Uno de los problemas que se encuentran muchas personas a la hora de preparar sus guisos es que se queden demasiado salados, lo que hace que sea habitual recurrir a pequeños trucos tradicionales que, sin embargo, no suelen ser los más eficaces.
Aunque pueda parecer que cuando un guiso se queda salado no hay más solución que echar patata o más agua, la realidad es que existen algunas técnicas sencillas y eficaces para conseguir corregir el exceso de sal sin arruinar el plato.
Así lo explica Daniel del Toro quién explica dos consejos muy rápidos y sencillos para poder conseguir corregir el plato y que se pueda disfrutar al máximo, especialmente en una época invernal donde es una opción muy reconfortante.
Los dos trucos infalibles
Daniel del Toro, chef en España, explica que el primero de los trucos para corregir un guiso demasiado salado es usar una mezcla de leche y gaseosa, explicando que funciona especialmente bien en aquellos guisos cuya salsa admite el uso de leche.
La clave explica que está en preparar una mezcla equilibrada, de modo que se deben combinar leche y gaseoso a partes iguales, mezclando luego ambos líquidos para que queden bien integrados. Posteriormente, se añade la mezcla al guiso y se remueve para que se integre completamente.
Con esta combinación se consigue suavizar la intensidad de la sal, además de contribuir a que se equilibre el sabor final sin modificar en exceso la textura de la salsa. Es un truco muy recomendado por Daniel, pero no el único.
La segunda opción es apostar por un método tradicional y muy conocido, ideal para guisos como el de garbanzos con verduras, y es apostar por la clásica patata que absorbe la sal. Como explica el chef, también es muy fácil de poner en práctica.
En este caso habrá que agregar unos trozos de patata cruda al guiso salado y dejar que hierva durante unos minutos, de manera que la patata se encargará de absorber parte del exceso de sal.
Este último es un truco que ya utilizaban nuestras abuelas y que, aun hoy en día, sigue siendo uno de los más eficaces y naturales para poder corregir el sabor de las preparaciones que hayan quedado saladas.
Consejos para hacer un sabroso guiso clásico
Los guisos son una de las preparaciones culinarias más recurrentes de todas las que conforman el recetario de cualquier hogar en nuestro país. Siempre es un buen momento para preparar uno de ellos y disfrutar de sabores naturales y tradicionales.
Este tipo de elaboraciones adquiere aún mayor protagonismo con la llegada de los meses más fríos del año, cuando el cuerpo reclama alimentos y preparaciones que ayuden a afrontar las bajas temperaturas y que sean reconfortantes.
A ello hay que sumar que estas clásicas elaboraciones de cuchara tienen un gran poder saciante, por lo que, aunque pueda extrañar por su contundencia, contribuyen a controlar el peso, al sentirse saciados durante más tiempo.
Cocinar un buen guiso implica tener en cuenta diferentes aspectos, y si se sigue una metodología adecuada y una serie de consejos, se podrá llegar a conseguir un resultado excepcional.
Sofrito
Si no se consigue un sofrito adecuado, será muy complicado que el guiso sea perfecto, o al menos así lo aseguran los expertos. Esta elaboración es la base sobre la que se preparar este plato, realizando su sabor y dándole ese reconfortante gusto final.
Los ingredientes más habituales para su preparación son la cebolla, el ajo y el tomate, pero también admite otros ingredientes como apio, puerro, pimientos, zanahoria… El aceite, por supuesto, debe ser de oliva.
Los vegetales deben estar troceados de manera uniforme y en porciones muy pequeñas, además de ser agregados por orden de dureza, de manera que tengan el mismo grado de cocción y, además, crearán una salsa con textura y bien ligada.
Caldo
Para un guiso sabroso hay que tener muy en cuenta el líquido en el que se cuecen los ingredientes. Lo más habitual es echar agua, que en ese caso se recomienda que sea de mineralización débil.
No obstante, también se puede elaborar un preparado de caldo, siendo un aderezo que admite infinitas posibilidades. En cualquier caso, debe tener una base vegetal generosa en la que haya un equilibrio de sabores.
Asimismo, se puede añadir, en función del alimento a guisar, otros ingredientes como pescado, pollo, marisco o especias. Un chorro de brandy o vino le podrá dar un toque aromático especial.
Para conseguir una salsa más fina, se puede pasar por un colador chino o por la batidora tras extraerla de la cazuela para luego devolverla a la olla.
Especias
Por último, hay que mencionar unas especias que dan alegría a los guisos y que les confieren un extra de sabor al mismo tiempo que les dan un toque aromático. No obstante, hay que tener en cuenta que, al igual que sucede con las verduras, cada una de ellas requiere de un tipo de cocción.
De esta manera, las leñosas, como el tomillo o el laurel, necesitan de más tiempo para cocinarse y, por tanto, para que puedan cumplir con su cometido. En el caso de dejar de lado las especias clásicas y optar por otras menos frecuentes, como el hinojo o el clavo, se recomienda no excederse para que no enmascaren el sabor del guiso.
