Image: Fernando Savater

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El Cultural

Fernando Savater: "No más de diez intelectuales se portaron bien con el tema vasco; los rastreros e imbéciles fueron muchos más"

3 octubre, 2002 00:00

Fernando Savater, por Gusi Bejer

Pregunta: Este libro recorre 33 años de escritura. ¿Qué siente al releer “con los ojos implacables del tiempo” su obra antigua?
Respuesta: Me releo poco, la verdad. Me interesa lo que dicen hoy otros y lo que pienso ahora, no lo que yo dije hace tiempo. Pero a veces, al hojear un libro antiguo, me emociona pensar que quien escribió esos libros era más joven que mi propio hijo...
P: ¿Y qué libro siente tentaciones de reescribir?
R: Uno de los libros míos que menos me gusta es Panfleto contra el Todo. Resulta un pelín reaccionario para mi gusto actual. ¿Reescribirlo? ¡Con tanto como tengo por hacer!
P: Explica que “lo que fui y lo que dije me interesan ya muy poco”. También que, de un modo u otro, “voy a seguir repitiéndome”...
R: No me arrepiento de nada de lo que he escrito... siempre que se considere la época en que lo escribí. Pero yo nunca he escrito para mí, como hacen los pedantes o dicen que hacen los hipócritas. Soy lector de cualquiera menos de mí. Y me repetiré porque las cosas que me interesan son tenazmente las mismas, aunque las circunstancias cambien. Lo que se repiten son mis preocupaciones...
P: ¿Cómo valora los últimos acontecimientos del País Vasco?
R: Hace más de veinte años que escribo sobre el tema vasco, de modo que mis opiniones han variado de acuerdo con la evolución del problema. Sigo preocu-pado por lo mismo: la con-vivencia de los que piensan distinto, la creación de una ciudadanía abierta y viable.
P: ¿Están los intelectuales españoles a la altura de las circunstancias?
R: El tema vasco ha sido la piedra de toque de la honradez intelectual y del coraje cívico en las últimas décadas. Hay intelectuales que se han portado estu-pendamente, pero no más de diez; y otros rastreros e imbéciles a partes iguales: muchos más de diez.
P: ¿Cómo se combate el miedo?
R: El miedo es asunto privado, supongo que tiene que ver con el carácter. Lo que hay combatir es la causa del miedo, como ha intentado hacer por ejemplo el juez Garzón.
P: ¿Contra qué o quién se declara insumiso?
R: Me declaro insumiso contra un gobierno vasco que habla en nombre del “pueblo” y sólo representa a la parroquia nacionalista.
P: ¿Por qué se define filósofo con minúscula? ¿No teme ser arrojado del Olimpo de Hegel y Heidegger?
R: Soy sólo un profesor de filosofía, no un filósofo en el sentido majestuoso del término. No pretendo compartir Olimpo con Hegel o Heidegger: soy vanidoso pero no idiota.
P: ¿Podría explicar en qué se diferencian compromiso y responsabilidad?
R: El compromiso lo tenemos todos los ciudadanos, forma parte del ejercicio de nuestra libertad democrática. La responsabilidad es específica según el puesto social que se ocupa: padre, maestro, empresario, político, informador...
P: ¿Cuál es la diferencia entre enseñar filosofía y a filosofar?
R: Enseñar filosofía es poner al alcance del neófito lo ya elaborado por otros; enseñarle a filosofar es impulsarle a que utilice ese material para elaborar reflexiones propias.
P: ¿Cómo se imagina el futuro de la filosofía?
R: Una vez despierta la inquietud filosófica, creo que durará con uno u otro nombre, con un ropaje u otro, mientras duren los seres humanos. Mientras nos hagamos preguntas con las que debemos convivir sin poder responderlas.
P: ¿A qué se debe la desmo-ralización del 80 por ciento de nuestros enseñantes?
R: El mayor problema de la educación es olvidar su fin, sus objetivos, y reducirla a adiestramiento técnico. Si a la sociedad no le interesa de veras la educación y no está dispuesta a esforzarse por su orientación y su financiamiento, la democracia perderá lo mejor de su sustancia. ¡Qué universidad ni universidad! A mí lo que me preocupa es la escuela y el colegio.
P: ¿Realmente “la ética nada sabe del futuro y nada espera de él”?
R: La ética es la atención al presente: quien huye hacia el pasado o hacia el futuro (por la nostalgia o la esperanza) falsifica el proyecto moral, que es siempre aquí y ahora.
P: ¿Cuál y por qué es su mayor debilidad, Spinoza o Voltaire, Borges o Cioran?
R: Cada autor tiene su momento y su talante. Una buena biblioteca es como una farmacia bien surtida: hay remedio para cada una de nuestras dolencias. Pero no conviene equivocarse de frasco ni de dosis...
P: ¿Hay vida antes de la muerte?
R: El gran misterio de la vida es que, a pesar de ser terrible y acabar mal, puede vivirse con alegría. No hay otro misterio ni otro premio que la alegría sin por qué, contra los porqués.