El Cultural

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Quince años de MUSAC

El museo celebra su 15.º aniversario con una muestra que bucea en la obra de un centenar de artistas nacionales e internacionales

21 julio, 2020 02:54

Cinco itinerarios con un punto de vista. MUSAC

Avda. Reyes Leoneses, 24. León. Comisario: Manuel Olveira. Hasta el 11 de octubre

Quince años es muy poco tiempo para un museo. Sin embargo, nuestros museos de arte contemporáneo conmemoran su reciente implantación en cada una de las comunidades autónomas, allí donde con suerte había alguna galería o fundación que presentara arte contemporáneo, y su supervivencia. En los quince años de existencia del MUSAC leonés hemos pasado de la etapa del pelotazo, cuando cada gobierno local se legitimaba con un nuevo museo y parecía que España podía llegar a homologarse con las grandes potencias europeas, a la crisis económica que desde 2008 ha precarizado nuestro sistema del arte casi hasta la inanición.

Mientras, en nuestro país ha habido importantes conquistas de derechos, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y la Ley de Igualdad. Recientemente, también a escala internacional, se impusieron el #MeToo y los discursos racializados que protagonizan hoy, en plena pandemia, el derrocamiento de estatuas públicas. Si comparamos las graves fracturas de estos acontecimientos con esta exposición conmemorativa, comprobamos que en el MUSAC no ha habido cambios drásticos, pese a sus sucesivos directores, sino más bien profundización del programa presentado en su inauguración en 2005.

Con escaso presupuesto, el MUSAC ha reducido el tamaño pero no la intensidad de unas muestras exquisitamente montadas

Planteado por su primer director Rafa Doctor como un “museo del presente”, dedicado al arte contemporáneo a partir de la caída del muro de Berlín, desde 2003 hasta 2008 en el MUSAC se logró atesorar una de las mejores colecciones desde 1990. Desde el inicio, los puntos fuertes y novedosos fueron las políticas de identidad (feminismo, géneros, y raza, especialmente mirando a la negritud en Africa y América Latina); una mirada global, con atención a Medio y Extremo Oriente, éste prácticamente olvidado todavía en la mayoría de nuestros museos; un interesante equilibrio entre artistas extranjeros y españoles, con proyectos concretos con artistas de y sobre la comunidad de Castilla y León; el énfasis en un lenguaje artístico como el dibujo, en boga desde mediados los años noventa, en el Laboratorio 987 bajo el comisariado de Tania Pardo; y finalmente, la importancia de la literatura artística en las Vidrieras que siguen recibiendo en el hall, junto al fomento de la Biblioteca después convertida en Centro de Documentación, ahora bajo el nombre de la añorada Araceli Corbo.

Básicamente estos son los Cinco itinerarios con un punto de vista en esta exposición conmemorativa con un centenar de artistas, que Manuel Olveira, director desde 2013, ha venido modulando: actualizando los discursos racializados en estrecha referencia al colonialismo español; desarrollando los lenguajes del arte desde perspectivas poéticas, conceptuales y metalingüísticas; y ahondando en los proyectos territoriales, ahora radicados en el Laboratorio 987. Con escaso presupuesto ni apenas margen para adquisiciones, haciendo de la carencia virtud, incorporando artistas periféricos en el mercado artístico y reduciendo el tamaño pero no la intensidad de las exposiciones exquisitamente montadas.

Shirin Neshat: 'Tooba series', 2002

Entendemos el enorme esfuerzo para mostrar apenas una décima parte de la colección en los tres mil metros de este premiado edificio (entre nuestros museos, sólo comparable al CGAC de Siza que también dirigió Olveira), dejando fuera piezas de artistas, al inicio del MUSAC todavía asequibles, como Abramovic, Eija-Liisa Ahtila, Matthew Barney, Candice Breitz, Gregory Crewdson, Mehretu, Kentridge, Pippilotti Rist, Julian Rosenfeld, Anri Sala, Allan Sekula y Gillian Wearing, o Badiola, Prego y Sánchez-Castillo, entre otros, protagonistas de tantas exposiciones individuales y colectivas inolvidables.

No menos memorable será esta exposición para volver a ver o descubrir obras de Yto Barrada, Rineke Dijkstra, Isaac Julien, Sigalit Landau, Ana Mendieta, Tracey Moffat, Muntean/Rosenblum, Shirin Neshat, Rivanne Neuenschwander, Yinka Shonibare, Joana Vasconcelos, Herman de Vries, entre los extranjeros. Y Ana Laura Aláez, Pilar Albarracín, Daniel G. Andújar, Pepe Espaliú, Dora García, Nuria Güell, Concha Jerez, Rogelio López Cuenca y Elo Vega, Cristina Lucas, Carme Nogueira, Marina Núñez, Itziar Okariz, Francesc Ruiz, Valcárcel Medina o Eulalia Valldosera, encabezando la representación española. Con muchas féminas y feministas, pues MUSAC desde el inicio a hoy sigue siendo el museo en España con mayor proporción de artistas mujeres (32% de la colección), fruto de su constante política igualitaria.

Con todo lo bueno descrito hasta aquí, mimbres de los Cinco itinerarios, es una pena que en el catálogo conmemorativo Manuel Olveira se haya dejado llevar por la pulsión autodestructiva tan perniciosa en nuestro mundillo del arte. Inexplicablemente, al amparo de una cita del joven historiador Juan Albarrán, Olveira desfigura y descalifica, pretendiendo destruir todo el ingente trabajo llevado a cabo por los fundadores Doctor y Agustín Pérez Rubio, quien ya en plena crisis inició el giro hacia un planteamiento más sociopolítico, en buena medida proseguido por Olveira. En cuanto a la teoría, sobra ideología, falta contextualización histórica y vivencia de la escena artística. Para la historiografía posterior, es gravísimo, al quedar escrito el triste testimonio del narcisismo y las míseras luchas de poder en un sistema del arte hace ya tiempo olvidado por los gobernantes.

@RocodelaVilla1