Pablo-Palazuelo

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Arte

Pablo Palazuelo: "La geometría es la escritura para explicar lo invisible"

De las religiones, de la vida y de la muerte, de la belleza y del misterio y, sobre todo, de la estructura y de la geometría que impregna su filosofía y su obra nos habla en esta entrevista

13 marzo, 2003 01:00

Con 14 óleos y dos esculturas en acero inoxidable regresa Pablo Palazuelo a Barcelona, después de seis años, con una exposición de obra reciente que deja ver el optimismo y la vitalidad de un artista que lo ha visto casi todo. Y eso que sus 86 años, Pablo Palazuelo (Madrid, 1916) posee una gran vitalidad. Ahora presenta una exposición en la galería Joan Prats de Barcelona con obra de recientísima producción y en la que, además, introduce elementos innovadores. Esta muestra, que el artista tenía un particular interés en presentar, tiene un alto valor emotivo: a su edad, Palazuelo sabe muy bien que ésta será su última presencia en Barcelona. Y con todo, existe un mensaje optimista sobre el sentido del arte, de la vida y de la muerte. De este mensaje nos habla el artista.

-En su itinerario existe un punto de inflexión del que ha hablado en otras ocasiones: cuando, estando en París en los años 50, algunas lecturas de literatura esotérica le descubrieron una nueva concepción del mundo y del arte. ¿Podría explicarlo?
-Puedo explicarlo hasta cierto punto; las cosas profundas van lejos y uno se queda a medio camino. En fin, en aquella época tuve la suerte de vivir en un barrio cerca de Nôtre Dame y la rue Saint Jacques, en el antiguo camino de Santiago. Habitaba en una casa muy antigua, del siglo XVI, frente a la iglesia de St. Severin, una iglesia gótica muy extraña con una planta casi circular que veía cada día. La zona, además, históricamente había sido refugio de magos, brujos e investigadores de todo tipo. Esta descripción del lugar no es anecdótica, al contrario, tuvo una influencia enorme en mi proceso: en estos barrios había unas librerías extrañas, eran librerías de ciencias ocultas y empecé a interesarme por libros raros y esotéricos. No puedo explicar cómo ni por qué, pero sentía una atracción muy poderosa. Conocí a los libreros que me ayudaron a seleccionar lecturas serias y me introdujeron en una tradición y un saber muy antiguo. Por decirlo de una manera esquemática, comencé a ver cosas con estructura, con geometría... una estructura y una geometría que estaban implícitas en la naturaleza. A partir de aquí se desencadenó una búsqueda, una pasión a la que uno ha llegado casi sin saberlo. No tengo claro el punto de partida, ni el porqué de este interés, pero ha perdurado hasta hoy.

El misterio de las formas

-¿Qué quiere decir exactamente “ver las cosas con estructura y geometría”?
-En el catálogo de la exposición que ahora presento en Barcelona cito al físico Fritjof Capra que, creo, se aproxima al misterio de las formas y de la formación de las formas. Aunque son cosas que tan sólo podemos comprender de una manea muy fragmentaria y primaria. La idea es que el mundo físico es infinito y eterno; se destruye y se renueva a sí mismo en parte, pero no en el todo. Así, nuestras vidas particulares tan sólo son aspectos pasajeros de lo que podemos llamar Vida Infinita, que posee un movimiento continuo y raudo. Nosotros vivimos muy poco comparado con la infinitud de la Vida Inagotable e Inacabable. Lo que llamamos muerte no es más que una transformación de la vida porque cuando nuestro cadáver se pudre se llena de animales vivientes que proceden de “eso” que ha muerto. El cadáver ha muerto para nosotros, pero sigue siendo vida. La Vida es inmortal. La muerte es en realidad una transformación en otras formas de vida. Curiosamente, cuando he comentado esas inquietudes me he topado con la incomprensión de muchas personas que se inquietan y no quieren que se les hable de estos temas.

