Hoy venimos con un clásico, un plato de lo que ahora está de moda llamar “comida viejuna”, el conejo frito al ajillo. Típico plato de domingo en las comidas en muchas casas de abuelas, pero que por mucho que pasen los años y por muy viejuno que nos parezca sigue estando buenísimo.

Ingredientes

  • Conejo limpio y troceado, 500 g (*)
  • Ajos, 2 cabezas enteras
  • Guindilla, 1
  • Sal gruesa, 1 cucharadita
  • Vinagre blanco, 2 cucharadas
  • Aceite de oliva virgen extra, 6 cucharadas
  • Vino blanco, 200 ml
  • Cayena molida, opcional
  • Patatas, 2 ó 3 (**)
  • (*) A mí me gusta usar la parte de la falda, las costillas y, en general, las partes de más huesos.
  • (**) Como guarnición

Hace no mucho, cuando estuvimos hablando de cómo marinar alimentos para darles más sabor, hablamos también del poco sabor que tienen ahora algunas carnes, sobre todo las que compramos en el supermercado y que la mejor forma de enriquecerlas era marinarlas antes de cocinarlas. Pero a veces no hay tiempo o, llega la hora de cocinar y nos hemos olvidado de hacerlo con tiempo. En esas situaciones, un buen aceite de oliva virgen extra, unos dientes de ajo y una guindilla son capaces de hacer maravillas como sucede en esta receta de conejo frito al ajillo.

Preparación del Conejo frito al ajillo

  1. Separamos los dientes de ajo y los aplastamos ligeramente sin pelarlos. Yo uso la mano del mortero y les doy un golpe encima de la tabla, pero también es efectivo darles un sartenazo. En ambos casos, es efectivo y desestresante.
  2. Ponemos a calentar el aceite de oliva virgen extra en una sartén a fuego medio-bajo (4/12) y añadimos los ajos y la guindilla entera. Los dejamos dorar sin subir el fuego vigilando que no se quemen y cuando estén los retiramos y los reservamos.
  3. Subimos el fuego del aceite (8/12), salamos los trozos de conejo con la sal gruesa y los doramos bien en el aceite que ahora ya estará más caliente.
  4. Cuando los trozos de conejo estén dorados por todas partes, subimos el fuego (10/12) y añadimos el vinagre y el vino blanco. Esperamos a que rompa a hervir, lo dejamos un par de minutos para que evapore el alcohol, bajamos el fuego de nuevo (4/12) y lo dejamos cocer durante 15-20 minutos (el tiempo dependerá del tamaño de los trozos de carne).
  5. Añadimos los ajos que teníamos reservados, mezclamos y esperamos un par de minutos.
  6. Servimos los trozos de conejo frito al ajillo acompañados de unas patatas fritas en dados y con un poco de cayena molida por encima.

Resultado

En aproximadamente media hora tenemos un plato de 10, de los de toda la vida. Las patatas son opcionales y, si queremos aligerar los carbohidratos podemos servir el conejo frito al ajillo acompañado de una buena ensalada.

Como casi cualquier carne que está frita, el conejo frito al ajillo no es un plato que se lleve bien con el recalentamiento, por lo que es mejor cocinar solo las raciones que se vayan a consumir.

¿Os gusta el conejo frito al ajillo? ¿Cuál es vuestra “comida viejuna” favorita?