Image: Rossy de Palma

Image: Rossy de Palma

El Cultural

Rossy de Palma

"Resiliencia de amor es una celebración de la feminidad"

10 diciembre, 2015 01:00

Rossy de Palma

La actriz y artista estrena en el Teatro Español de Madrid Resiliencia de amor, una obra que celebra la feminidad a través de artistas como Maria Callas.

De pequeña estaba enamorada de la luna, le pedía que le mandara su fuerza, su luz y su poder de seducción. Cuando se enteró en el colegio que la luna no tiene luz, que refleja la del sol se decepcionó pero siguió amándola más en su imperfección. Y esa imperfección le gusta llevarla a los escenarios porque los errores y los accidentes enriquecen. Allí, sobre las tablas de un escenario, experimenta la libertad. "Todos los focos se centran en ti sin evocar desazón, es un lugar natural donde más que angustia experimentas la libertad". Y de las tablas del teatro Picolo de Milán al escenario del Español en Madrid en el que Rossy de Palma (Palma de Mallorca, 1964) interpreta su obra Resiliencia de amor. Una obra que la artista escribió por encargo del Teatro Picolo cuando iban a estrenar Divinas palabras y quisieron que el escenario pequeño tuviera una programación paralela. Le pidieron un solo relacionado con los grandes creadores españoles como Dalí, Picasso y Lorca. Aceptó. Pero con un matiz: "Dije que me centraría en las mujeres, ya está bien de tantos hombres. Hay muchas mujeres olvidadas, grandes artistas e inspiraciones", apunta.

Pregunta.- ¿Desde dónde viaja esta historia?
Respuesta.- Les di la sinopsis de algo que me ocurría cuando era pequeña. Cuando llegaban los juguetes quería saber que había dentro. Los exploraba y me daba cuenta de que solo habitaba el vacío y dije: la vida es como una cebolla, llena de capas pero no hay nada dentro. Al final lo que queda es la humedad de las lágrimas que has derramado. Con esta sinopsis quedaron encantados y me dieron luz verde.

P.- ¿Por qué resiliencia?
R.- Le puse este título de Resiliencia de amor por su significado, para mí el arte tiene que ver con lo terapéutico y sanador. Si no hubiera sido artista igual me hubiera vuelto majareta. De pequeña leí un poema dadaísta, sin saber que lo era, que me dio la idea de universo que me esperaba y que podría ser interesante, un mundo al que pertenecía aunque me encontrara extraña en el que vivía, en el real. Me dio una dimensión maravillosa.

P.- La definición del término es la capacidad de sobreponerse a la adversidad y a los acontecimientos traumáticos.
R.- Ni aquí ni en Italia conocemos demasiado la palabra resiliencia pero se usa mucho en Francia. Es la capacidad de reciclar un material traumático en algo bello, curarte, renacer constantemente. Y como artista la pena y la melancolía son una semilla importante. Se habla mucho de la pena, de la tristeza que sufrimos los individuos y de la extrañeza de uno mismo, de la soledad, el desamor. Se habla de todas esas facetas y etapas que pasas en la vida y cómo gracias al mundo del arte yo me hago una resiliencia en el Español.

P.- En la obra hay arte, hay pintura, hay mujeres. Esas mujeres que muchas veces quedaron en segundo plano como Maria Callas o Gala.
R.- De Gala hay poco porque ya no la podía meter. Hay muchos momentos en los que, como estoy sola en escena no tengo mucho tiempo y los cambios tienen que ser muy rápidos. Hay ocasiones en que vemos una fotografía de Maria Callas y en lugar de oírla cantar la oímos hablar. Ella explica en inglés, espero que lo entienda el público, que se siente sola o habla de cómo la ven la gloria, un sitio oscuro y solitario. Ella murió prácticamente de pena y la única persona fiel a ella fue su criada. Oírla hablar con tanto sentimiento es hermoso.

