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"Hola, mi gente guapa", así comenzaba Alfonsa cada uno de los vídeos que aún permanecen en el canal de YouTube, donde esta entrañable abuela catalana llegó a conquistar a más de 200.000 seguidores con una cocina, humilde y de sabor auténtico.
Sin la intención de ser una celebridad, Alfonsa se convirtió en un fenómeno gracias a su desparpajo natural y su manera de hablarle a la cámara como si lo hiciera a su propia familia.
Y algo de eso había, pues al otro lado de la cámara se encontraba su nieto. Aunque Alfonsa no necesitaba focos ni guion; le bastaba y le sobraba con una cazuela, su delantal y la experiencia de décadas de cocina cotidiana para alimentar a su familia.
Lentejas con chorizo y costillas
Las lentejas de Alfonsa
En uno de sus vídeos, Alfonsa revela los secretos de unas lentejas con chorizo y costillas que son la esencia de la cocina de toda la vida. Frente a los fogones, no tarda en confesar cuáles son sus trucos.
"La alegría de la lenteja es el comino", dice. Un adelanto de la que, para esta abuela catalana, es la clave para que las lentejas estén sabrosísimas: una mezcla de cuatro especias imprescindibles -comino, pimentón dulce, pimienta negra y azafrán- que marcan la diferencia.
Cada una cumple una función, el comino aporta ese toque cálido y ligeramente terroso que ayuda, además, a mejorar la digestión de las legumbres; el pimentón dulce da color y profundidad al guiso; la pimienta negra despierta los sabores; y el azafrán, aunque en pequeña cantidad, tiñe el caldo de un tono dorado y añade un aroma delicado que eleva el plato.
Pero, aparte de las especias, Alfonsa también echa mano de un ingrediente muchas veces olvidado. "La lenteja se cocina despacio, sin marearla", insiste, porque, para ella, la paciencia también es imprescindible.
Añade las costillas primero, con una cantidad mínima de aceite "porque la costilla ya suelta su grasa" y después las lentejas sin remojo, porque "son blandas, y así no se deshacen".
Durante la cocción, va incorporando cebolla, ajo, tomate troceado, pimiento y laurel. "Si no hay pimiento verde, rojo, el que haya", dice, recordando que la cocina de las casas no entiende de exigencias, sino de recursos.
El resultado, explica al final del vídeo, debe ser un guiso espeso, aromático y con cuerpo. "Si se pudiera oler por el aparato este, fliparíais", dice, orgullosa del resultado.
Ingredientes
- Lentejas pardinas, 300 g
- Costillas de cerdo, 400 g
- Chorizo, 150 g
- Tomate maduro, 1 ud
- Cebolla, 1 ud
- Ajo, 3 dientes
- Pimiento verde o rojo, 1/2 ud
- Laurel, 1 hoja
- Pimentón dulce, 1 cucharada
- Comino molido, 1 cucharadita
- Pimienta negra molida, 1/2 cucharadita
- Azafrán, unas hebras
- Patatas medianas, 2 ud
- Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada
- Sal, cantidad necesaria
- Agua, 1,2 litros
Paso 1
Ponemos el aceite de oliva en una cazuela amplia.
Paso 2
Añadimos las costillas troceadas, las salpimentamos al gusto y dejamos que se doren ligeramente.
Paso 3
Incorporamos el pimiento, la cebolla y los ajos picados, el tomate troceado y la hoja de laurel y sofreímos durante unos minutos hasta que las hortalizas estén tiernas.
Paso 4
Añadimos las especias y removemos con cuidado para evitar que se queme el pimentón.
Paso 5
Añadimos las lentejas (sin remojo previo), cubrimos con el agua caliente y cocinamos a fuego medio durante unos 45 minutos.
Paso 6
A mitad de cocción incorporamos las patatas troceadas y el chorizo cortado en rodajas.
Paso 7
Rectificamos de sal y continuamos la cocción hasta que el guiso adquiera una textura espesa y las lentejas estén tiernas.
Paso 8
Servimos las lentejas calientes, aunque es aconsejable dejarlas reposar unos minutos antes de llevarlas a la mesa.
Un pilar de la dieta equilibrada
Las lentejas, como el resto de las legumbres, ocupan un lugar privilegiado en la alimentación mediterránea. Según el Informe sobre Legumbres, Nutrición y Salud de la Fundación Española de la Nutrición, son una excelente fuente de proteínas vegetales (hasta un 23 %), fibra, hierro, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B, especialmente tiamina y folatos.
Su consumo regular contribuye a mantener niveles adecuados de glucosa y colesterol, favorece la salud intestinal y, además, se trata de cultivos sostenibles, pues las legumbres enriquecen el suelo fijando nitrógeno y requieren poca agua para su cultivo.
En palabras del mencionado informe, "las legumbres no solo tienen un valor cultural y gastronómico, sino también un papel clave en la sostenibilidad alimentaria y en la prevención de enfermedades metabólicas". De ahí que los expertos recomienden su presencia en la mesa al menos tres veces por semana.
