Image: Javier Peñafiel o el silencio del artista

Image: Javier Peñafiel o el silencio del artista

Arte

Javier Peñafiel o el silencio del artista

16 diciembre, 2004 01:00

Violencia sostenible, 2004. DVD

Joan Prats. Rambla de Cataluña, 54. Barcelona. Hasta el 8 de enero. De 700 a 9.000 euros

En el catálogo de la penúltima exposición de Javier Peñafiel, presentada en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza acontece un hecho muy significativo. Entre los textos introductorios a la obra del artista hay una entrevista de éste con un antiguo profesor de estética de mis años de estudiante, Martí Perán. Sin duda es un texto interesante, pero lo que me sorprendió es que la entrevista no se realizara en los términos clásicos, es decir, lo habitual es que el periodista -este caso el profesor- formule las cuestiones y el entrevistado responda. Pero aquí, al contrario, parece que el artista pregunta y el profesor contesta. ¿Simple anécdota? Acaso esta inversión de papeles revele otra inversión, el funcionamiento íntimo de la obra de Javier Peñafiel. Lo que da sentido a ésta es el discurso del profesor o del crítico. Es la teoría la que construye su obra. Los objetos, los vídeos, las fotografías son un pretexto para la literatura. A quien corresponde la autoría y la creatividad es al teórico, el artista ocupa un lugar secundario. Las obras de Javier Peñafiel no son para mirar, son para leer. Por lo menos hay poco que mirar, lo de mirar es más bien accesorio. Lo importante es sumergirse en los textos. Las suyas son imágenes nimias, terriblemente ambiguas..., autistas es la palabra adecuada. No comunican nada por sí mismas. Son una expresión o una de las formas del silencio.

Las piezas más importantes que se exhiben en la galería Joan Prats son tres vídeos: Violencia sostenible, Confianza quería penetrar y Conquista básica. Te vuelvo a pedir que te definas. En ellos se realizan unos gestos elementales, descontextualizados, absurdos. Seguro que hay quien sabe observar en ellos una dimensión metafórica o valores simbólicos, pero me temo que estas metáforas o estos símbolos son ajenos a los vídeos. Un ejemplo: en Confianza quería penetrar una mano acaricia una cerradura como si fuera un sexo con el fondo obsesivo de una voz en off. Nada más lejos de mi intención que querer censurar que alguien observe el secreto del universo en estas imágenes. Pero esa metáfora es precisamente la ausencia, el silencio de la pieza. Quien habla no es la obra, es la teoría que se construye sobre el vacío del vídeo.

Nos tendríamos que preguntar el porqué de este arte autista. No lo podría explicar, pero al margen de mi apreciado profesor que me merece todo respeto, la confusión en el ámbito de la crítica y la reflexión estética es el exacto reverso de la confusión en el ámbito del arte.