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La tortilla de patata es uno de los platos más recurrentes en los bares y restaurantes de España. Es atemporal, no pasa de moda y es el "test de calidad" que nos permite saber cómo serán el resto de los platos.
Si la tortilla no está rica, es muy probable que el resto de la carta tampoco merezca demasiado la pena. Pero aun así, no hay dos tortillas de patata que sean iguales.
Cada cocinero tiene sus gustos, trucos y manías. Lo mismo sucede con los que se la comen.
Unos prefieren la tortilla tipo Betanzos, con el huevo casi líquido, mientras que otros prefieren comer tortillas que parecen bloques de hormigón armado.
Unos solo conciben la tortilla con cebolla, en cambio otros, entre los que se incluyen muchos chefs famosos, detestan el sabor dulzón que les da a las patatas. Dani García, el cocinero malagueño al frente de restaurantes como Leña, Lobito de Mar o Tragabuches, es de estos últimos.
Y, en esta ocasión, el famoso chef ha compartido la receta y todos los trucos para hacer la tortilla de patata que triunfa en Tragabuches, una de sus últimas aperturas.
Se trata de una tortilla muy cremosa, pero más cuajada que una tortilla de Betanzos. Es la tortilla de patata perfecta para los que quieren una tortilla que no sea un ladrillo, pero que tampoco parezca cruda o chorree huevo líquido.
En la receta, el chef señala varios puntos que son claves para conseguir este resultado:
- El corte de la patata. Las patatas han de cortarse en rodajas de entre 2 y 3 mm de espesor, mejor si se hace con mandolina para que el corte resulte más regular.
- La temperatura del aceite. Para freír las patatas el aceite debe estar a 180 ºC.
- Emulsionar el huevo con AOVE. Antes de añadir las patatas, batiremos los huevos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y batiremos hasta que estén muy cremosos.
- Reposar las patatas fritas en el huevo durante media hora.
- Utilizar una sartén doble y poner a calentar las dos partes a la vez para que al dar la vuelta no perdamos nada de calor.
- Para cuajar la tortilla, engrasar las sartenes con un dadito de mantequilla.
Ingredientes para hacer la tortilla de patatas cremosa de Dani García
- Patatas, 1200 g
- Huevos, 9 ud
- Aceite de oliva virgen extra, cantidad suficiente
- Sal, al gusto
- Mantequilla, 10 g
Paso 1
Se pelan las patatas, se cortan en rodajas de 2 - 3 mm de espesor con ayuda de una mandolina y se fríen a 180 ºC, preferiblemente en freidora.
Paso 2
Mientras se fríen las patatas, se baten los huevos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra hasta que se emulsionen, tienen que quedar muy cremosos.
Paso 3
Cuando las patatas estén fritas, se pasan directamente de la freidora al huevo y se dejan reposar unos 30 minutos para que absorban el huevo.
Paso 4
Pasado este tiempo, aunque en el vídeo no se dice, sería el momento de añadir la sal y volver a mezclarlo todo añadiendo otro chorrito de aceite de oliva virgen extra hasta que la mezcla tenga la textura que se ve en el vídeo.
Paso 5
Mientras hacemos esto vamos poniendo a calentar las dos partes de una sartén doble de las que son específicas para tortillas.
Paso 6
Ponemos un dadito de mantequilla sobre la primera sartén y lo hacemos girar sobre el fondo para que se funda.
Paso 7
Añadimos las patatas con el huevo y, cuando veamos que el huevo está mínimamente cuajado por el borde, engrasamos la segunda sartén con mantequilla, cerramos las dos sartenes, le damos la vuelta y seguimos cocinando en la segunda sartén hasta que se cuaje por el otro lado.
¿Con qué acompañar una tortilla de patatas?
La tortilla de patatas es un plato muy versátil, ya que puede servirse sola o acompañada por una gran variedad de guarniciones, desde opciones ligeras hasta otras más indulgentes, dependiendo del momento y del contexto en que se consuma.
Tradicionalmente, es un plato que puede servirse tanto en comidas principales como en aperitivos o cenas informales, lo que permite jugar con múltiples acompañamientos.
Una opción clásica y sencilla es acompañar la tortilla de patatas con una ensalada fresca, que puede incluir lechuga, tomate, cebolla y aceitunas, aliñada con aceite de oliva virgen extra y vinagre. Una combinación que aporta frescura y ligereza.
Para quienes prefieren un acompañamiento más contundente, el pan con tomate (especialmente en Cataluña) es una excelente elección.
También se puede optar por una rebanada de pan rústico, tostado y untado con alioli o mayonesa, que aporta un toque cremoso y sabroso. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de lo buena que está la tortilla de patatas dentro de un bocadillo, incluso si está fría.
Otra alternativa popular son los pimientos de Padrón o los pimientos asados, que añaden un matiz dulce o picante según sea la variedad elegida.
También pueden acompañarse con embutidos ibéricos, como jamón serrano o chorizo, para crear una tabla de tapas completa. Incluso se pueden incluir encurtidos como pepinillos, cebollitas o alcaparras, que aportan un contraste ácido y refrescante.