Image: En la intimidad de Frida Kahlo

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Arte

En la intimidad de Frida Kahlo

El Museo Victoria and Albert de Londres acoge una muestra de objetos personales de la artista que salen por primera vez de México

20 julio, 2018 02:00

The Love Embrace of the Universe, the Earth (Mexico), Me, Diego, and Señor Xolotl, 1949

Cuando Frida Kahlo muere en 1954 su pareja, Diego Rivera, manda cerrar algunas de las estancias de su casa. Sobre todo uno de los cuartos de baño. Cuatro años más tarde, en 1958, se constituye La Casa Azul en Coyoacán y los objetos allí guardados siguen bajo llave por deseo expreso de Rivera. Es Dolores Olmedo quien dispone parte de la dotación económica necesaria para la conservación de las obras y cuando Rivera muere, esta continúa con la promesa de mantenerlo así. Sin embargo, cuando Olmedo muere en 2012 y la gestión del museo cambia se abre ese archivo y se descubren más de 6.000 fotografías, 22.000 documentos e infinidad de objetos personales como corsés pintados por la artista, una pierna ortopédica y ropa. Estas piezas han permanecido en México hasta que la pinacoteca Victoria and Albert ha conseguido llevar a Londres algunas de ellas, donde se pueden ver hasta el 4 de noviembre.

"No se sabe por qué Diego Rivera cerró los cuartos de baño y roperos de Frida Kahlo pero quizá fuera por cuestiones políticas, por la asociación de la artista con el partido comunista y las repercusiones que esto pudiera tener", opina Ana Baeza, una de las investigadoras de la pinacoteca londinense. El descubrimiento de estas pertenencias en 2004 dio cancha para que el Museo Frida Kahlo hiciera una exposición que tuviera como base estos hallazgos. Aquella exposición de 2012 ha sido la que propició que el V&A quisiera llevar a Londres el mundo más íntimo de la artista. A diferencia de aquella, la de Londres "expande la parte de la fotografía y se ha trabajado para contextualizar su historia en el entorno mexicano", anota Baeza.

El espíritu sufridor y luchador de Kahlo se puede ver, por tanto, por primera vez fuera de México. De la artista se ha dicho, y se sigue diciendo, mucho pero esta exposición pone "el foco tanto en el ropero como en las cartas que intercambiaba con otras figuras intelectuales de su entorno". Hay misivas que comparte con su médico o con el fotógrafo Nickolas Muray, amigo y confesor de la artista.

La ropa de Frida Kahlo como evidencia material de sus cuadros

Dos vestidos de Frida Kahlo. © Diego Rivera and Frida Kahlo Archives

La cantidad de fotografías que contiene el archivo permite ver que Kahlo era una apasionada de esta disciplina que aprendió de su padre, "una figura que sale a la luz ahora, un retratista que también trabajó para el gobierno previo a la revolución", explica Baeza. Todo ello contribuye a comprender mejor el espíritu de una artista que se ha convertido en mito pero si hay algo tiene de especial esta exposición son sus vestidos, "una evidencia material de lo que hemos visto en muchos cuadros".

Su ropa sigue manteniendo trazas de pintura que demuestran que "eran parte de su día a día y ayudan entender cómo se adapta y pone en pie ese mundo de color casi mágico para poder sobrellevar su dolor". Además, que Frida Kahlo vistiera a la manera tradicional mexicana en un momento en el que casi nadie lo hacía transmite también un mensaje político y cultural. Tras la revolución la artista "vuelve a las raíces, a esa sociedad matriarcal en la que establece un nexo con su madre y con parte de su país", anota Baeza.

Frida Kahlo como icono

La figura de la artista se ha convertido en icono y en motivo de infinidad de soportes. Podemos ver su rostro en camisetas, mochilas, cojines, imágenes u objetos en cualquier parte del mundo. Para Ana Baeza esto ha venido acompañado de un "proceso de globalización cultural que difunde su figura a través de internet. No podemos negar que mucha gente ha empezado a conocerla por estos objetos". Sin embargo, cree que "tenemos que pensar, y la muestra lo deja claro, que Kahlo era una persona que jugaba mucho con la línea entre su vida pública y su vida privada". En ese sentido, la artista expuso su intimidad en unos cuadros que "contienen imágenes que rompieron algunos tabúes del momento y construye su imagen, ese yo provocador y lleno de vida".

Algunos objetos de Frida Kahlo. © Diego Rivera and Frida Kahlo Archives

Kahlo es una artista que presenta identidades múltiples y juega con la provocación. Por otro lado, cree que también se le está dando otra significación a su figura y, por tanto, es "importante que reclamemos su importancia política desde una perspectiva feminista". Sí, Kahlo es una mujer fuerte y dura pero trabaja en un ámbito artístico dominado por los hombres y "no se puede evitar que su figura sea apropiada por otros, de modo que nos queda el mensaje de Kahlo como una persona comprometida políticamente". Esta no es una cuestión banal porque sus objetos, como los corsés de yeso, los decora con motivos comunistas o la imagen de un feto que se aproxima a un modelo anatómico. Todo ello forma parte de su manera de trabajar o lidiar con el trauma físico y emocional que le causaron los abortos. Sin embargo, Kahlo "en lugar de deshacerse de esos objetos los retiene porque son parte importante de su vida", sostiene Baeza.

También hay una manera radical de mirar el mundo que lanza un mensaje que puede "hablar sobre la discapacidad y convertirlo en un aspecto que puede dar pie a una integración mayor". Ella afronta sus adversidades y las aborda no como impedimento sino desde una resolución artística, ella misma se fabrica la identidad que quiere y le permite ser libre. En este sentido, la investigadora opina que ese es uno de los motivos por los que su obra sigue teniendo la misma fuerza y contemporaneidad que entonces. Habla del aborto, refleja experiencias íntimas que son universales, aborda el sufrimiento, sobre lo que es ser humano, del sufrimiento emocional sobre su relación con Diego Rivera, de la condición de las personas.

"Sus obras son muy directas y no tienen escrúpulos, eso es lo que perdura y lo que se ven en artistas, sobre todo mujeres, que la tienen como inspiración para desarrollar su obra". Frida Kahlo se situa al frente del desarrollo de la mujer en su momento, "se impone porque no acepta las normas de su tiempo, vivió como un hombre en los años 20". Por eso se representa de manera femenina pero resaltando sus rasgos masculinos. "Cuando pensamos sobre el género y su construcción, Kahlo -asegura Ana Baeza- está a la orden del día porque es única en su manera de representarse, de no guiarse por las normas y de hacer una interpretación sin tapujos de su experiencia y de cómo quería vivir".

@scamarzana