Image: Ángeles Agrela

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El Cultural

Ángeles Agrela: "La creatividad es un bien muy frágil"

La artista inaugura en la galería Aural de Alicante la exposición 'Habito Costume', la primera tras recibir el Premio BMW de Pintura

25 noviembre, 2015 01:00

Veinte días después de recibir en Madrid el Premio BMW de Pintura, la artista Ángeles Agrela (Úbeda, 1966) inaugura exposición individual en la galería Aural de Alicante. Habito Costume reúne la obra que ha salido de su estudio durante los últimos dos años. Retratos frontales de gran formato en los que, como ella misma explica, "vuelco reflexiones en torno a conceptos que han estado presentes en mis obras desde el principio: el cuerpo, la identidad, el disfraz, la moda, el deseo de esconderte pero a la vez mostrarte…". El resultado, un conjunto de pinturas que muestran personajes desconocidos y misteriosos, rostro cubierto, cabello a modo de máscara en muchos casos, fuertes colores y elaborado dibujo. Una reflexión sobre la cultura popular y la publicidad que llega inmediatamente después de su investigación sobre la Historia de la pintura: "Los grandes maestros no lo son por casualidad. En su obra se encuentran siempre inspiración y soluciones. Ahora estoy deseando ir a Madrid a ver la exposición de Ingres al Prado", asegura la artista, entusiasta también del cómic -Charles Burns, Robert Crumb- y de pintores actuales como el último Philip Guston, Raymond Pettibon o Borreman. Pregunta.- Lleva años trabajando los retratos desde distintos puntos de vista… Desde La Elegida (2003-2006) hasta La profundidad de la piel (2010-2012) o estos Fanzines (2013-2015) tienen el rostro presente de uno u otro modo. ¿Qué encuentra de inspirador en el retrato? Respuesta.- El retrato es un género clásico con una larguísima tradición y presencia constante a lo largo de la Historia del Arte hasta hoy. Ha tenido mucha más importancia en el pasado que ahora, por motivos obvios, pero creo que habría que retomar una cierta mirada hacia lo que ese género puede definir del mundo contemporáneo. Me interesa del retrato la capacidad que tiene para atraer la mirada hacia un trozo de pintura, que es sólo pintura (y lo es más cuanto más te acercas a ella). Pero, a pesar de todo, la ilusión es tan grande que nos identificamos inmediatamente con la visión de otro ser humano y, como tales, nos proyectamos en esos rasgos ajenos. Por eso servía tan bien para mis propósitos. Un buen retrato te hace asomarte a los ojos de otra persona y captar algo de ella.

Vista de la exposición de Ángeles Agrela en la galería Aural

P.- Aunque en estas obras el rostro aparece precisamente oculto, escondido, disimulado… ¿por qué? R.- Así es. Aquí recojo una línea de trabajo que viene de lejos en mi obra. La idea es que nos reconozcamos en la mirada o las facciones del representado como un semejante. Pero, a veces, distraer la atención de los rasgos particulares del rostro tiene el efecto de generar una atención extra hacia las otras cosas que definen a esa imagen como persona. Aquí entran en juego las masas de pelo que cubren el rostro y las ropas, los patrones decorativos de éstas y del fondo. El tema del simbolismo de la máscara es importante, y lo que el pelo significa a nivel simbólico en muchas culturas, o también el carácter camaleónico que la moda y la indumentaria añaden a la imagen de una persona, incluso si se oculta el rostro. P.- Es fácil ver ciertas similitudes de estas obras con trabajos anteriores (el cuerpo, el disfraz, la identidad): ¿qué es lo que las une y que las separa de obras más antiguas? R.- Lo que más separan esta serie de retratos de la serie anterior, La profundidad de la piel, donde copiaba retratos clásicos pero quitándoles la piel, son varias. Por un lado, ya no tomo modelos de la pintura clásica como punto de partida, sino imágenes actuales que recojo de blogs de moda, revistas, fotografías encontradas, etc., que elaboro en una superposición de capas que encuentran su sentido en el propio acto de procesarlas. Esta obra está mucho más relacionada con la cultura popular y cosas como la moda, la ilustración, la publicidad, los fanzines o los cómics. He vuelto al papel y a la técnica mixta también como medio de aproximación más inmediato a estas referencias. Por simplificar mucho, lo que las une es un interés, en cierta medida autobiográfico, por el cuerpo. P.- La "pintura de historia" ha jugado también un papel importante en algunas series de los últimos años, ¿qué le ha aportado la Historia del Arte, o mejor, de la Pintura? R.- La verdad es que hacer la serie La profundidad de la piel, la anterior a ésta, fue como una lección intensiva de Pintura y de Historia del Arte. Cada cuadro intentaba interpretar a un autor distinto, y cada uno de esos pintores tiene su técnica y pertenece a un momento histórico diferente. Entendí lo bien que pintaban los maestros y lo importante que es adecuar la técnica y el procedimiento a la intención de la obra. No importa cuál sea el medio que uses para hacer tu trabajo dentro del Arte Contemporáneo, siempre hay enseñanzas básicas que están a la vista en los museos, basta con contemplar a los maestros. Además, mal puedes entender tu papel como artista si no comprendes que lo que haces pertenece a una corriente de acontecimientos que viene de muy lejos.

