Más de una vez me he preguntado por qué las tortillas de trigo que se venden hechas son tan caras. Hacerlas en casa es facilísimo y baratísimo. Además podemos hacer solo las que necesitemos y no tendremos que comernos en pocos días todas las que vienen en el paquete para que no se estropeen y, por supuesto, las nuestras serán mucho más saludables, puesto que no van a llevar aceites extraños ni una lista interminable de conservantes y aditivos E-xxx.

Seguid leyendo y veréis lo fácil que es hacer tortillas de trigo caseras.

Preparación de tortillas de trigo caseras para burritos, fajitas y wraps

  1. Mezclamos la harina con la sal en un bol.
  2. Añadimos el agua y mezclamos con una cuchara hasta que se empiece a formar una masa.
  3. Pasamos la masa a la encimera y seguimos amasando bien con las manos hasta que tengamos una masa lisa. Tranquilos que no es nada pegajosa.
  4. Dividimos la masa en porciones de 50 gramos y les damos forma de bolita.
  5. Con ayuda de un rodillo estiramos cada bolita hasta formar una tortilla de unos 20 cm de diámetro.
  6. Para cocinar las tortillas , ponemos a calentar una sartén de fondo grueso a fuego alto (12/12) y cuando haya cogido temperatura lo bajamos a 10/12 para que se mantenga el calor sin que se nos achicharren las tortillas.
  7. Ponemos una tortilla sobre la sartén caliente y cuando veamos que se empiezan a levantar los bordes le damos la vuelta. La dejamos hasta que veamos que la tortilla empieza a hincharse formando las burbujas típicas de éstas. Volvemos a darle la vuelta y la dejamos unos segundos para que se doren un poquito las burbujas.
  8. Las tortillas que vamos sacando de la sartén las dejamos envueltas en un trapo de algodón para que se mantengan calentitas mientras hacemos las siguientes.

Resultado

Con las cantidades que os pongo salen 3 tortillas de trigo de 20 cm de diámetro, si necesitáis más, calculad unos 35 g de harina por tortilla y la mitad del peso de harina en agua.

Esta vez, yo las he rellenado de cebolla y pimiento rojo confitados con taquitos de chorizo, pero las posibilidades son infinitas, por ejemplo, jamón y queso; tiritas de pollo salteadas con verduras; salmón, lechuga y queso fresco, o cualquier cosa rica que se os ocurra.

Si calculáis mal y os sobra alguna tortilla sin relleno, cocinadla igualmente. Luego, cuando os apetezca, la cortáis en tiras y las freís en aceite muy caliente hasta que se doren, así tendréis unos riquísimos fritos caseros perfectos para comer solos o para “dippear” en vuestra salsa favorita.