Una charlota es una tarta de origen francés que se elabora con una serie de bizcochos de soletilla que se colocan uno tras otro hasta forrar el borde de un molde, así como su fondo. Así al desmoldar este pastel estas piezas alargadas hacen de tope para que el relleno se sujete y la charlota mantenga la forma del molde.

Ingredientes

  • 2 calabacines medianos
  • Queso de cabra, 75 g
  • 2 berenjenas medianas
  • 1 cebolleta
  • Pimiento verde, amarillo y rojo
  • 1 puerro
  • 1 zanahoria
  • Espárragos trigueros
  • Cebollino picado
  • Tzatziki u otra salsa de yogur para acompañar nuestra charlota
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida

Esta preparación dulce tiene una variante salada muy utilizada: la charlota de verduras, especialmente de calabacín. Unas tiras de calabacín dispuestas una encima de otra por todo el contorno de un molde nos servirán para preparar un pequeño pastel de verduras la mar de chulo, al que le daremos un toque con el sabor intenso del queso de cabra.

Cómo hacer una charlota de calabacín con verduras y queso de cabra

01: Comenzamos a preparar la farsa de verduras con la que rellenar la charlota

Pelamos y limpiamos los pimientos, la zanahoria, el puerro y la cebolleta.

Cortamos la cebolleta en juliana, así como el pimiento, la zanahoria y el puerro. Añadimos toda la verdura en juliana a una cazuela o sartén ancha y comenzamos a sudar la verdura, añadiendo unas cuantas cucharadas de aceite de oliva y una pizca de sal.

Pochamos la verdura suavemente, hasta que vaya perdiendo agua, se vuelva traslúcida y quede blandita y rica.

Retiramos la parte leñosa de los espárragos trigueros triscándolos y seleccionando la parte más tierna por donde quiebre. Picamos el resto de los espárragos trigueros en trozos pequeños, de un dedo aproximado de grosor. Los salteamos en una sartén aparte a fuego moderado.

Cuando la verdura esté bien pochada, añadimos los espárragos trigueros salteados a la verdura en juliana que hemos pochado previamnete y colamos toda ella para retirar la grasa del sofrito.

02: Laminamos el calabacín y lo cocemos

En primer lugar, debemos elegir en el supermercado calabacines que estén bien sanos, de buen tamaño, alargados, de cierto grosor y lo más rectos posibles. Así podremos aprovecharlos al máximo y sacar de ellos unas tiras enteras bien anchas y largas y del mismo tamaño aproximado.

Retiramos las puntas del calabacín y lo cortamos a la mitad, a lo largo. Por esa cara recta que acabamos de descubrir iremos sacando nuestras láminas de calabacín con las que formar nuestra charlota de calabacín con verduras y queso de cabra. Con la ayuda de una mandolina vamos pasando el calabacín por la cuchilla, sacando láminas finas (de 1-2 mm de grosor) hasta llegar al otro extremo del calabacín o cuando las láminas que obtengamos sean demasiado estrechas.

Llenamos una olla amplia con abundante agua y la salamos con generosidad. Una vez rompa a hervir, añadimos las láminas de calabacín en ella y las cocemos entre un minuto y minuto y medio, contando el tiempo una vez vuelva a hervir el agua.

03: Secamos las láminas de calabacín y las colocamos sobre el molde de modo que queden una encima de otra

Una vez estén precocidas nuestras láminas de calabacín, las retiramos del agua caliente y las sumergimos en agua y hielos, para así cortar su cocción rápidamente y que se enfríen de inmediato. Una vez se hayan refrescado, las escurrimos bien y las disponemos sobre papel absorbente para que se sequen totalmente. Colocamos también papel de cocina sobre las láminas para retirar toda la humedad posible.

Elegimos un molde para montar nuestra charlota. Este puede ser individual o más grande con el que sacaremos varias raciones, quizá una mejor opción para que la charlota sea más bonita y vistosa. En este caso yo he usado un molde cerámico de 6-7 centímetros de altura por 14 de diámetro, del que me salieron dos raciones generosas. En todo caso, la suma del diámetro y la altura debe ser igual o inferior a la longitud de nuestras láminas de calabacín, para así poder forrar y cerrar el molde de nuestra charlota a la perfección.

Humedecemos un poco de papel de cocina con unas gotas de aceite de oliva y untamos con él ligeramente el molde para que este esté engrasado y la charlota se desmolde fácilmente. De lo contrario, puede que alguna lámina se agarre y eche a perder el resultado final de nuestra charlota de calabacín, verduras y queso de cabra.

Vamos colocando las láminas ya secas, cogiendo un extremo de las láminas de calabacín y, desde el centro del molde, presionándola por el lateral del molde de modo que el otro extremo cuelgue hacia fuera (ese extremo nos servirá luego para cerrar la charlota una vez montada). Colocamos la segunda lámina del mismo modo, montándola sobre la primera de modo que tape la mitad aproximadamente de la anchura de la primera lámina. Seguimos el proceso hasta que todo el molde esté forrado a la perfección.

04: Montamos las capas de la charlota y la cerramos

Cortamos la berenjena en rodajas finas y la cocinamos a la plancha con un chorrito de aceite. Procurad no añadir mucha cantidad de grasa, ya que la berenjena es como una esponja y la absorbe toda.

Colocamos una capa de berenjena sobre el calabacín. Como segunda capa, añadimos la mitad de la verdura pochada, bien escurrida. Seguimos con la siguiente capa, añadiendo la mitad del queso de cabra desmenuzado sobre la verdura. Como cuarta capa, añadimos la otra mitad de la verdura pochada, seguimos añadiendo el resto del queso de cabra y terminamos con otra capa de rodajas de berenjena a la plancha.

Una vez montado el relleno, cerramos la charlota llevando las láminas de calabacín hacia el centro, montando una lámina de calabacín sobre otra siguiendo la colocación inicial. Presionamos bien para que las láminas y las capas compacten bien.

05: Horneamos la charlota y la servimos acompañada del tzatziki griego

Introducimos la charlota en el horno previamente precalentado a 170º C y horneamos durante 20 minutos, para que el calabacín se cocine y el queso de cabra se funda en el interior de la charlota. Dejamos entibiar unos instantes y desmoldamos la charlota con un poco de delicadeza, para que no corramos el riesgo de que se nos desmorone. Servimos con un acompañamiento fresco, en este caso una salsa tzatziki griega.

Resultado final

Con esta preciosa charlota podréis disfrutar de la verdura de un modo diferente, sabroso y original.

En este caso hemos rellenado la charlota de verduras y queso de cabra, pero este tipo de pastel formado por láminas de verduras es tan versátil que admite todo tipo de  combinaciones y rellenos. ¿Por ejemplo? Un relleno de pescado, a base de una bechamel espesa con merluza y gambas. O un  estofado de rabo de toro o carrillera, desmigado y ligado debidamente para formar una farsa.