Image: Adiós a Leonora Carrington, la última surrealista

Image: Adiós a Leonora Carrington, la última surrealista

Arte

Adiós a Leonora Carrington, la última surrealista

La pintora, escultora y escritora, ha fallecido este jueves en México a los 94 años

26 mayo, 2011 02:00

Leonora Carrington en una imagen de archivo. Foto. El Mundo

Ha muerto Leonora Carrington y ha muerto una gran mujer. Lo ha hecho pocos meses después de que Elena Poniatowska contribuyera a difundir su figura y su arte en nuestro país con una biografía novelada, Leonora. 'La Carrington' era lo que se dice una mujer de bandera y una de las figuras mas interesantes del grupo de los surrealistas franceses del París de los años 20, aunque nunca gozó de la fama de sus correligionarios.

La primera vez que tuvimos conocimiento en España de ella fue gracias a Fernando Savater y la editorial Siruela, que publicó en 1984 algunos de sus relatos oníricos (Memorias de Abajo, La casa del miedo, La dama oval y El pequeño Francis), con un prólogo en el que el filósofo narraba la trepidante y aventurera vida que había llevado: hija de un rico industrial inglés, Carrington sintió desde niña que su pasión eran los caballos y su auténtico motor, la rebeldía. De jovencita huyó a París a estudiar pintura, oponiéndose a los deseos de su familia, y entró en contacto con los surrealistas Breton y Eluard, quienes quedaron deslumbrados por su belleza e inteligencia.

En París conoció a Max Ernst, del que se enamoró locamente. El artista alemán abandonó a su mujer para unirse a Leonora y vivir una feliz comunión en la Provence. Sin embargo, la guerra les sorprendió y les separó. Ernst, de origen judío, fue encarcelado por los alemanes, pero pudo huir y emigrar a Estados Unidos. Este hecho provocó en Leonora un episodio de locura, que vivió fatídicamente en España, hacia donde había huido durante la guerra. Aquí fue internada en un psiquiátrico de Santander por orden de sus padres. Gracias al escritor mexicano Renato Leduc, con el que luego conviviría, pudo huir vía Lisboa hacia Nueva York.

Sin embargo, Leonora era un espíritu puro y el ambiente pedante y superficial de Nueva York, hacia donde se habían dirigido los surrealistas, no le convencía. Se fue a México con Leduc, del que acabaría separándose. Allí se instalaría definitivamente, desarrollando una obra gran obra pictórica sin abandonar su fuente de inspiración, sus sueños. Tuvo dos hijos, fruto de su unión con el fotógrafo Emericko Weisz. Le costó tiempo adaptarse a México y al carácter de los mexicanos, pero finalmente estableció una gran amistad con la pintora española Remedios Varo y con otros artistas allí afincados.

Poniatowska ha relatado recientemente su fascinante vida y Javier Martín Dominguez ha realizado el documental Si fuera una flor, de próximo estreno, y para el que estuvo conversando con Carrington durante diez días.