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En los últimos meses, el sector del marisqueo en Galicia vive una situación crítica. Como han alertado pescadores, cofradías y científicos, algunas especies de bivalvos están sufriendo caídas de producción dramáticas.

Según The Guardian, algunas poblaciones marisqueras han bajado hasta un 90% en pocos años. En concreto, el berberecho ha sufrido una caída de más del 93 % en los últimos años, y las almejas (finas o babosas) han reducido su recolección en más del 85 %.

Respecto al mejillón, la producción (principalmente cultivada en bateas en Galicia) ha bajado desde unas 220.000 toneladas a cerca de 145.000 en apenas dos años, según un estudio del CSIC.

Además, recientemente ha habido más cierres importantes de polígonos bateeiros por toxinas lipofílicas (biotoxinas), lo que paraliza la recolección, tal y como informaba el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) este pasado 21 de noviembre. De los 52 polígonos de bateas, 49 se encuentran cerrados actualmente.

Según el informe oficial de acuicultura en España, la producción total de mejillón cayó un 23,2 % en 2023 respecto al año anterior, con un valor de primera venta muy por debajo del año anterior.

Así pues, no se trata sólo de una crisis puntual, sino de una crisis sistémica que golpea a varias especies clave y afecta muchas zonas productivas.

Bateas de mejillones en un polígono de balsas en la ría de Arousa (Galicia). iStock

Las causas de la crisis

Pero, ¿a qué se debe? Para empezar, al cambio climático. El aumento de la temperatura del agua tiene efectos negativos sobre los ciclos reproductivos de los bivalvos.

Asimismo, hay una menor frecuencia de vientos del noreste, que son clave para un fenómeno llamado 'afloramiento', por el que suben aguas profundas frías y ricas en nutrientes. Este proceso ha perdido fuerza, lo que limita la alimentación de los mejillones.

Por otra parte, las lluvias torrenciales cada vez más frecuentes reducen la salinidad de las rías, algo muy negativo para los bivalvos.

La contaminación es otro de los motivos de esta crisis. Los vertidos agrícolas e industriales están degradando la calidad de las aguas de las rías. Estas sustancias pueden alterar el ecosistema, afectar la salud de los moluscos o favorecer algas tóxicas.

Además, como decíamos, la presencia de toxinas lipofílicas obliga a los cierres preventivos de muchas zonas de cultivo. Esto implica que, aunque haya población de moluscos, no se puede extraer legalmente si se supera el umbral de toxinas.

Por último, se ha detectado en Galicia un gusano plano invasor (Postenterogonia orbicularis) que puede devorar mejillones, almejas y ostras. Además, especies invasoras como el cangrejo azul compiten por recursos y alteran los ecosistemas.

Unas pérdidas millonarias

Las pérdidas económicas son importantes: según la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa y las cofradías, podrían acercarse a los 45 millones de euros en cuatro años.

Para los mariscadores y mariscadoras esto significa una amenaza real a su modo de vida. Las cofradías ya han expresado su preocupación por la viabilidad del sector tradicional si no se actúa con urgencia.

Mejillones al vapor. iStock

Por otro lado, la Xunta de Galicia ha defendido que, pese a la crisis, su berberecho "sigue siendo de calidad preferente", lo que sugiere que hay voluntad política para mantener y promocionar el producto.

¿Sin mejillones en Navidad?

No hay un escenario claro que garantice una escasez total, pero sí hay riesgos reales que podrían afectar a nuestra cesta de la compra navideña.

Los cierres por toxinas pueden limitar la extracción justo cuando hay demanda alta (Navidad es temporada importante). Y la producción 'normal' ya ha caído mucho, lo que reduce la disponibilidad global del producto fresco. Debido a la menor oferta, los precios podrían subir.

También es probable que aumente la importación de marisco para cubrir la demanda: ya hay voces en el sector que hablan de traer marisco de otros países si la producción local no fuera suficiente.