Arte

Miguel Zugaza: "He estado dimitiendo desde el principio"

El director del Museo del Prado comparece ante los medios para explicar su decisión de dejar la pinacoteca

1 diciembre, 2016 01:00

Hace un año que el Gobierno vasco se puso en contacto con él tras el anuncio de Javier Viar (que hoy cumple 70 años) de jubilarse y rápidamente comunicó al Ministerio de Cultura y al Patronato del museo que estaba pensando en volver a Bilbao, al Museo de Bellas Artes que ya había dirigido entre 1995 y 2001. Aunque no iba a irse antes de que culminase el Plan de Actuación de 2016 en el que se cerraba la última fase de ampliación y modernización del Prado con la rehabilitación del Salón de Reinos. Ese momento ha llegado y Miguel Zugaza dice adiós tras 15 años de trabajo intenso en la principal pinacoteca española y una de las más importantes del mundo.

Con la intención de explicar y también de agradecer, tras el anuncio de ayer que cogió a todos por sorpresa, el director ha reunido a los medios en la sala de conferencias. Ha repetido, como su comunicado de hace 24 horas, que se va "con la tranquilidad de ver al museo en buena forma, con unas perspectivas de futuro extraordinarias, con el proyecto de ampliación culminado". Y ha añadido que deja el Prado agradecido con todos, "los de dentro y los de fuera que han ayudado a sacar adelante el proyecto". Ha tenido palabras de agradecimiento para su equipo ("sois el mejor equipo para cualquier museo del mundo" ha dicho a los presentes, entre los que se encontraba el director adjunto Miguel Falomir), para las empresas que han colaborado, los 33.000 Amigos del Prado, los colegas de los museos, los gobiernos de distinto signo y también para los medios. "Ha sido un empeño coral".

La decisión de volver a Bilbao responde a una decisión profesional pero también personal. Zugaza nunca ha ocultado que pasaba aquí parte de la semana y la otra parte en Durango, donde tiene a su familia. Además, en el Museo de Bellas Artes le espera la posibilidad de dar continuidad a una labor que siente que de algún modo dejó inconclusa en 2001. Allí el reto quizá más ambicioso sea "dirigir un museo local que opera en un contexto global, trabajar en red, iluminar lugares hasta ahora desconectados y trabajar con los artistas, con el arte contemporáneo". Y aquí las buenas y discretas palabras a las que nos tiene acostumbrados han dejado paso a un "aquí parece que hay que pedir permiso para tratar el arte contemporáneo y el Museo de Bilbao es un museo abierto, que conserva arte antiguo, moderno y contemporáneo", ha señalado.

El futuro director

En cuanto a la transición, "se hará bien, he evitado durante todos estos años tensiones innecesarias y no seré yo el que las cause". Su cese en el consejo de ministros coincidirá con el nuevo nombramiento de modo que no habrá vacío de poder en el Prado. No ha querido hablar de plazos concretos pero sí ha dicho que serán unos meses. Tampoco sabemos si están pensando en alguien de dentro, en ese caso la lógica apunta a Falomir como segundo de abordo, o será un fichaje externo. Ni si habrá concurso o no. En cualquier caso, el ministro ha puesto a la comisión a trabajar para empezar a buscar candidato. "El Prado se tomará el tiempo necesario para resolverlo, yo no me he marcado un plazo para irme", ha dicho.

Aunque habrá tiempo para hacer balance antes de su marcha, de estos 15 años ha dicho no tener malas sensaciones, aunque reconoce que no siempre ha podido hacer lo que ha querido, "el Prado no funciona a capricho de un director". Pero sí que ha habido momentos difíciles: "En realidad, yo he estado dimitiendo desde el principio". La primera vez fue al poco de llegar, cuando le dijeron que no podía traer a Gabriele Finaldi (ahora en la dirección de la National Gallery) como conservador jefe porque era extranjero. El asunto se resolvió nombrándolo director adjunto de Conservación. Otro momento complicado fue cuando se trató de aprobar la Ley Reguladora: "El Prado necesitaba reformas estructurales de forma definitiva". Se empeñó y también lo consiguió. Al igual que la ampliación de Rafael Moneo al edificio de Jerónimos que se enfrentó a opiniones muy contrarias en su momento.

La relación con el Patronato

La independencia política, algo ya fuera de toda duda desde la ley del 95, y la relación con el Patronato, que había asumido de facto la dirección del museo antes de su llegada y que con los nuevos y esenciales estatutos se marcó también la distancia necesaria, han favorecido su labor. "He tenido buena relación con todos los patronos -afirma- con Plácido Arango se puso en marcha la ampliación, con Rodrigo Uria…".

Y aunque se ha dicho que la relación con el actual presidente del Patronato no era la ideal, Zugaza ha tenido también buenas palabras para José Pedro Pérez-Llorca, "uno de los notables de este país, ha sido un privilegio trabajar con él". Si bien es cierto que ha admitido que esta vez nadie le ha intentado convencer para que se quede. Quizá, efectivamente, era el momento.

@PaulaAchiaga