador hizo pública esta ‘censura’ y el martes, tras el rifirrafe, el ayuntamiento volvió a destaparla y decidió exponerla en su lugar inicial. Hablamos con otros artistas urbanos que reflexionan sobre lo ocurrido y sobre la diferencia entre exponer en un museo y en el espacio público.

Reversible surgió de un concurso público del ayuntamiento de la localidad madrileña que consistía en intervenir artísticamente soportes publicitarios tradicionales. La propuesta que presentó Madrid Street Art Project resultó ganadora con un grupo de artistas seleccionados "tanto por su calidad como por su vínculo con el trabajo público y el cuestionamiento del lugar que tiene la publicidad en nuestra vida", explica Diana Prieto, confundadora del colectivo. Son 13 piezas de creadores nacionales e internacionales las que se han instalado y la de Sam3 la única que ha encendido el debate. "Es un reflejo del momento social que estamos viviendo. Hay mucho miedo a que lo políticamente incorrecto trascienda y nos salpique de alguna manera", opina Prieto. Cree que esta decisión del consistorio fue "una decisión poco reflexionada", fruto del desconocimiento pero "cuando hablaron con nosotros y con el artista se dieron cuenta del valor, del significado y del contenido de la obra".

Para el artista, que hizo público lo sucedido a través de su cuenta de Facebook, se trata de un "juego de lectura bien simple. Desde la lejanía se aprecia el lienzo de Courbet por la forma y la composición, pero cuando uno se acerca a contemplarlo con más detenimiento sólo encuentra un inocente paisaje de hormigas, pinos, briznas, arena...". Esta reinterpretación es "un homenaje al Étant Donnés de Marcel Duchamp, a la antigua Grecia, a Hera, Démeter y Perséfone, y a todas las antiguas deidades que configuran Gea, la tierra. Lo femenino. La fertilidad. La Naturaleza".

Un colega de profesión como Noaz cree que no hay que "ceder espacio a la ignorancia, a la incultura y al miedo". Para él la cercanía al colegio era una oportunidad "para hablar de arte y sexualidad al mismo tiempo, de libertad de expresión y machismo, del medio ambiente, de la vida y la muerte. El fondo de la polémica reside en la educación que le están dando a nuestras hijas e hijos que no les enseñan con normalidad lo que es la vida. Porque ojo, esto no lo han censurado por las niñas sino porque aún no se ha resuelto cómo explicarle a un varón de 7, 8 o 9 años lo que es una mujer". Una oportunidad perdida, considera.

Aunque la polémica, según Goyo Villasevil, director de la galería de arte urbano Swinton Gallery, no sorprende a nadie. "El desnudo en el arte aún es motivo de escándalo y ofensa para algunos. Probablemente Sam3 barajó la posibilidad de que esa misma noche alguien pudiera vandalizarla o incluso llegar a destruirla". Retar a la polémica "es algo que forma parte de su trabajo habitual en el espacio público, lo que le convierte en un artista valiente, ya que levanta debates como este y se arriesga con ello a no ser aceptado en determinados círculos", detalla. A Pablo España, miembro del colectivo artístico Democracia, le parece "una falsa polémica como tantas otras, la típica censura carca, una regresión que refleja los tiempos que vivimos. Es una vagina, es decir, una parte anatómica y no representa ninguna escena pornográfica". La perversión, asegura, está en los ojos del que mira.

También el artista Dosjotas se ha unido a la reflexión y opina que esta mirada al cuadro de Courbet "ocupa un panel publicitario donde se anuncian aberraciones prácticamente a diario, se venden productos por medio de carteles que en muchas ocasiones objetualizan y humillan al ser humano o incluso anuncian prostíbulos". ¿Por qué suscita esta imagen tanta polémica? Dosjotas cree que la diferencia es que los anuncios publicitarios pagan por estar ahí "y se asume como normal. Sin embargo, en el caso del arte se tiende a pensar que ha de decorar y embellecer sin molestar".

El autor de la misma escribía en su red social que "el debate es sencillo: las autoridades en este caso subestiman nuestras capacidades sensibles e interpretativas. El Museo d'Orsay en París recibe miles de visitas y visitas guiadas de colegios. ¿Porqué aquello que se presenta en el museo no puede presentarse en el espacio público?", se pregunta.

Museo vs espacio público

"Dentro del museo ‘todo vale’. El cubo lo magnifica todo, la obra pasa a ser ‘arte’ y no tiene cuestionamiento, el espectador sabe qué va a ver mientras que en el espacio público la gente se encuentra con él y aquí entran las instituciones censoras que creen que el espectador no va a poder asumir esa obra como arte sino que va a herir su sensibilidad", sostiene Dosjotas. Prieto añade que hay quien cree que "el arte urbano ha sido absorbido por el stablishment y no genera transgresión pero estamos viendo que no es así".

En el espacio público "el arte pierde su etiqueta e interactúa con la vida sin decir de dónde viene mientras que el museo es un espacio de pensamiento y reflexión", asegura el integrante de Democracia. El factor sorpresa en el arte urbano es, para Villasevil, uno de los elementos esenciales. Por eso, "a diferencia de cuando asistimos a un museo, cuya visita normalmente está preparada con anterioridad y sabemos que entramos a un espacio donde podemos ver violencia, desnudos o muerte, en el espacio público el ‘arte urbano’ nos pilla por sorpresa". Y dado que la visita al museo está preparada, la reflexión llega de manera más sosegada y de antemano mientras que en la calle "se nos presenta sin que nosotros lo hayamos pedido y la reflexión viene después".

Es lo que ha ocurrido con el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid. Primero "han visto la obra, han reaccionado y luego, tras reflexionar, han decidido que era bueno que se quedara allí", cree el director de Swinton Gallery. Por eso, desde Street Art Project se muestran satisfechos de que "se pueda hablar sobre por qué la publicidad puede ser obscena y el arte hay que medirlo hasta el mínimo detalle", concluye Diana Prieto. Sin embargo, lo que Villasevil cree que hay que analizar en estos casos es "si detrás de esa idea que para algunos es hiriente hay o no una base ética y de mejora de los individuos en singular o como sociedad. Al final son las decisiones colectivas lss que hacen que las ideas se proyecten al futuro o no, por mucho que algunos quieran que no existan".

@scamarzana