-¿Pero qué relación existe entre la geometría y ese movimiento o Vida Infinita a la que alude? ¿Y qué tiene que ver la pintura?
- Aquí empieza la pintura: la pintura puede ser una aproximación a las estructuras últimas e infinitas y sin fin de la materia.

-Su pintura, que es una pintura de estructuras y geometrías, ¿es una expresión de esta transformación de la Vida o el movimiento de la Vida?
-Efectivamente. Esa geometría es una producción y reflejo de la Vida.

-¿Pero por qué estas formas geométricas?
-Porque somos carne y la carne es materia.

-¿Quiere decir que bajo la materia o la naturaleza, existe una geometría, una clave numérica?
-Dicho a la ligera, esa geometría o esa clave numérica es lo que uno ha presentido del misterio. Es una especie de escritura para explicar lo invisible.

Una visión sin ver

-¿Su trabajo como artista es una aproximación a lo invisible?
-Presentir... Es presentir. La mejor palabra para describirlo es presentimiento. Un presentimiento activo porque tengo la necesidad de plasmar cosas. Como si las escribiera, tal como hace el escritor, pero en otro plano, en el plano de las formas. Se trata de una escritura más. Sólo llego a explicar lo que siento o lo que presiento de una manera muy superficial: las últimas razones me son desconocidas. Presiento en cierto modo, pero muy vagamente, y además pienso que las claves del todo no se pueden conocer completamente, ni se conocerán nunca. Pero hay grados de aproximación y entendimiento que pueden ser más o menos profundos aunque uno no lo pueda explicar hasta el fondo. Hay mucho de ensoñación, de intuición, de “juego”, en el sentido más serio de la palabra..., y de una especie de necesidad y satisfacción al hacerlo. Incluso cuando me equivoco -y me equivoco a menudo- no es doloroso: Destruyo el dibujo y paso a otra cosa, sin sentirlo como una frustración o como algo grave. Es simplemente un tropiezo.

-Usted es un artista del misterio.
-La palabra misterio la emplearía con mucho cuidado. Se abusa de ella. El misterio hay que respetarlo. No se puede hablar de él frívolamente. Me preocupa esta costumbre de hablar de lo misterioso como una especie de “cosa cachonda”. Lamento expresarme de esta manera, pero me irrita muchísimo porque justamente el misterio es para respetarse. Es algo muy serio: no sabemos lo que es. La mala utilización de la palabra puede distraer, confundir y engañar, incluso engañarse uno mismo.
»El misterio es lo que se oculta a nuestra percepción, a nuestros sentimientos, a nuestra sensualidad. El ser humano no llega a tener conciencia clara de ello. Pero lo siente; mejor: lo presiente. La palabra es pre-sentir y además de una manera activa y real de modo que produce efectos y obras.

-Entonces sus geometrías...
-Son una visión sin ver físicamente. Intuición que viene de adentro; que tu cuerpo y tu mente te están enseñando y que tú, muchas veces, no captas. Pero se te está manifestando porque es lo suyo, porque es lo de siempre y porque desde el principio de los tiempos está funcionando. Hay que tener la suerte o la desgracia de poder acercarse o de conectar con ello aunque sea de una manera incompleta. Yo siento que falta por saber algo, pero ésta es la señal de que nunca se acaba, de que siempre permanecerá lo eterno, por encima de planetas y estrellas.

Conectar con las religiones

-Hay una cosmovisión platónica o idealista tras sus palabras.
-No he leído a Platón en profundidad. Pero en cambio, incluso antes de ir a París, me había interesado por la obra de Henri Corbin -el islamista que estudió la espiritualidad árabe- y por la mística árabe. También me interesaron muchísimo las religiones orientales, el taoísmo -sobre todo- y el budismo -en menor medida-. Las religiones como el taoísmo son una suerte de misticismo en sí mismas. Tal vez diga una barbaridad, pero la religión puede ser una cosa posterior a ese universo místico, es decir un conocimiento humano que posteriormente se ha dado en llamar religión; lo cual es perfectamente natural: observe la palabra re-ligar; esto es volver a conectar con....

