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El Cultural

Francisco Rodríguez Adrados: "Entre la literatura griega y la india hay grandes afinidades"

3 mayo, 2011 02:00

Francisco Rodríguez Adrados ha cumplido hace poco más de un mes 89 años. Es catedrático de Griego y profesor emérito de la Universidad Complutense. También es miembro de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Española. Con esta presentación algunos pensarán en una especie de momia embalsamada entre libros polvorientos. Pues se equivocan. Acaba de patearse media India en 10 días: de Nueva Delhi a Calcuta, y de Calcuta a Bombay, con sus escalas pertinentes. Ha refrescado sus conocimientos sobre la literatura de este fascinantes país, que, para Ramiro Calle, uno de los hinduistas de cabecera en España, es sencillamente "otra galaxia". Con ese bagaje renovado impartirá el curso Religión, pensamiento y literatura de la India antigua en el Colegio de Eméritos de Madrid , que empieza hoy y se prolongará los martes sucesivos hasta el 31 de mayo. Un dato importante: es gratis y de acceso libre.

Pregunta.- Acaba usted de regresar de la India... ¿Viaja allí a menudo?
Respuesta.- Sí, he ido cinco o seis veces. Ahora he viajado con la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Éramos un grupo de unas cincuenta personas. Hemos atravesado la India central, desde Nueva Delhi hasta Calcuta. Luego hemos recorrido el Golfo de Bengala y al final hemos regresado al Oeste, a Bombay. Ha sido todo un poco apretado, en 10 días, cogiendo varios aviones y casi sin tiempo para dormir.

P.- Está usted en buena forma a su edad, ¿no?
R.- La verdad es que sí: tengo una cierta resistencia física...

P.- ¿Cómo desembocó usted de la Grecia clásica a la India de los Upanisads?
R.- Bueno, yo estudiaba la Grecia clásica pero también las lenguas indoeuropeas y las principales lenguas de la India son indoeuropeos, como el hindi, el bengalí.... Allí hay una literatura oral indoeuropea muy importante, que sólo muy recientemente se ha transcrito. Yo la comparo con la griega y occidental. Hay muchas afinidades. La gran diferencia es que la literatura allí arranca con la lírica (himnos a los dioses) y luego se desarrolla la épica (prosa védica). En Grecia es al revés: lo primero es la épica de Homero.

P.- ¿Es Alejandro Magno es la figura que mejor encarna el sincretismo entre la India y Occidente?
R.- Sí, en gran medida sí. Él trató con los santones, los ascetas del bosque indios que confundió con los filósofos cínicos, porque entre sus teorías, marcadas por un internacionalismo o universalismo, tenían grandes similitudes. Los corte de filósofos que acompañaba a Alejandro Magno tuvo una gran influencia en la cultura india.

P.- En su curso se ocupará del tantrismo, que, últimamente, en Occidente se reduce a su vertiente lúdico-carnal.
R.- En este último viaje hemos estado en los templos de Kajuraho donde están los relieves eróticos, en los que se mezclan mujeres, hombres, animales, dioses... El tantra es la búsqueda de la salvación a través de experiencias carnales. Es una exaltación de los erótico como vehículo hacia la divinidad... Es un ascenso que también está en Platón.

P.- ¿Cuáles son los grandes hitos de la literatura india?
R.- Aquí estamos de acuerdo casi todos. Lo primero es la literatura del veda y los comentarios filosóficos que se hacen sobre ella en los Upanisad. Luego está la literatura épica del Ramayana y el Mahabharata; el teatro, que es más tardío; y las fábulas, muy similares a la griegas y mesopotámicas... Es una literatura muy amplia, que no se reduce a la hinduista, sino que está la jainista, la musulmana...

P.- Acaba de publicar también el ensayo Nueva historia de la democracia. ¿Cuál ha sido el ejemplo real de democracia más cercana al modelo ideal?
R.- Es que no tenemos modelo. Lo intuimos en la democracia de Pericles que luego se fue al infierno con una guerra civil. La democracia estuvo enterrada muchos siglos, hasta que fue rescatada en la Inglaterra del siglo XVII. Allí, unas revoluciones dieron lugar a acuerdos que sirvieron para alcanzar muy buenos momentos. Y en el siglo XVIII en Estados Unidos.

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