Image: Y por fin El público llegó

Image: Y por fin El público llegó

Arte

Y por fin El público llegó

18 septiembre, 2015 02:00

Las pinturas de Miki Leal junto a las obras de Mauro Cerqueira

El Centro Federico García Lorca de Granada inaugura la exposición El público, en la que diez artistas versionan el espíritu del poeta y su tierra natal.

El camino ha sido largo hasta hoy, día en que por fin se inaugura la exposición El público en el Centro Federico García Lorca de Granada. Abre con retraso, como la apertura del propio centro. Los desencuentros políticos y las complicaciones en la financiación han prorrogado la apertura de este este espacio cinco años, sobre el que se llevaban trece trabajando en la idea. Y todavía el futuro es incierto. El gerente del centro, Juan Tomás Martín está en paradero desconocido con 4 millones de euros y las últimas noticias advierten de que la relación entre la Fundación García Lorca y el centro está rota. Por lo pronto, los archivos y la biblioteca del poeta seguirán donde estaban, en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

Los malos presagios no empañan, aún así, esta exposición para la que diez artistas han trabajado con proyectos específicos sobre Lorca y Granada. Un homenaje desde las artes plásticas que no es nuevo. Recordemos Everstill/Siempre todavía, la exposición que ideó Hans Ulrich Obrist en 2007 para la Huerta de San Vicente, y donde reunió a 30 creadores, entre artistas, escritores, dramaturgos, músicos y cineastas, para habitar la que fuera casa de veraneo de la familia Lorca, abierta al público en 1995. Enrique Morente le cantó a las esquinas; Cristina Iglesias hizo del pasillo un pasadizo vegetal; Tacita Dean llenó el aparador de postales; Dominique Gonzalez-Foerster rehizo la biblioteca, Gilbert & George ocuparon su cama, bajo la que Bestué y Vives idearon un diminuto teatro de títeres, su historia del alacrán enamorado.

Trabajamos para un público nuevo, alejado del modelo tradicional que fue elitista y pasivo", explica la comisaria

Fue un proyecto mítico por inusual, uno de los más especiales al fusionar disciplinas y abrir puentes entre arte y literatura, el principal interés del Centro Federico García Lorca. Ecos de ello encontramos también aquí, empezando ya por el título, El público, como una de las obras más difíciles y misteriosas de Lorca, convertida hoy en alegato en favor de la libertad amorosa y artística. Es el espíritu que la comisaria Virginia Torrente le ha querido dar a esta muestra que estrena el nuevo edificio, saltándose las convenciones y saliendo de la estrica sala de exposiciones.

"Trabajamos para un público nuevo, alejado del modelo tradicional, que fue elitista y pasivo, y que ahora se coloca a años luz de una actidud reverencial hacia lo artístico, que ahora exige comprender y disfrutar a la vez, sin complejos. Como decía el artista Nacho Criado, un arte que camina necesita un observador que siga el paso. Así que El público es el individuo, es el pueblo, es el intelectual y es el hombre llano... Para todos esos perfiles hay grandes espectáculos y pequeñas lecturas. Este es uno de los mensajes de la exposición. Los artistas quieren quieren acercarse a todos los públicos sin distinción", explica la comisaria.

El pasadizo de Carlos Macià

Con esa idea en mente emprendemos el recorrido. Juan López (Alto Maliaño, Cantabria, 1979) se instala en una de las paredes de la entrada del centro con uno de sus trampantojos, esta vez titulado Low, Middle and Upper Cuts (2015) que produce un juego de inestabilidad visual en el que el muro parece descolgarse. En la entrada, vemos también el trabajo de Carlos Maciá (Lugo, 1977), así como en el pasillo de acceso a la cámara acorazada, pensada en origen para custodiar el archivo de Lorca. Allí ha instalado Pasadizo, una de sus esculturas aéreas, realizada en aluminio. Maider López (San Sebastián, 1974) ocupa el auditorio convirtiendo el telón en protagonista de una performance previamente grabada por la artista, y proyectada durante el tiempo de la muestra.

Hay artistas que aluden a la propia historia de la obra teatral que da título a la exposición, como el alemán Tobias Rehberger (Esslingen, 1966) con Me as you III. El elemento clave en ambos trabajos es la máscara como objeto poético que alude a los sueños y al subconsciente, y que habla del deseo de convertirse en otro. Al otro es a quien busca, también Andrea Canepa (Lima, 1980) con la colección antigua de postales de Granada reunidas aquí. Tras ponerse a rastrear las direcciones de destino de dichos envíos postales, la artista toma una foto del lugar y convierte esa imagen en una nueva tarjeta enviada a un nuevo apartado postal. Sobre el contexto de la ciudad ha estado trabajando Miguel Ángel Tornero (Baeza, 1978) para su Random Series pensando en el Lorca de "la poesía que anda por las calles; que se mueve, que pasa a nuestro lado", explica. La mecánica de la poesía es la que ha buscado, asimismo, el portugués Mauro Cerqueira (Guimarães, 1982), en el devenir por la ciudad, y Belén Rodríguez (Valladolid, 1981) en Los sintítulos.

La instalación de Juan López

Miki Leal (Sevilla, 1974) se mete en Los zapatos de Federico. Fascinado con la obsesión de Lorca por el calzado, al que le dedica textos y versos, el artista arrastra los suyos hasta la Huerta de San Vicente para recorrer las estancias de la casa de Lorca. Un paseo que reproduce en ocho grandes pinturas que recrean suelos, texturas y huéspedes invisibles. Hay guiños por doquier, desde sutiles trazos de color que aluden a la bandera gay y republicana, a pequeñas escenas que recrean las que Gilbert & George vivieron hace 8 años en Everstill .También Fernando Renes (Covarrubias, Burgos, 1970) recuerda aquella exposición en las pinturas que traslada a 38 lebrillos típicos granadinos. Hay tantos lebrillos como años tenía Lorca cuando lo mataron.

@bea_espejo