-Su obra en cierto modo sería un re-ligar...
-En cierto modo sí: es tratar de conectar o re-conectar con algo y en parte acercarse en la medida de sus posibilidades.

-Conocimiento, espiritualidad... ¿No hay nada más? ¿No hay goce o sensualidad en el arte?
-Yo creo que toda práctica artística es sensual aunque la persona que la está haciendo no sea del todo consciente. Puede ser tenue, poco perceptible o instintiva, pero la práctica artística lleva consigo un placer o un estar producido por algo que completa y que es benéfico. Lo que no quita que en esta práctica -como en todo- pueda haber accidentes y tropiezos...
»Mi obra es una exploración para conocer. Pero ese conocer está dotado de un placer, porque uno encuentra una satisfacción y porque uno halla un completarse y un mejorarse a sí mismo, como quien se cura. Hay que ir con cuidado con la palabra placer porque abarca muchas cosas: la sensualidad, el sexo, el gusto... El arte no es un placer físico. Es un sentimiento de equilibrio... No hay inquietud, no hay malestar... Aunque no se llega a ninguna conclusión definitiva, es una exploración muy gratificante porque me produce un “contentamiento” -iba a decir placer- que me fascina y me atrae.

-¿Cómo resumiría su proceso de trabajo?
-Un ejemplo: hace poco realicé un dibujo casi sin pensar, distraído, porque -como le decía- hay un placer en el hacer, casi como si jugara. Era un dibujo bastante complejo, a lápiz en un folio. Lo dejé por la mañana y, posteriormente, tuve la necesidad de volver a trabajar esa pequeña composición. Empecé a hacerla crecer como una planta y así, sucesivamente, fui cogiendo folios y dibujando. Al final de la tarde ya había hecho catorce composiciones derivadas de aquel primer dibujo hasta que una me salió mal: el aviso de que había llegado al final. Este dibujo o esta serie de dibujos aparecieron sin saber por qué. Esos dibujos son aptos para ampliarlos y hacer cuadros o esculturas.
»Lo cito como ejemplo de un impulso que se produce casi inconsciente -de entrada, por lo menos-. Le hablo de un impulso como si llegase de fuera y que me sorprende a mí mismo. Yo no estoy seguro de cómo va acabar la composición. Cuando empiezo a trabajar no la tengo a la vista, sino que ésta se va revelando.

La escritura automática

-Estas estructuras que nos hablan del secreto del universo parecen casi, inconscientemente, como una escritura automática.
-Efectivamente.

-¿Le molesta que el público no advierta el profundo contenido de su obra y simplemente la vea como algo decorativo?
-Todo lo que es bello es automáticamente decorativo y más que decorativo, pero es decorativo también.

-¿Usted busca la belleza?
-Lo profundo es bello y hermoso. Es una cosa sana y yo siento que me mantiene, me ayuda a vivir. Gracias a eso vivo “contentado”.

Una exposición con corazón rojo

No es una exposición como cualquier otra. Si ahora Pablo Palazuelo se presenta en Barcelona, en la galería Joan Prats, es por deseo expreso del artista que se despide de manera simbólica de la ciudad, cuando se encuentra al término de su trayectoria artística. Y curiosamente, la muestra, con obra de reciente producción, expresa una particular vitalidad en todos los sentidos. Vitalidad porque Palazuelo sigue siendo un pintor inquieto, experimentando con nuevos aspectos, como la incorporación o reincorporación de la curva que ha recuperado en algunos de sus últimos lienzos. Vitalidad porque el centro de la exhibición -como si fuera un corazón- es de color rojo, símbolo de la energía que infunde, aumenta y transmite la vida. Y vitalidad, al cabo, porque hay una idea o mensaje de belleza en la obra de Palazuelo, aunque ese término de belleza sea susceptible de las más variadas interpretaciones. La belleza como algo que nos hace mejores espiritualmente y nos ayuda a convivir con la sinrazón de la vida. éste es el compromiso de Palazuelo, una suerte de testamento artístico que pervivirá al mismo artista y que nos ha de iluminar...