Parte de las obras de la nueva exposición

P.- Hace tiempo que la pintura parece ocupar un lugar primordial en su trabajo pero no siempre ha sido así. Ha bordado manteles, se ha camuflado en originales fotografías, grabado vídeos y ahora ¿solo pintura-pintura? R.- Ahora mismo sí. Y no puedo decir que haya habido una toma de decisión por mi parte para centrarme en este medio, simplemente voy encontrando el modo más natural para dar salida a cada proyecto. Tampoco me lo pensaba antes mucho para meterme en la producción de un video o de una serie de fotografías. Es cuestión de idoneidad. P.- Lleva trabajando desde 1990 y, en este tiempo, ha realizado más de 35 exposiciones individuales, ¿cómo ha evolucionado el mercado del arte y de las galerías de arte en España? R.- Mi visión de la evolución del mercado y las galerías no se puede disociar de mi experiencia y de mi crecimiento personal. Cuando empezaba en los noventa creo que había un entusiasmo mayor, ¿o era yo la que tenía más entusiasmo? Después del crecimiento de los noventa y primera mitad de los años dos mil se ha pasado a una situación de supervivencia. En cualquier caso, el propio modelo de galería de arte y su relación con los artistas está cambiando sin remedio. Los datos fríos hablan de una crisis que ha arrasado con muchas de las galerías más pequeñas. En Andalucía, concretamente, fue algo desolador. Las que sobreviven en la periferia son el resultado de un trabajo heroico. Esta es la tercera exposición individual que hago con Aural en Alicante, así que he podido asistir a sus crisis, sus obligados cambios de sede, sus tiempos muertos y su afianzamiento actual como una de las más interesantes fuera de los centros de Madrid o Barcelona. Las galerías pequeñas hacen eso con riesgo personal de los galeristas y un entusiasmo igual al que ponemos los artistas. No sé si se puede decir lo mismo de las más grandes. P.- ¿Sigue siendo casi obligatorio salir de España para "sobrevivir"? R.- La situación del mundo del arte, con la subida del IVA y las galerías languideciendo o directamente cerrando, como te comentaba antes, el colapso del apoyo institucional a los creadores, etc. se ha vuelto insostenible. Cualquier persona en nuestra piel ya hubiese cambiado de profesión. Te puedo asegurar que la mayoría de los artistas que hace diez años medio vivían de su trabajo están ahora pasando momentos muy, muy malos. Esto, claro, no le importa a nadie porque no es un sector productivo con fuerza para hacerse notar. Pero los artistas y los creadores son la base de toda la cadena del mundo del arte y la cultura y, curiosamente, el eslabón más débil. Incluso en los momentos buenos ha sido difícil estar dentro del sistema, tener cubiertas todas las garantías laborales que serían básicas en cualquier otra profesión. Pero ahora no exagero si digo que muchos van a acabar en la indigencia. Si eres muy joven hay esperanza, claro, y los muy consagrados creo que incluso tienen ahora más mercado (el valor seguro), pero todo lo que hay en medio es un desierto. En cuanto a lo de salir de España, es más una cuestión personal de crecimiento. Lo que tiene que salir es la obra, pero es conocida la dificultad de las galerías españolas, y por ende de la obra de los artistas españoles, para salir y vender fuera. Esto no ha cambiado mucho en veinticinco años... Aunque no tiene actualmente galería en Madrid, sí tiene proyectos de colaboración con algunas de ellas en colectivas. "Esto, en sí, no sería un gran problema de no ser porque para muchas colecciones y estamentos culturales no existes si no te ven por Madrid", comenta. Aunque seguro que su visibilidad ha aumentado tras el reciente premio recibido: "La creatividad es un bien muy frágil y, en tiempos difíciles como éstos, no todo el mundo comprende que apoyarla es algo que repercute en el desarrollo y en el tejido productivo de un país". Y por eso especialmente agradece la iniciativa. @PaulaAchiaga