Publicada

En una película, el actor protagonista es igual de importante que el actor secundario. Así empezaba hace años un programa de Robin Food en la EITB el chef Martín Berasategui.

Con esta sencilla frase, el cocinero con más estrellas Michelin de España pretendía resumir la importancia de cada una de las partes de una receta.

"Debemos preparar con el mismo interés y esmero una carne o un pescado que la salsa que los acompañe", sentenciaba el chef antes de preparar una sencilla receta de una salsa perfecta para el pescado.

Una vinagreta de tomate, la mejor para los pescados

Explica que vinagretas hay de muchos tipos, "de naranja, de mostaza, de miel, de alcaparras, de vinagre balsámico...".

Y destaca la vinagreta de tomate, una salsa perfecta para acompañar todo tipo de pescados y que va especialmente bien con el salmón ahumado y la anguila ahumada.

Para que quede más rica y "vistosa", el chef añade un ingrediente que puede sonar poco habitual, un puñado de hojas de albahaca, que combinan muy bien con el tomate y aportan un toque fresco y herbal.

Ingredientes para hacer la vinagreta de tomate de Berasategui

  • Tomates, 6 ud
  • Ajo, 1 ud
  • Chalotas, 2 ud
  • Mostaza, 1 cucharada
  • Vinagre, 100 ml
  • Aceite de oliva virgen extra, 100 ml
  • Hojas de albahaca fresca, 100 g
  • Sal, cantidad necesaria

Paso 1

Picamos los seis tomates y los incorporamos a la jarra de una trituradora o batidora.

Paso 2

Añadimos el diente de ajo entero y las dos chalotas, previamente picadas.

Paso 3

Incorporamos la mostaza y una pizca de sal.

Paso 4

Agregamos los 100 ml de vinagre y comenzamos a triturar a máxima potencia, pero en golpes muy breves, así evitaremos sobreprocesar la mezcla.

Paso 5

Cuando los ingredientes estén ligeramente triturados, añadimos los 100 g de aceite de oliva virgen extra y volvemos a triturar brevemente para integrar todos los elementos.

Paso 6

Agregamos el puñado de hojas de albahaca a la mezcla y las trituramos junto al resto de la vinagreta para darle aroma y frescor.

Paso 7

Colamos la vinagreta utilizando un colador fino y presionando con un mazo -podemos usar el fondo de un vaso- para eliminar los restos sólidos, así podremos obtener una textura suave y agradable al paladar.

Otras variantes de la salsa vinagreta

La salsa vinagreta, es un acompañamiento versátil muy utilizado, generalmente, en platos fríos y como aliño. Su nombre proviene del francés 'vinaigre', que significa vinagre, y se refiere a una emulsión de aceite, vinagre, sal y especias.

 Su origen se remonta siglos atrás en la época del Imperio Romano, donde los soldados la utilizaban para aderezar sus ensaladas y dar sabor a sus alimentos durante largas travesías.

Como consecuencia de esto, en la Edad Media, ya se había hecho popular en toda Europa, donde se utilizaba como aderezo para ensaladas, marinadas para carnes y pescados, e incluso como salsa para mojar pan.

Con el paso del tiempo, esta receta básica ha sido modificada y enriquecida con una amplia variedad de ingredientes, dando lugar a numerosas variantes que se adaptan a los gustos y preferencias de cada región.

Hoy en día, como salsa vinagreta nos podemos encontrar una amplia variedad de sabores y texturas, que van desde la vinagreta clásica de aceite, vinagre y sal o balsámica, con aceite de oliva y vinagre de Módena, hasta versiones más creativas con ingredientes como mostaza, miel, hierbas frescas, e incluso frutas.

Esta versatilidad la hace perfecta para realzar el sabor de cualquier plato, desde simples ensaladas hasta carnes a la plancha y verduras asadas.

Otras variantes de vinagretas, muy sencillas de preparar podrían ser:

  • Vinagreta clásica de mostaza. Se prepara mezclando mostaza de Dijon, vinagre de vino, sal, pimienta y aceite de oliva virgen extra, emulsionando bien hasta lograr una textura cremosa. Es ideal para ensaladas verdes, especialmente las que llevan escarola o rúcula, ya que su sabor potente resalta los ingredientes amargos o picantes.

  • Vinagreta de miel y mostaza. Mezclamos mostaza, miel, vinagre de manzana y aceite de oliva, batiendo hasta que quede homogénea. Su equilibrio entre dulce y ácido la hace perfecta para ensaladas con frutos secos, pollo o queso de cabra.

  • Vinagreta balsámica. Mezclamos vinagre balsámico, aceite de oliva, sal y pimienta, y opcionalmente un poco de miel para suavizar la acidez. Funciona muy bien con ensaladas de tomate, mozzarella, espinacas o platos con ingredientes mediterráneos.

  • Vinagreta de limón y hierbas frescas. Batimos zumo de limón, aceite de oliva, sal, pimienta y hierbas frescas como perejil, cebollino o eneldo. Es especialmente buena para pescados blancos a la plancha, mariscos o ensaladas con base de arroz o legumbres.

  • Vinagreta asiática de sésamo y soja. Se elabora mezclando salsa de soja, aceite de sésamo, vinagre de arroz y un poco de jengibre rallado. Acompaña perfectamente ensaladas con pepino, zanahoria, tofu o platos de inspiración oriental.

  • Vinagreta de yogur y menta. Batimos yogur natural con un chorrito de zumo de limón, aceite de oliva, sal, pimienta y hojas de menta picadas. Es una opción ligera y refrescante, ideal para ensaladas de pepino o como aderezo para carnes a la parrilla.