Publicada
Actualizada

Los chiringuitos se convierten cada verano en los grandes protagonistas de algunas de las playas más turísticas de España. Pequeños locales a pie de playa donde es posible disfrutar de buena comida, una copa con vistas y en muchos casos, incluso sesiones de DJ en directo. Uno de los destinos favoritos para este plan es, sin duda, Ibiza.

Conocida también como la isla de la diversión, Ibiza atrae cada temporada a miles de turistas. Pero no todo es tan idílico como parece, especialmente para quienes trabajan en la hostelería. Recientemente, un camarero de uno de estos chiringuitos, ubicados en Playa d'en Bossa, ha denunciado en redes sociales una práctica cada vez más habitual entre los clientes: la presión para que la casa les invite a algo.

"Igual que los clientes no están obligados a dejar propina, los camareros no estamos obligados a invitar a nadie", advierte el camarero Miguel Torres en uno de sus vídeos de redes y visiblemente molesto por una situación que se repite cada vez con más frecuencia en España.

"Muchas veces me hace gracia la gente que llega al bar, se gastan dinero, una buena mesa, consumen y a la hora de la cuenta y de pagar te dicen 'Oye, ¿y a qué invita la casa?'. Vamos a ver si tenemos algo claro: la carta no pone si entras invitamos a o no pone happy hour de tal hora a tal hora. No. La gente entra, come un buen producto, disfruta de una buena carne, un buen pescado, unas buenas vistas y paga lo que consume. Nadie está obligado a invitar", expone el camarero.

En su denuncia, también relata un episodio reciente con una mesa grande que, según explica, "me dijeron 'cuídanos mucho' sin conocerles a la hora de entrar. Tras servirles parrilladas de pescado, carne, vino y postres, me pidieron 'la copa de la casa' por todo lo que habían gastado".

Camarero en un chiringuito de Ibiza. @equilibrio_en_mis_manos

Su respuesta, según cuenta, fue clara: "Caballero, en un principio han gastado lo que usted me ha pedido que les sirviera". Y añade: "Nadie está obligado a invitar y es muy feo exigirlo. Se invita cuando la casa quiere, no cuando el cliente lo exige".

Con esta reflexión, el camarero pone sobre la mesa una tensión habitual en la hostelería estival, especialmente en zonas de alto turismo como Ibiza, donde ofrecer un buen servicio a menudo se confunde con cumplir exigencias fuera de lugar.

El vídeo ha desatado un aluvión de comentarios en redes sociales, reflejo del debate social que genera este tipo de actitudes en la hostelería. Y es que, mientras algunos defienden el detalle de invitar como parte de una buena experiencia, otros, como otra trabajadora del sector, aportan una visión más realista del día a día:

"¿Acaso alguien, cuando se gasta 300 euros en una tienda de ropa, luego le regalan una camisa? No, ¿verdad? En los restaurantes pasa lo mismo... Los camareros no somos los dueños. Pagas lo que consumes, si te dan algo de invitación, muy bien, pero no están obligados y tampoco hay que exigirlo. O acaso los camareros exigimos las propinas. Los clientes dejan propina por el buen servicio que le han ofrecido... pues la mayoría de veces pasa lo mismo con los chupitos por invitación o los postres si los clientes lo merecen. La educación vale más que el dinero", defiende.