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En el extremo norte de Mallorca, allí donde la sierra se funde con el Mediterráneo y el horizonte se tiñe de azul intenso, un nuevo destino gastronómico ha empezado a dar que hablar.

Shima, el restaurante nikkei del renovado Four Seasons Resort Mallorca, en Formentor, que ha debutado esta temporada con una propuesta que combina sofisticación, producto local y una terraza privilegiada frente al mar.

La cocina nikkei, ese mestizaje entre la tradición japonesa y la vitalidad peruana, encuentra en Shima una de sus expresiones más refinadas en la isla.

De la barra de coctelería salen piscos y otros destilados que complementan la propuesta.

Los chefs detrás del proyecto

La batuta la lleva el chef ejecutivo Francesco Manelli, un florentino con una trayectoria marcada por su década en Australia junto a referentes como Peter Doyle o Stefano Manfredi, y su paso por el Four Seasons de Sídney desde 2017.

Manelli es conocido por su cocina técnicamente impecable y depurada, que en Shima se transforma en un lenguaje mestizo de precisión japonesa y alma latina.

A su lado, el joven chef belga-mallorquín Javier Hoebeck, ex Fusión19 y con una estrella Michelin a sus espaldas, aporta su energía creativa y conocimiento del entorno.

"Me siento muy cómodo con este proyecto porque llevo muchos años haciendo ese tipo de cocina; el espacio es increíble, toda la cocina es vista" comparte con Cocinillas El Español.

Su mano se nota en los matices locales, en la ligereza de los salteados y en la visión de futuro: el próximo año abrirá su propio espacio gastronómico dentro del complejo, donde busca la estrella Michelin y consolidar Mallorca como un referente culinario más allá del turismo de playa.

Hoebeck, a cargo de siete equipos de cocina que coordina, sigue adaptándose a las exigencias del hotel pero feliz con el cambio que ha dado. Él es responsable de la mejora constante del día a día, que llegue lo mejor posible al cliente, todo, hasta el room service.

"Quería más y salió la oportunidad. Querían a alguien local y potenciar la marca" cuenta el chef sobre cómo afrontó el cambio. Con Francesco, con 8 años de experiencia en Four Seasons, nos hemos compenetrado muy bien, la gastronomía la llevo yo y la operativa él".

"Vengo aquí para ir a otra estrella, pero estando aquí me estoy dando cuenta que puedo disfrutar igual. En Llum i Sal me lo paso muy bien con todo el producto. Pero me he formado en el mundo Michelin y mi cabeza nunca para" comparte.

Una buena selección de sushi y sashimi.

En todos los proyectos del hotel "seguimos la filosofía Farm to table para darle valor al producto de la isla con platos como el Solomillo Wellington con la fórmula empanada mallorquina; Quiosc es el bar que se abre durante el día y hemos abierto heladería como novedad esta temporada·.

También otro de sus brazos fuertes son las celebraciones. "Tenemos otra finca, Casas Vellas, donde el año que viene tendremos huerto y viñedo que se utiliza, además de las zonas de jardines, que no invade la intimidad ni descanso de los huéspedes".

Sobre la ubicación, que puede ser un handicap por resultar algo remoto a la gente de la isla, Hoebeck se muestra tranquilo, "cuento con los clientes del hotel. Es un hotel destino, es un límite estar donde estamos pero una vez que llegas aquí no hay límites".

Cocina nikkei sin peros

Ceviches de atún balear, tiraditos de hamachi, nigiris de vieira o makis acevichados desfilan en un menú donde los sabores ácidos, florales y picantes se entrelazan con técnicas precisas y una cuidadísima presentación.

Los tiraditos y ceviches son puro sabor y diversión.

El sello local, con el empeño de Hoebeck está presente en cada plato. el atún rojo proviene de Bluefin Balear (Alcúdia); pescados y mariscos frescos llegan a diario de proveedores como Peixos Canyelles o Xutipesca.

La despensa vegetal se nutre en la medida de los posible de huertos mallorquines que aportan verduras, patatas y aceite de oliva de kilómetro cero.

De su viñedo también obtienen vino que se suma al resto de la bodega, que respira isla, con etiquetas de 7103 Petit Celler o Soca-rel, seleccionadas para acompañar la complejidad de la propuesta.

Entre las opciones destacan dos menús degustación (disponibles de 19:00 a 22:30, de lunes a domingo), que recorren con equilibrio lo mejor de esta fusión: desde un tiradito de hamachi hasta un gunkan de otoro, pasando por su impecable shasha soba con langosta o el wagyu yakitori.

El sasha soba de langosta de Shima.

El broche llega en clave dulce, con creaciones como el Cacao Cabosse o una selección de mochis que rematan el viaje con un guiño oriental.

Más allá de su cocina, su terraza frente al mar, en la paradisíaca playa de Formentor eleva la experiencia, convirtiendo cada cena en un ritual frente al atardecer.

La terraza de Shima.

Con Shima y el resto de proyectos con los que cuenta el hotel, el Four Seasons Resort Mallorca de Formentor no solo recupera su papel histórico como destino de lujo en la isla, sino como faro gastronómico en el Mediterráneo.