Image: El Prado presenta El triunfo de la Muerte de Bruegel

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Arte

El Prado presenta El triunfo de la Muerte de Bruegel

Las labores de restauración de la obra, que fue intervendida durante el último año, han permitido recuperar su estabilidad estructural y su verdadero colorido

28 mayo, 2018 02:00

El triunfo de la Muerte (después de la restauración) Pieter Bruegel el Viejo Óleo sobre tabla, 117 x 162 cm 1562 - 1563 Madrid, Museo Nacional del Prado

Las paredes del Museo del Prado exhiben desde hoy El triunfo de la Muerte de Pieter Bruegel el Viejo. La obra, que fue intervenida durante el último año en uno de los procesos más importantes de restauración dentro del programa patrocinado por la Fundación Iberdrola España como miembro Protector del mismo, se trata de una pieza moralizante que muestra el triunfo de la Muerte sobre las cosas mundanas, reproduciendo un tema habitual en la literatura del medievo e influenciado por el Bosco.

La intervención sobre esta pieza que formaba parte de la Colección Real ha sido realizada por Mª Antonia López de Asiain (capa pictórica) y José de la Fuente (soporte) y ha permitido recuperar los valores originales de esta obra, que data de 1562. En particular, su estabilidad estructural, su verdadero colorido, composición y su técnica pictórica de fuerte personalidad que con movimientos precisos de pincel consigue transparencia en los fondos y prodigiosa nitidez en los primeros planos.

Hasta 2011, fecha en la que ingresó en el Museo del Prado El vino de la fiesta de San Martín, El triunfo de la Muerte constituía la única pintura que se conservaba en España de Bruegel, uno de los pintores más importantes de toda la historia del arte europeo.

Proceso de restauración

Aunque la pieza no estaba mal conservada, los cuatro panales horizontales de roble sobre los que está pintada la obra fueron separados y vueltos a unir. En su adhesión los cantos internos fueron cepillados llevándose consigo parte de la pintura, agresión que se nota sobre todo en los elementos y figuras diagonales de la película pictórica. La unión entre los paneles no se niveló bien y para subsanarlo se cubrieron las inmediaciones con estucos y repintes que ocultaron parte del original. En esta segunda separación, además, el panel superior sufrió un accidente que le produjo varias grietas de un extremo a otro.

Así, dado el estado de conservación del soporte, en esta intervención se ha eliminado el engatillado para liberar así el movimiento natural de la madera y se han nivelado las grietas y los paneles, llegando a separar el panel superior para equilibrarlo correctamente en el plano. Mientras que una vez acabada la restauración de grietas y uniones se ha construido un soporte secundario -un bastidor de madera de haya- con la forma exacta de la curvatura que la obra adoptó.

Proceso de restauración. Estucado El triunfo de la Muerte Pieter Bruegel el Viejo Óleo sobre tabla, 117 x 162 cm 1562 - 1563 Madrid, Museo Nacional del Prado

Con respecto al método utilizado para unir el bastidor con la pintura es un sistema de muelles planos de acero inoxidable, pegados al soporte mediante unos botones de latón dorado de forma reversible. Estos muelles van insertados en unos tornillos de nylon que permiten cualquier movimiento en 360° de tracción, dilatación y contracción dentro del plano.

Por su parte, con lo que respecta a la pintura, concienzuda desde su concepción en dibujo hasta el perfilado final de los detalles, se encontraba oculta bajo gran cantidad de repintes de diferentes restauraciones que, después, fueron enmascarados por barnices coloreados para procurarle unidad, lo que había transformado completamente su imagen en ocre, casi monocroma.

En este sentido, la obra ha precisado una limpieza completa que se ha visto dificultada por la sutileza de la tenue capa de pintura original frente al grosor y dureza de los repintes. Una vez retirado y eliminado el velo cálido añadido por anteriores restauraciones, se han descubierto detalles de pintura original antes ocultos como un cambio de tonalidad general, lo que ha permitido recuperar los nítidos tonos azules y rojos que la caracterizan, y restablecer con ello la complejidad de su composición y la profundidad del paisaje.

Además, gracias al apoyo de la reflectografía infrarroja y de copias realizadas por los hijos del autor, que emplearon el mismo cartón, ha sido posible la reintegración correcta de pequeños elementos perdidos inventados en tratamientos anteriores con una reconstrucción errónea.