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Cádiz es uno de los destinos favoritos para muchos cuando llega el verano. En pleno corazón de La Línea de la Concepción, el Bar Finlandia, aunque muchos linenses lo conocen por su otro nombre, Suomi Baari, ha sido donde el periodista Carlos Herrera ha decidido celebrar su llegada.

Hace apenas unos días, compartía un vídeo con sus impresiones desde el patio del Finlandia en su cuenta de Instagram: “El Bar Finlandia de La Línea de la Concepción y su célebre Langosta Falsa. He pasado muy buenos ratos en este patio”.

A quienes no conocen esta receta, el nombre puede llevar a engaño. Pero aquí no hay trampa ni cartón. La langosta falsa es una joya del recetario popular linense, nacida del ingenio doméstico, y perfeccionada durante décadas en casas y bares como el Finlandia.

Se elabora con ingredientes tan modestos como palitos de cangrejo, mayonesa, huevo cocido y algún que otro secreto que los cocineros de la zona se guardan con celo.

Pero el resultado es mucho más que la suma de sus partes: una ensaladilla fresca, cremosa y sorprendentemente parecida, en textura y presentación, a su homónima de lujo.

Langosta falsa.

En el Finlandia la sirven como se ha hecho toda la vida: fría, sobre pan o en ración generosa, acompañada de una cerveza helada y en ese ambiente de patio andaluz que invita a alargar la sobremesa.

Un bar que resiste al tiempo

Fundado en los años 60 por una familia que regresó del norte de Europa —de ahí su nombre, “Suomi” significa Finlandia en finés—, el bar Finlandia ha crecido con la ciudad, manteniendo intacto su espíritu acogedor.

Aquí no hay reservas anticipadas ni listas de espera. Se pide en barra, se come sin ceremonia y se charla sin prisa. Tal vez por eso, figuras como Herrera no dudan en volver.

Un gesto que demuestra cómo ciertos lugares se convierten, con el tiempo, en tradición compartida. La Línea de la Concepción, durante años eclipsada por su vecina Gibraltar, empieza a alzar la voz como destino gastronómico con identidad propia.

La entrada al Bar Finlandia.

Una ciudad que se reivindica a través de su cocina, en bares donde manda el producto, la hospitalidad y las recetas heredadas de abuelos y madres.

El Finlandia no pretende competir con restaurantes de vanguardia. Ni falta que le hace. Su valor está en ofrecer lo que muy pocos lugares pueden dar. Allí se va a por comida de siempre.

Así que si este verano pasas por La Línea, haz una parada en este rincón .Pide una caña, una ración de langosta falsa, y deja que el patio del Finlandia haga el resto. Porque, como bien dijo Carlos Herrera, hay lugares donde uno simplemente ha pasado muy buenos ratos. Y a veces, eso es lo que realmente importa.