P.- ¿Qué personaje de todos los que interpreta le ha calado más?
R.- Son muchos los personajes que represento y hay muchas fotografías. Es un espíritu femenino lo que se evoca y convoca más que una mujer en concreto. Interpreto a muchas que van en el interior de cada perla. Es un universo femenino, es una pieza femenina que también gusta a los hombres. Pero básicamente es una celebración de la feminidad y la libertad, de la vida, del amor, de la belleza.

P.- Es una oda a la mujer y a la cultura también
R.- Exactamente. Es cómo necesitamos el arte para sobrevivir, es un bálsamo terapéutico. Es como la medicina que debemos tomar todos los días y nos ayuda a digerir la realidad, la necedad humana y lo que conlleva. Hay que celebrar el arte. Si todos fuéramos artistas estaríamos protegidos.

P.- ¿Hay más audios aparte del de Maria Callas?
R.- Hay otro trozo de La voz humana. Estoy fascinada con los audios porque a veces la imagen nos roba. Hay un momento en el que me cubro de velos y me los voy quitando y digo, 'ahora me escucháis con atención porque no veis mi rostro'. El rostro es un vampiro que chupa toda la atención. A veces hay que cubrirse la cara para ser visto realmente.

P.- Hablando de los visto y no visto. ¿Hay algo de lo que se haya dado cuenta ahora que viene a Madrid desde Milán con esta obra de teatro?
R.- Veo muchas cosas que vienen del subconsciente y repasando veo analogías, sentidos, etc. Me falta esa parte más intelectual de analísis del trabajo, me gusta mucho ser la primera sorprendida de lo que nace, del vacío para ser el vehículo de algo que te posee y habita.

P.- ¿Cómo es la puesta en escena de esta pieza?
R.- El escenario es muy limpio. El mayor trabajo es el vestuario y utilería, los objetos que me acompañan. Hay piezas muy bonitas que son solo un viaje plástico, como si fueran cuadritos y cada uno de ellos tiene su vestuario. La escenografía tiene una luz maravillosa. Teniendo una buena luz no hace falta mucha escenografía porque es la que te arropa, te embellece, te aísla.

P.- Decía que el teatro sirve de bálsamo, de paliativo. ¿Cómo ve la situación de la disciplina?
R.- Están llenando bastante, la gente acude y al público le gusta. Yo no trabajo en la angustia ni en el miedo ni en los nervios exagerados, trabajo en el placer que para mí va a ser provocarme mi resiliencia en un escenario como el del Español que es un templo dorado. Esa es mi terapia de lujo, la que me pongo a mí misma. El primer placer egoístamente lo disfruto yo. Los teatros son como los amantes, yo ya le he hecho una cruz al Picolo y ahora al Español. He hecho el amor con él, ahora colecciono escenarios en lugar de amantes.

P.- Es actriz de cine y de teatro. ¿Cuál le apasiona más?
R.- Me gusta todo. Me considero más artista que actriz. No soy una actriz vocacional que si no actúo me siento mal o vacía. Pinto, hago escultura, escribo, hago muchas cosas. En el cine eres más objeto porque te cortan, te montan, te editan. Eres una herramienta al servicio de otro creador. Aquí soy yo herramienta y utensilio. El cine requiere mucha intensidad, es un trabajo muy arduo. Puedes tardar años hasta que tienes una peli acabada. Yo soy más picaflor y necesito cambiar.

P.- La cultura en general nos ayuda a sobrellevar mejor la vida. ¿Qué significa para usted?
R.- Es totalmente terapéutica. Antes de Itunes iba a la Virgin en París y decía que me iba a la farmacia del alma. La música en esta obra también es mi compañera en escena, la que me ayuda y la trasportadora real de la obra. La música es la más grande de las artes. Las cosas de la vida cotidiana como puede ser la enfermedad de un familiar o un problema económico teniendo estos lugares tan bellos a los que acudir con curiosidad, que es lo que nos mantiene vivos, nos hace sobrellevar las dificultades. Hay tantas cosas que nos gustan que se convierten en un refugio. Si no me hubiera vuelto majareta.

@scamarzana