El brócoli es una de las verduras más saludables y versátiles de la cocina. Sin embargo, no siempre resulta atractivo para todos los paladares, sobre todo para los niños. Karlos Arguiñano lo sabe bien y por eso insiste en que el secreto está en cómo se cocina y combina.

El popular chef vasco ha revelado que el truco para que el brócoli conserve su sabor y textura está en cocerlo durante solo tres minutos. Con este gesto sencillo, la verdura mantiene su color, sus nutrientes y su punto justo.

Arguiñano ha demostrado en su programa Cocina abierta que se puede preparar de muchas formas. Una de sus recetas más aplaudidas es la de brócoli con champiñones y panceta, un plato fácil y rápido que triunfa incluso entre quienes suelen rechazar las verduras.

El truco de los 3 minutos

Cuando el brócoli se cuece demasiado, pierde firmeza, sabor y propiedades. Arguiñano explica que con solo tres minutos en agua hirviendo es suficiente para dejarlo al dente y con todo su valor nutritivo.

Ese breve tiempo de cocción es clave para que luego combine bien con otros ingredientes. Según el chef, es preferible terminar su preparación en la sartén, el wok o el horno, ya sea salteado o acompañado de salsas ligeras.

De esta manera, la verdura no queda blanda ni aguada, y se convierte en una base perfecta para ensaladas, pastas, arroces o como guarnición de carnes y pescados.

Una receta para todos los gustos

En la receta de brócoli con champiñones y panceta, Arguiñano demuestra cómo una preparación sencilla puede ser sabrosa y completa. Los champiñones aportan textura y la panceta un toque crujiente y ahumado.

Lo mejor de este plato es que se hace en menos de 20 minutos y apenas necesita técnica. Además, es una opción ideal para que los más pequeños se animen a comer verduras sin protestar.

Por qué es mejor cocerlo poco

Arguiñano recuerda que, además del sabor, hay un motivo de salud. El brócoli tiene un alto contenido en vitamina C, antioxidantes y fibra, pero estos nutrientes se pierden con cocciones prolongadas.

Al cocinarlo poco tiempo y terminarlo en salteados o salsas ligeras, se consigue un plato más nutritivo y agradable. Esta técnica también ayuda a mantener el color verde intenso, signo de que está bien cocido.